Literatura Española Medieval: De la Prosa al Teatro

Los Orígenes de la Prosa Castellana

Las primeras muestras de prosa en romance surgieron en ámbitos como la historiografía y la traducción. Ejemplos incluyen las Crónicas Navarras, escritas en romance navarro-aragonés, y los Anales Toledanos en castellano. Tras la conquista de Toledo en 1085, surgió la Escuela de Traductores de Toledo, liderando traducciones al latín y luego al castellano de obras científicas y filosóficas árabes.

La Obra en Prosa de Alfonso X el Sabio

Durante su reinado (1252-1284), Alfonso X el Sabio impulsó la redacción de diversas obras en prosa. Estas incluyen textos jurídicos como las Siete Partidas, científicos como el Libro del Saber de Astronomía, recreativos como el Libro de Ajedrez, Dados e Tablas, e históricos como la Estoria de España y la General Estoria. Esta labor de traducción favoreció el léxico y la sintaxis del castellano, además de regularizar su ortografía, combinando hechos reales con mitos, leyendas y material literario diverso.

Las Colecciones de Apólogos (Ejemplos)

Las colecciones de apólogos, o ejemplos, son narraciones breves en prosa que transmiten enseñanzas morales. En España, la primera compilación en latín fue la “Disciplina clericalis” de Pedro Alfonso en el siglo XII. Destacan dos colecciones en castellano: “Calila e Dimna” y “Sendebar“. “Calila e Dimna” presenta cuentos de origen oriental que siguen el formato de diálogo entre un rey y un filósofo, mientras que “Sendebar” relata historias narradas por los siete consejeros del rey para demostrar la maldad de las mujeres y defender al príncipe de una acusación.

Fuentes y Finalidad de las Colecciones de Apólogos

Tanto “Calila e Dimna” como “Sendebar” son traducciones del árabe de repertorios de apólogos orientales, siendo “Calila e Dimna” procedente del Panchatantra, una colección de fábulas sánscritas del siglo III d.C., con intención moralizadora para la educación de futuros gobernantes. Estas obras, traducidas al árabe en el siglo VIII y al castellano en el siglo XIII, tienen como objetivo transmitir normas de conducta práctica, promoviendo un modelo de comportamiento basado en la prudencia y la templanza. Mientras que “Calila e Dimna” se centra en el diálogo entre un rey y un filósofo para instruir al monarca, “Sendebar” pertenece a la literatura misógina, destacando la capacidad femenina para manipular a los incautos mediante falsas apariencias y transformaciones de la realidad. La finalidad didáctica de “Sendebar” es advertir sobre los engaños de las mujeres.

Don Juan Manuel y el Conde Lucanor

Don Juan Manuel, nacido en Escalona (Toledo) en 1282, era sobrino de Alfonso X el Sabio y nieto de Fernando III el Santo. Su obra más destacada en la prosa didáctica medieval en castellano es “El Conde Lucanor“.

La obra consta de cinco partes, siendo la primera la más interesante, con 51 ejemplos o apólogos. Cada cuento sigue una estructura rígida: el conde Lucanor consulta a su ayo Patronio sobre diversos problemas de gobierno, y Patronio responde con un cuento alusivo al problema y una enseñanza moral. Luego se aclara que el conde sigue el consejo de su ayo y le va bien, y Don Juan Manuel resume la moraleja en un pareado en verso que cierra el ejemplo.

Don Juan Manuel no se limita a traducir cuentos anteriores, sino que recrea los relatos que toma de diversas fuentes, incluyendo el folclore europeo, el Nuevo Testamento, las fábulas clásicas y la cuentística oriental.

Finalidad de la obra del Conde Lucanor:

  • La obra se enmarca en el género de los “espejos de príncipes” (manuales de comportamiento para los nobles y gobernantes) y se dirige al grupo social al que pertenece el autor.
  • El objetivo de un hombre con poder debe ser conciliar la salvación del alma con el mantenimiento o aumento de la honra, el estado (el estatus social) y la hacienda (la posición económica).
  • Para ello ha de obrar con prudencia y ser desconfiado.

La Prosa de Ficción: La Novela de Caballerías

A finales de la Edad Media, surgieron dos nuevos subgéneros narrativos: la novela de caballerías y la novela sentimental, reflejando los gustos y valores de la nobleza cortesana del siglo XV, nostálgica de las hazañas bélicas de sus antepasados y dedicada a la caza, los torneos, la poesía, la música y el amor.

Estos libros son una derivación peninsular de la materia de Bretaña o literatura artúrica, narrando las hazañas de los caballeros andantes que siguen los preceptos del amor cortés, destacando por su valentía, honorabilidad y lealtad a su dama.

Es un género novelesco lleno de aventuras, con batallas y combates protagonizados por los héroes y sus enemigos, que incluyen magos, gigantes, dragones y caballeros malvados. La acción se desarrolla en un tiempo legendario y remoto, así como en una geografía exótica e imaginaria.

Novelas de caballerías medievales:

  • Libro del caballero Zifar: Escrito hacia 1300 y atribuido al clérigo toledano Fermín Martínez, narra el viaje del noble señor Zifar y su familia desde el reino de Tartaria, enfrentando desgracias como la muerte de todos sus caballos y su destierro debido a las envidias de sus rivales. Zifar emprende un viaje del héroe, superando pruebas y aventuras para demostrar su valía como noble y caballero, tanto espiritual como materialmente.
  • Amadís de Gaula: La novela comienza con los amores furtivos del rey Perión de Gaula y la princesa Elisena de Bretaña, que resultan en el nacimiento de un niño abandonado en una barca. El niño es criado por el caballero Gandales y busca su origen en medio de fantásticas aventuras, protegido por la hechicera Urganda, llamada la Desconocida, y perseguido por el mago Arcaláus el encantador. El héroe supera diversas pruebas y peligrosas aventuras, hasta finalmente casarse con su amada Oriana y convertirse en rey.

La Prosa de Ficción: La Novela Sentimental

Características de la Novela Sentimental:

  1. Amor no correspondido: El amor no correspondido es el eje de la trama y suele tener un desenlace trágico. Los personajes se rigen por los códigos del amor cortés.
  2. Ausencia de acción exterior: La trama tiene pocos acontecimientos relevantes, centrándose más en la vida interior y la conciencia de los personajes.
  3. Análisis de estados psicológicos: El enfoque principal está en los estados mentales y emocionales de los personajes. Las novelas a menudo incluyen cartas detallando los pensamientos y sentimientos de los personajes.
  4. Extensión breve: Las novelas sentimentales suelen ser más cortas que los libros de caballerías.
  5. Estilo retórico y elevado: Se utiliza un lenguaje retórico y elevado para expresar los sentimientos y pensamientos de los personajes.

Las principales novelas sentimentales del siglo XV son “Siervo libre de amor” de Joan Rodríguez de Padrón (c. 1440), “Grisel y Mirabella” (entre 1475 y 1485) de Juan de Flores, y “La Cárcel de amor” (1492) de Diego de San Pedro, considerada la cumbre del género.

El Teatro Medieval

Origen y Evolución del Teatro

El teatro tiene sus raíces en representaciones breves realizadas en iglesias y ligadas al culto religioso, donde se recreaban episodios de la vida de Cristo para hacer la liturgia más atractiva y transmitir enseñanzas religiosas al pueblo.

En castellano, la única pieza dramática anterior al siglo XV es el “Auto de los Reyes Magos” del siglo XII. A finales de la Edad Media, se encuentran testimonios de teatro litúrgico, como la “Representación del nacimiento de Nuestro Señor” de Gómez Manrique, tío del poeta Jorge Manrique.

También de finales de la Edad Media son las primeras muestras de teatro profano, con obras de temática amorosa protagonizadas por pastores, concebidas para un público cortesano. Destacan autores como:

  • Lucas Fernández (1474-1542): Escribió siete farsas y églogas al estilo pastoril.
  • Juan del Encina (1468-1530): Poeta, músico y dramaturgo, se sitúa entre el teatro medieval y el renacentista. Sus quince églogas muestran la transición de un marco medieval inicial en la concepción de las representaciones pastoriles hacia una perspectiva renacentista y pagana.

La Celestina

Autoría y Composición

Fernando de Rojas, proveniente de una familia acomodada de judíos conversos perseguida por la Inquisición, estudió derecho en Salamanca. Se le atribuye la autoría de “La Celestina“, habiendo encontrado el primer acto y decidido completar la obra. La obra tuvo dos versiones: “Comedia” (16 actos, circa 1499) y “Tragicomedia” (21 actos, circa 1502). Entre las diferencias, se destaca la ampliación del romance y la introducción de una nueva trama de venganza.

Género de la Celestina

A pesar de su forma dialogada, La Celestina no es estrictamente una obra teatral, sino que se inscribe en una tradición que arranca del teatro romano de Terencio y Plauto y que continúa en géneros medievales como la comedia humanística, cultivado en los ambientes académicos en el siglo XV. Eran obras concebidas para la lectura dramatizada y se escribían normalmente en latín, así que La Celestina podría entenderse como una comedia humanística en lengua vulgar.

La irrepresentabilidad de la obra (excesivamente larga) y la complejidad y riqueza de los personajes permiten relacionarla con la novela. Así, la obra sería una novela dialogada con elementos comunes con la ficción sentimental, pero se diferenciaría de esta en aspectos como:

  • Los personajes: La Celestina es un fresco de la sociedad de la época en el que aparecen personajes de diferentes clases sociales y en el que cobran protagonismo no solo los criados, sino también seres del mundo marginal (prostitutas, rufianes).
  • La fiel representación de la realidad: La Celestina se aleja de la ficción idealizada y estilizada de las ficciones sentimentales.

Personajes

Los personajes de la obra destacan por recibir atención y trato singular, especialmente aquellos de baja condición social, y por su evolución a lo largo de la trama, mostrando una verosimilitud psicológica. Calisto es un joven noble obsesivo y caprichoso, mientras que Melibea, inicialmente rechazante, se enamora de él. Pleberio y Alisa, padres de Melibea, representan un amor sincero y apasionado. Pleberio, en particular, al final de la obra, muestra una visión cruda y descreída del mundo.

Sempronio, criado de Calisto, representa la mentalidad renacentista y urbana, moviéndose por interés propio. Pármeno, otro criado, encarna la concepción medieval de la servidumbre y se corrompe por lujuria y avaricia. Lucrecia, sirvienta de Melibea, guarda secretos por soborno. Celestina, alcahueta astuta, manipula hábilmente a sus clientes. Areúsa y Elicia, discípulas de Celestina, tienen diferentes actitudes hacia su oficio. Centurio, un rufián cobarde, es inspirado en el miles gloriosus de Plauto.

Interpretación de la obra

El prólogo establece un propósito moralizador, pero la obra refleja una visión cruel y pesimista del mundo. Temas como el peligro de las pasiones desenfrenadas, el paso del tiempo y la muerte, la manipulación y la falta de sentido en los sucesos reflejan la realidad de una sociedad corrupta y despiadada. El nihilismo expresado por Pleberio al final puede relacionarse con las experiencias personales del autor, Fernando de Rojas, quien podría haber utilizado la obra para criticar una sociedad que lo excluía y ajustar cuentas con ella.