POESÍA ESPAÑOLA A PARTIR DE 1936
Tras acabar la guerra civil, la situación de penuria, el aislamiento, la censura junto al exilio de algunos intelectuales supuso un frenazo poético.
Década de cuarenta
En la década de 1940 conviven en España, dentro de la llamada “Generación del 36”, dos grandes tendencias:
Los poetas arraigados se agrupan en torno a las revistas Escorial y Garcilaso, subvencionadas por el régimen franquista. Escriben una poesía serena y clara, con formas métricas clásicas (sonetos, tercetos…) y los temas son el amor, la fe, lo heroico…
La poesía desarraigada surge en 1944, tras la publicación de Hijos de la ira, de Dámaso Alonso, y la fundación de la revista “Espadaña”. Esta se preocupa por el dolor humano, expresan su angustia existencial y su malestar ante las consecuencias de la guerra. Destacan: José Hierro , Alegría; Rafael Morales, Los Desterrados.
Otras dos orientaciones poéticas se desarrollaron durante la década de los cuarenta: el postismo, que propone continuar la poética surrealista (Gloria Fuertes) y la poesía sensual y barroca del grupo cordobés Cántico (compuesta entre otros por Ricardo Molina).
Durante la guerra civil y el franquismo, hubo escritores que se vieron obligados a abandonar España por su ideología. Autores como Emilio Prados, Jardín cerrado, escribieron sobre la derrota de la guerra, su nostalgia y anhelo.
Década de los cincuenta
Casi todos los poetas desarraigados evolucionarán durante los años cincuenta hacia la poesía social. Abandonan la subjetividad, ahora les interesa denunciar las desigualdades sociales, las injusticias y la falta de libertades. Vuelve a ser central el tema de España. Conciben la poesía como un vehículo de comunicación que debe llegar a todos. Las dos obras más significativas son “Pido paz y la palabra”, de Blas de Otero y “Cantos iberos”, de Gabriel Celaya. Otros títulos son: España pasión de vida, de Eugenio de Nora y Alegría, de José Hierro.
Blas de Otero
Es el gran poeta de la posguerra. El desarraigo existencial palpita con fuerza en Ángel fieramente humano y Redoble de conciencia, que serían unidad es un solo poemario titulado Ancia, poemarios que tratan de la soledad, vacío, angustia…
Cambia el rumbo de su poesía con la publicación de Pido la paz y la palabra, donde denuncia la situación de España y brota la preocupación social. Sus libros En castellano y Que trata de España, pertenecen a la poesía social. En su última etapa el paso del tiempo y la cercanía de la muerte son los dos temas más
frecuentes. Destacan Mientras y Poesía con nombres.
Década de los sesenta
Durante los primeros años de la década de los sesenta con la publicación de dos antologías: Veinte años de poesía española y Poesía última se inicia la “Generación del 50”. Los poetas más importantes son Ángel González, Áspero mundo. Jaime Gil de Biedma, Compañeros de viaje y José Ángel Valente, A modo de esperanza. Con ellos se acaba la poesía de posguerra. Los escritores plasman sus experiencias personales y sus emociones. Los temas son: el paso del tiempo, el amor, la soledad, nostalgia por la infancia, la amistad y la familia. Emplean un lenguaje natural que adopta un tono conversacional.
Década de los setenta
En los años setenta surge una nueva promoción de poetas son denominados “novísimos”, porque algunos de ellos aparecen en la célebre antología publicada por José María Castellet titulada Nueve novísimos poetas españoles. Dos de las figuras más importantes fueron Pere Gimferrer, Extraña fruta, y Guillermo Carnero, Dibujo de la muerte. Abrieron el camino a los demás, entre los que destacan el cartagenero José María Álvarez, Museo de cera. Usan el verso libre, elementos surrealistas e introducen el collage. El más común es el culturalismo, abundancia de referencias culturales de todo tipo.
Otros autores con relevancia
Otros autores con relevancia en la década de los setenta como: Clara Janés, Eros, o Miguel D´Ors, Curso superior de ignorancia.
A mediados de los ochenta tuvo importancia la poesía de la experiencia, dirigida al hombre de la calle con temas como los bares, la vida urbana. Destaca Álvaro Salvador, Fumando con mis muertos.
En el siglo XX y XXI aparecen tendencias como la poesía del conocimiento o la poesía minimalista, destacan: Francisco Casado, El libro de las maldades y Juan Borja, El fuego y la ceniza.
En el siglo XXI la poesía se ha convertido en algo más cosmopolita, cada poeta es libre de escoger su propio camino. Internet ha supuesto la aparición de foros, revistas o sitios web vinculados a la poesía, favoreciendo a la moda de lo efímero y lo instantáneo (el haiku). El poema llega a cualquier lector pero con frecuencia es olvidado.
TEATRO ESPAÑOL A PARTIR DE 1936
Tras la Guerra Civil el teatro español se vio afectado por el exilio de los autores más innovadores. Las corrientes renovadoras de la dramaturgia europea no llegaron por su censura. El teatro es acorde con los gustos del público, que era de clase media y que buscaba el entretenimiento.
Las representaciones se centraron en las grandes ciudades.
AÑOS 40 Y 50
Durante los años 40 y 50 domina la comedia burguesa, heredada de la comedia de Jacinto Benavente. Son obras con sólidos diálogos y una intriga que mantiene el interés del espectador. Sus protagonistas pertenecen a la clase media burguesa. Los temas fueron el amor, celos, infidelidad o los problemas entre padres e hijos.
Dramaturgos representativos de este teatro de entretenimiento, con final feliz y alejados de la crueldad de la vida: Joaquín Calvo Soleto, Una muchachita de Valladolid; José López Rubio, Celos del aire o Víctor Ruíz Iriarte, Un día de gloria.
Sobresalen dos autores del teatro humorístico. Enrique Jardiel Poncela, ya tuvo éxito antes de la guerra con, Usted tiene ojos de mujer fatal, que combina con imaginación el humor verbal con el de la situación. Algunas de sus obras son: Eloísa está debajo de un almendro y Los ladrones como gente honrada. Miguel Mihura distorsiona la realidad con situaciones ilógicas y absurdas. Su obra maestra es Tres sombreros de copa, el protagonista, Dionisio, descubre, la víspera de su boda, la experiencia de la auténtica libertad con Paula, lo que le hace darse cuenta del mundo gris, convencional y rutinario en el que vivía. Con el paso del tiempo el amor se transforma en sátira como en Maribel y la extraña familia.
AÑOS 50
Durante los años cincuenta, trataron de llevar a escena obras de contenido más hondo que las destinadas al público burgués. Pero la censura impidió a estas obras innovadoras llegar a los escenarios importantes.
Los dos dramaturgos más importantes son Antonio Buero Vallejo y Alfonso Sastre. El comienzo de una nueva tendencia es marcado por Historia de una escalera, de Buero y Escuadra hacia la muerte, de Sastre. Ambas conjugan la angustia existencialista de sus personajes, fracasados, con la preocupación por la injusticia social de posguerra.
En las obras posteriores de Buero predomina la búsqueda de la verdad, recurriendo a alusiones, símbolos… el anhelo de libertad y justicia, la soledad, el amor son algunos de sus temas recurrentes. Suele mostrar personajes frustrados. Otro drama como La tejedora de sueños trata el poder del amor. En otros trata la sociedad española como en El tragaluz, donde trata la trágica historia de una familia tras la Guerra Civil. También trata dramas históricos como en Las Meninas. En su etapa final tiene dramas sobre la degradación humana y la tortura, como, La Fundación.
Sastre pretendió reflejar de modo más directo el malestar del individuo Guillermo Tell tiene los ojos tristes. La censura prohibirá dos de sus mejores obras: La sangre y la ceniza y La taberna fantástica, que serán estrenadas tras el fin de la dictadura.
AÑOS 60
En los años sesenta continúa el teatro realista que protesta la situación injusta. Los temas frecuentes son la intolerancia, la explotación de los trabajadores, la pobreza… Algunas obras más representativas son
Los inocentes de la Moncloa, de Rodríguez Méndez y La camisa, de PaulaOlmo. Tuvo dificultades para ser representado a causa de la censura y la falta de apoyo de los empresarios teatrales.
Es significativo el caso de Alfonso Paso, abandona la crítica social de sus obras iniciales, Los pobrecitos, para escribir comedias divertidas Usted puede ser un asesino que lo convirtieron en el dramaturgo de más éxito comercial durante los setenta.
Antonio Gala se convertirá durante los setenta y ochenta en el dramaturgo más popular con obras de gran éxito, Noviembre y un poco de hierba y Anillos para una dama. Los temas son la soledad, amor y libertad y su teatro es caracterizado por un tono poético.
Alejandro Casona pudo reestrenar varias obras tras el exilio, Los árboles mueren de pie y La barca sin pescador, que combinan lo real con lo poético, lo misterioso y lo fantástico.
AÑOS 70
Hacia 1970 surge un teatro renovador en el que pierde importancia la acción literaria en favor de otros elementos del lenguaje escénico como la luz, el maquillaje, el vestuario, la escenografía… Las características de este tipo de obras son lo grotesco, la crítica social y el uso de la parábola.
Francisco Nieva cultiva un teatro de raíz vanguardista con la intención de mostrar la esencia del hombre y provocar la catarsis liberadora en el espectador. Algunas de sus obras son Nosferatu y El baile de los ardientes. Otro autor importante de esta época es Fernando Arrabal que combina situaciones absurdas con humor negro, una de sus obras es El cementerio de los automóviles. Otros nombres son José Ruibal, El hombre y la mosca, y Luis Riaza, Retrato de dama con perrito. En sus obras es común el uso de la simbología animal para denunciar el poder opresor o la provocación. Hay que destacar la aparición de grupos que se rebelan contra el teatro comercial como La Cuadra, La Cubana o Teatro Universitario de Murcia, y representaban sus obras en salas con escasa capacidad
A partir de 1975 el teatro paso a una etapa de apertura progresiva tras la supresión de la censura destacan algunos autores como Luis Alonso de Santos, Bajarse al moro y Fernando Fernán Gómez Las bicicletas son para el verano.
Al final del siglo XX y principio del XXI los autores hacen un teatro entre vanguardista y comercial. Autores como Juan Mayorga, El chico de la última fila
NOVENTENCISMO
Se conoce como Novecentismo o Generación del 14 a un conjunto de escritores que suceden a los de la Generación del 98. Aunque sus preocupaciones son parecidas, estos tienen rasgos que los diferencian: apuestan por el europeísmo, rechazo de la tradición romántica, alejamiento del tono apasionado… Apuestan por lo apolíneo (equilibrio, armonía) frente a lo dionisiaco (pasión, salvaje).
Los principales escritores son ensayistas y novelistas con un estilo basado en la pulcritud, la claridad y el orden.
Juan Ramón Jiménez
Ganó el Premio Nobel de Literatura en 1956, fue un poeta dedicado a una búsqueda obsesiva de la perfección. En su trayectoria se observa una evolución desde un Modernismo hasta formas más personales.
1º etapa (sensitiva), algunas de sus obras fueron Elegías y La soledad sonora con rasgos comunes (simbolismo, sonoridad, sensorial…).2ª etapa (intelectual) comienza con Diario de un poeta recién casado, en busca de una poesía pura que expresa la realidad de las cosas. Encuentra en el mar el símbolo perfecto de la belleza absoluta. Publicó Segunda antología poética, que tendrá gran influencia en los poetas del 27. 3ª etapa (verdadera), escribe Dios deseado y deseante y Animal de fondo. Es una poesía difícil sin rima ni estrofa, el autor busca la plenitud absoluta y eternidad. Una de sus obras más conocidas es Platero y yo, un libro infantil que contiene críticas contra el progreso.
Novelistas
Ramón Pérez de Ayala: Las primeras novelas son realistas e incorporan muchos elementos autobiográficos y preocupaciones noventayochistas. Destacan AMDG, crítica al modelo educativo que tuvo en el colegio jesuita, o La pata de la raposa.
Luego evoluciona a novela intelectual, con Belarmino y Apolonio, con temas como la soledad, el sentido de la existencia y el amor.
Otra novela Tigre Juan emplea técnicas innovadoras como el perspectivismo y el contrapunto.
Gabriel Miró: Predomina la descripción con una prosa sensual, lenta y repleta de metáforas. Su primera novela, Las cenizas del cementerio, con un protagonista sensible cuyo impulso a la belleza y al amor choca con la realidad. Sus dos novelas más famosas, Nuestro Padre San Daniel y El obispo leproso, están ubicadas en Orihuela.
Ensayistas
José Ortega y Gasset: Máximo representante del ensayo novecentista. En España invertebrada denuncia el aislamiento del país y afirma que la decadencia española es consecuencia de la fragmentación de las clases sociales y la indisciplina de las masas. En La rebelión de las masas propone imponerse al hombre-masa para dirigir a España a un futuro mejor.
Eugenio D’Ors: Creó el término «novecentismo» y lo impulsó en Cataluña. Destaca Glosario, artículos publicados en la prensa sobre la actualidad española y europea. Apuesta por los valores clásicos: equilibrio, armonía, orden.
Otros ensayistas fueron Salvador de Madariaga o Gregorio Marañón.
VANGUARDISMO
Tras la Primera Guerra Mundial se extienden por Europa movimientos de
vanguardia de carácter revolucionario y rebelde, que tienen en común la ruptura con el arte y el afán de experimentación con nuevas formas de expresión. Casi todos estos movimientos tuvieron una duración breve, excepto el Surrealismo.
Futurismo: se buscan temas que reflejen la velocidad y la modernidad (avión, automóvil), las nuevas expresiones artísticas (cine) y los nuevos descubrimientos (psicoanálisis). Se emplean tipos de letras distintas, colores, disposición de textos…
Dadaísmo: difundido por Tzara, como rechazo a los valores burgueses que habían conducido a la Primera Guerra Mundial, lo que lleva a la destrucción del lenguaje con contradicciones y asociaciones absurdas.
Cubismo: iniciado en pintura por Picasso. Los poemas son muy visuales, se suprimen las normas ortográficas y métricas, en técnicas como el caligrama (poema que se representa como una figura).
Expresionismo: surge en Alemania y pretende una expresión cruda de guerra, el caos, la muerte…Se suprimen los conectores lógicos.
Los movimientos más importantes en España son:
– Ultraísmo: difundido por Guillermo de Torre, trata temas de la realidad moderna y evita la referencia sentimental. Con una sintaxis extraña.
– Creacionismo: creado por Huidobro, que proclama que la obra literaria es totalmente autónoma del mundo.
– Surrealismo: iniciado por André Breton, que proclama la liberación de los impulsos que son reprimidos por las convenciones morales y sociales, es influido por Freud.
Ramón Gómez de la Serna:Es el principal introductor y difusor de las vanguardias en España desde su revista Prometeo y su tertulia del Café Pombo en Madrid. Crea las greguerías, frases breves con humor, mediante recursos literarios como la metáfora o personificación.