Raíces Históricas de la Diversidad Lingüística en España
España es un estado en el que conviven varias lenguas. La lengua común a todos los territorios es el castellano; sin embargo, existen amplias zonas en el norte y el este peninsular donde, además del castellano, se habla otra lengua. Los habitantes de estas zonas viven en una situación de bilingüismo, evidente en la enseñanza, los medios de comunicación y la vida cotidiana. Los Estatutos de Autonomía reconocen esta situación en las siguientes comunidades: Galicia, País Vasco, Comunidad Foral de Navarra, Cataluña, Islas Baleares y Comunidad Valenciana. El asturiano y el aragonés, por su parte, no tienen reconocido el estatuto de lengua oficial en sus respectivas comunidades autónomas.
La diversidad lingüística de España se explica principalmente por razones históricas. Cuando los romanos iniciaron la colonización de Hispania, en la Península se hablaban distintas lenguas, que pronto fueron relegadas y sustituidas por el latín. No obstante, la débil romanización de algunas zonas del norte propició la subsistencia del vasco, la única lengua prerromana que sobrevivió. Tras la caída del Imperio Romano, el latín se fragmentó en diversas lenguas. Este proceso se intensificó en la Península durante la invasión árabe y la Reconquista, debido a la formación de entidades políticas aisladas, lo que propició el surgimiento de distintas modalidades lingüísticas. De este modo, se constituyeron cinco variedades romances, junto con el vasco, configurando el mapa lingüístico hispano: gallego, asturleonés, castellano, navarroaragonés y catalán. Durante la Reconquista, el castellano, el gallego y el catalán se extendieron hacia el sur. El castellano se adoptó en tierras leonesas y aragonesas, desplazando las hablas locales. El gallego se difundió por tierras portuguesas, dando origen al portugués como variedad diferenciada. La expansión del catalán, por su parte, originó el valenciano.
El Castellano
El castellano o español es la lengua oficial del estado español, de muchas naciones de América y de Guinea Ecuatorial. También se habla en Estados Unidos, donde es la segunda lengua en importancia, y en Filipinas. Esta vasta extensión geográfica explica que más de trescientos cincuenta millones de personas hablen español en el mundo. En Paraguay, el español comparte oficialidad con el guaraní; en Perú, con el quechua; en Bolivia, con el quechua y el aimara; y en Puerto Rico, con el inglés. En estos países, el español goza de buena salud, a diferencia de otros lugares. En Filipinas, solo lo habla una minoría y continúa en retroceso ante el auge del tagalo y el inglés. La variedad judeoespañola también disminuye, presionada por las lenguas de los países donde se asentaron los sefardíes.
El Gallego
El gallego es una lengua románica estrechamente relacionada con el portugués. Cuenta con más de dos millones y medio de hablantes, lo que indica un alto grado de conocimiento y uso. A diferencia del País Vasco y Cataluña, Galicia tradicionalmente ha sido una región de emigrantes, a la vez que ha recibido un número considerable de funcionarios y profesores. Esto explica que, antes del incremento de su uso tras la llegada de la democracia, su empleo fuera principalmente rural. En el occidente de Asturias, entre los ríos Eo y Navia, se habla un gallego con rasgos asturianos. También se extiende por zonas occidentales de León y Sanabria, con rasgos leoneses y castellanos. En algunas poblaciones de Salamanca, Cáceres y Badajoz se habla portugués.
El Vasco o Euskera
El vasco es un idioma único en Europa, sin relación con las lenguas indoeuropeas ni romances. No se le conoce ningún pariente, ni presente ni pasado. Es la única lengua pre-romana de la península Ibérica que ha sobrevivido al latín, aunque sufrió un progresivo retroceso. Reducido al uso coloquial, con una literatura escasa y sin una norma culta escrita, el vasco experimentó una fuerte diferenciación y retroceso. Esta situación, agravada por la dictadura franquista, cambió radicalmente con la democracia. El euskera se habla hoy en el centro y oriente de Vizcaya, en Guipúzcoa, en el norte de Álava y en el noroeste de Navarra, así como en parte del departamento francés de los Bajos Pirineos. Se estima que el número de hablantes de euskera asciende a unos seiscientos mil, de los cuales quinientos mil pertenecen al País Vasco español y el resto a la zona francesa.
El Catalán
El catalán es una lengua románica hablada en Cataluña, Islas Baleares y Valencia (donde se denomina oficialmente valenciano). Fuera de España, se habla en Andorra (donde es la única lengua oficial), en el departamento francés de los Pirineos Orientales y en la ciudad de Alguer (Cerdeña). El catalán tuvo una importante literatura medieval, pero a partir del siglo XVI se abandonó progresivamente como lengua de cultura. Su recuperación comenzó en el siglo XIX con la Reinaxença. A principios del siglo XX, se consolidó con la creación de una norma ortográfica, gramatical y léxica que permitió su enseñanza y cultivo escrito. Hoy en día, el catalán es una lengua prestigiosa, implantada en el sistema educativo, los medios de comunicación y la vida pública, hablada por casi siete millones de personas.
El Asturleonés y el Navarroaragonés en la Actualidad
De los dialectos peninsulares derivados del latín, el asturleonés y el navarroaragonés no llegaron a desarrollarse como lenguas debido a la presión del castellano. En la actualidad, ambas modalidades perviven en forma de hablas diversas: el aragonés se habla en algunos valles pirenaicos del norte de Huesca; el asturleonés se extiende por áreas rurales del antiguo reino de León, que comprende Asturias, parte de Cantabria y las provincias de León, Zamora y Salamanca. Las variedades de asturleonés habladas en Asturias se conocen como bable. Bajo esta denominación se agrupan diversas hablas locales con diferencias en extensión y vitalidad. Además de una variedad del gallego común en el occidente de Asturias (gallego-asturiano), se distinguen tres grupos de hablas asturianas: occidentales, centrales y orientales, con los siguientes rasgos:
- En los dialectos orientales, aparece una aspiración en palabras que tenían una f- inicial latina: hiu (“hijo”), hacer (“hacer”).
- Los dialectos centrales se caracterizan por formar el plural femenino en -es: casa/cases.
- Los dialectos occidentales son los más vivos. Mantienen los diptongos ei y ou: cantei, cantou. La ll se pronuncia con un sonido similar a una ts: vatse (“valle”). Conservan la f- inicial latina: farina, fame.