Modernismo, Generación del 98, Vanguardias y Teatro español hasta 1936

Modernismo y Generación del 98

A finales del siglo XIX, España experimentó una profunda crisis que impulsó a los intelectuales a buscar una reforma. La literatura se dividió en dos corrientes: el Modernismo, que buscaba la evasión y el elitismo, y la Generación del 98, que optaba por la crítica. Ambos movimientos coexistieron y alcanzaron su apogeo en las primeras décadas del siglo XX.

Modernismo

El Modernismo, introducido en España por Rubén Darío desde Latinoamérica, renovó la poesía. Influenciado por el Parnasianismo y Simbolismo francés, y la poesía romántica, se caracterizó por su búsqueda de belleza y musicalidad. Poetas como Rubén Darío (Prosas Profanas y Azul) adoptaron un estilo aristocrático y bohemio, con temas románticos como la evasión y la introspección. Emplearon una métrica innovadora con versos irregulares, estrofas nuevas, un léxico rico y figuras retóricas como aliteraciones y sinestesias. Otros poetas destacados fueron Antonio Machado (Soledades) y Juan Ramón Jiménez (Arias Tristes). En prosa, destacan Las Sonatas de Valle-Inclán, cuatro obras con prosa modernista, centradas en el amor y la muerte.

Teatro poético

Un teatro innovador, influenciado por el Modernismo, se desarrolló con temas históricos y conservadores. Destaca la obra La Lola se va a los puertos de los hermanos Machado.

Generación del 98

La Generación del 98 surgió como reacción al Realismo y Naturalismo, buscando la innovación en temas y formas narrativas. Influenciados por escritores extranjeros, buscaban la esencia de España y reflexionaban sobre el hombre y su destino. Se enfocaron en la novela, abordando temas como el paisaje de Castilla, la intrahistoria, la literatura medieval y temas existenciales. Su estilo se caracterizó por la sencillez, claridad, estilo personal, distancia del realismo, expresión emocional, visión personal de la realidad con narradores omnipresentes, sobriedad, léxico valorativo y preferencia por relatos cortos. Destacan autores como Miguel de Unamuno (Niebla y San Manuel Bueno, mártir), Azorín (La Voluntad), Pío Baroja (El árbol de la ciencia y Zalacaín el aventurero) y Valle-Inclán (El ruedo ibérico). En el teatro, renovaron el nivel literario, adaptándolo al público, con obras como Fedra de Unamuno y Lo invisible de Azorín.

Vanguardias

Las vanguardias, movimientos renovadores de principios del siglo XX, tuvieron su auge en España entre 1910 y 1925. Influyeron en generaciones posteriores, especialmente en la del 27. Las principales fueron el Cubismo, Expresionismo, Surrealismo, Futurismo y Dadaísmo. Ramón Gómez de la Serna difundió estas corrientes a través de sus Greguerías, revistas y tertulias. Surgieron así:

  • Creacionismo: Busca la importancia del poema en sí mismo, eliminando el sentido o significado. Destaca Vicente Huidobro.
  • Ultraísmo: Sin tema ni mensaje determinado, emplea la metáfora irracional, verso libre y temas del mundo moderno como deportes y cine. Destaca Guillermo de la Torre.

Poesía de la Generación del 27

En la década de 1920, la Generación del 27 homenajeó a Góngora. Unidos por la amistad, formación intelectual y talante liberal, la Guerra Civil truncó su trayectoria. Integraron elementos de la poesía moderna y contemporánea, siguiendo a Juan Ramón Jiménez y Gómez de la Serna. El gusto por la metáfora los unió. Hay diversidad temática: poesía intelectual (Pedro Salinas – La voz a ti debida, Jorge Guillén – Cántico, Vicente Aleixandre – Espadas como labios) y poesía tradicional (Federico García Lorca – Romancero Gitano, Rafael Alberti – Marinero en tierra). Influencias de Bécquer y Rubén Darío se ven en Luis Cernuda (Donde habite el olvido). Emplearon formas métricas clásicas y poesía popular. La Generación del 27 pasó por tres etapas: poesía pura, surrealismo y rehumanización, y Guerra Civil y exilio.

Novecentismo y las Vanguardias

Entre 1914 y 1925, autores posteriores a la Generación del 98, con preocupaciones similares pero con un enfoque más intelectual, buscaron un arte puro. Se concibió una literatura elitista para minorías, rompiendo con el pasado. El estilo buscó el equilibrio y el gusto por la metáfora.

Novecentismo

Hacia 1914, intelectuales lideraron una reforma literaria enfocada en el intelectualismo, elitismo y arte puro, tomando a Europa como modelo. Destacó el ensayo, buscando serenidad y equilibrio. Ortega y Gasset (La deshumanización del arte) propuso un alejamiento de temas humanos y un estilo elitista. Otros ensayistas fueron Gregorio Marañón y Eugenio D’Ors. En la novela, Gabriel Miró (El obispo leproso) priorizó lo descriptivo y un estilo lírico. Ramón Pérez de Ayala escribió novelas con digresiones sobre temas variados. Ramón Gómez de la Serna (El torero caracho) presentó un mundo irracional y humorístico. La revista fue clave para las Vanguardias, liderada por Gómez de la Serna con Proclama futurista a los españoles. Destaca la influencia de Juan Ramón Jiménez, con su poesía pura (Diario de un poeta recién casado).

El teatro anterior a 1936

A principios del siglo XX, el teatro español se vio condicionado socialmente, adaptándose al público burgués. Esto resultó en la pobreza del teatro, que ignoró los movimientos renovadores.

  • Comedia benaventina: Jacinto Benavente, tras el fracaso de El nido ajeno, optó por obras menos conflictivas, adaptándose al público. Escribió comedias burguesas y dramas rurales (La malquerida, Los intereses creados).
  • Teatro poético: Escrito en verso, influenciado por el Modernismo, con temas conservadores. Destacan los hermanos Machado (La Lola se va a los puertos) y Eduardo Marquina (En Flandes se ha puesto el sol).
  • Comedia costumbrista: Sainetes humorísticos y populares. Carlos Arniches (El Santo de la Isidra), hermanos Quintero (Malvaloca). Arniches también creó la tragedia grotesca (La señorita de Trévelez). Muñoz Seca impulsó la astracanada (La venganza de don Mendo).
  • Generación del 98: Unamuno, Azorín, Jacinto Grau y Valle-Inclán. Valle-Inclán, con gran originalidad, comenzó en el modernismo decadente, exploró el ciclo místico (Comedias Bárbaras), abordó temas como la avaricia y la lujuria (Divinas palabras), escribió farsas grotescas y creó el esperpento (Martes de Carnaval, Luces de Bohemia).
  • Generación del 27: Enfoque en acercarse al pueblo (La Barraca). Alejandro Casona (La dama de Alba), Max Aub (San Juan). Federico García Lorca, con su teatro poético, exploró el conflicto entre el individuo y la autoridad, con fuertes protagonistas femeninas. Experimentó con farsas, teatro lírico y surrealista, pero destacan sus dramas rurales (Bodas de Sangre, Yerma, La casa de Bernarda Alba).