Percepción y Conocimiento en Tristán, Perceval y Dupin

El Amor y la Soledad en Tristán e Isolda

Tristán marcha, pero al cruzar las barreras y fosos del castillo, se da cuenta de que no puede alejarse más. Experimenta esta carencia y se queda en el burgo de Tintagel. Allí sufre unas fiebres terribles debido a su separación, e Isolda sufre igualmente. Así, Brangiana decide urdir una estratagema para ayudarles.

Tristán irá cada noche al vergel detrás del castillo a tirar ramitas y pedazos al agua de una fuente que llega hasta el cuarto de las damas. Isolda, al verlos, saldrá a su encuentro para poder estar juntos y así volver a su mundo del “ya sí”, de la plenitud.

Tristán e Isolda plantea el tema de si es posible escapar del mundo de la dualidad para poder vivir su amor fuera de la sociedad, en un mundo edénico de plenitud total. Rilke, sin embargo, en las Cartas a un poeta joven, plantea la relación amorosa como dos soledades que se saludan, como una soledad compartida, porque nos quiere decir que la soledad es inevitable.

Tenemos que aprender a estar solos para poder aprender a amar. Si no somos capaces de estar solos, de experimentar la carencia, consideraremos al otro como algo que debe llenar nuestro vacío, como alguien que nos debe hacer experimentar la plenitud. Esta relación tan necesaria entre la carencia y la plenitud es crucial, porque estas dos experiencias son dos realidades complementarias. Cuando estamos en una de las dos realidades, debemos recordar la otra para poder experimentar cada una de manera controlada, y no de forma extremista.

Procesos Cognitivos y Percepción en Literatura

Atención Focalizada vs. Atención Extensa

El proceso de conocimiento y la mirada en las dos obras difiere dependiendo del personaje en el que nos centramos. La atención focalizada es la que aísla, fija y hace que cada cosa sea explícita. Con esta atención, convertimos las cosas en inertes y mecánicas, pero de esta manera podemos conocer y aprender, lo que nos proporciona poder.

Mientras que la atención extensa es la que nos hace experimentar el mundo de manera inmediata, como un ente vivo y complejo compuesto de seres que forman un todo, como un mundo en el que estamos profundamente conectados. No podemos prescindir de ninguna de las dos, pero tenemos que ser conscientes de la atención que ponemos en cada momento.

La Evolución de Perceval

En el Perceval se puede observar claramente un proceso de conocimiento, una evolución del personaje que en un inicio es un joven rústico que no sabe nada del mundo ni de sí mismo. Perceval no es, como en otras obras de Chrétien, un caballero que sale de la Corte en busca de aventuras; es un joven que sale de casa de su madre, quien además es un referente para él.

Pero cuando su madre intenta explicarle la verdad sobre su historia, Perceval no atiende porque tiene hambre. Perceval pasará de ser un chiquillo ingenuo que no presta atención a lo importante, a ser un caballero noble y cortés. Aprenderá que debe experimentar su propia historia y deberá abandonar a su madre para poder crecer, aunque esto tenga consecuencias.

El Episodio del Grial

En el episodio del Grial, Perceval no preguntará a quién se sirve con el Grial ni qué es la lanza que sangra. Esto se debe a que hace caso del consejo de Gornemant de no hablar demasiado, y también porque, sin saberlo, la culpa de la muerte de su madre le hace callar.

Todas las veces que pasan los pajes por delante de él con el Grial y la lanza, él no pregunta nada. Decide que preguntará mañana porque quiere saber, pero mañana no encontrará a nadie en el castillo y, cuando salga, el puente se cerrará y no obtendrá ninguna respuesta.

En este episodio se podría observar que Perceval ha aprendido de los consejos de Gornemant de no hablar demasiado. Aunque esto finalmente le perjudique, se observa una evolución en él, si bien es una evolución demasiado extrema, ya que pasa de preguntar todo lo que le pasa por la cabeza a no preguntar nada.

El Episodio de las Gotas de Sangre

En el episodio de las gotas de sangre en la nieve también se puede observar una evolución en Perceval. En este episodio, Perceval se apoya en la lanza para contemplar las tres gotas de sangre en la nieve que ha dejado un ganso herido. El contraste de la sangre y la nieve le recuerda la faz de su amiga Blancaflor.

Perceval está absorto en lo que está contemplando. Algo ha pasado para que ahora Perceval pase tanto tiempo contemplando algo, mientras que antes era alguien que no se fijaba en nada. En este episodio, Galván se dará cuenta de que Perceval es un caballero cortés.

Perceval, en el episodio del Grial, recibe un estímulo, pero no “conversa” con él, ya que no hace ninguna pregunta. Mientras que en el episodio de las gotas de sangre, recibe el estímulo de esta imagen e inicia una “conversación” que le lleva a quedar absorto.

La Búsqueda de la Carta Robada: Dupin vs. el Prefecto

Al igual que la actitud de Perceval en el episodio del Grial no fue la correcta, en “La carta robada” también encontramos una actitud errónea: la del prefecto.

El prefecto recibirá un estímulo (la carta), pero hará una pregunta y esperará a que la respuesta venga a él. No “conversará” correctamente y no llegará a la comprensión. El prefecto quiere conseguir la carta sea como sea. Una vez la tiene, se irá sin preguntar cómo la ha encontrado Dupin.

El prefecto no se da cuenta de que lo importante no es encontrar la carta, sino el proceso para encontrarla, la “mirada” que tiene respecto a la realidad que le permite encontrarla. El prefecto había buscado la carta con una atención focalizada sin tener en consideración la atención extensa, y volverá a repetir este error porque no se ha dado cuenta de que la carta no es lo importante.

Dupin sabe que no se puede resolver un problema con la misma mentalidad que lo ha creado, y se pone en la piel del ministro. El ministro conoce los métodos de la policía, y el prefecto no considera esta opción.

Dupin, cuando busca la carta en casa del ministro, engaña al ministro poniéndose unas gafas verdes para que no le vea los ojos. Así, mira las cosas que están a la vista, porque ya sabe, por la información que le ha dado el prefecto, que un registro minucioso no ha dado resultados.

Antes de mirar, Dupin ya va con una intención: la intención de sospechar. Dupin recibe el estímulo de la carta y se hace preguntas (“conversación” con el estímulo), hasta que llega a la comprensión y la resolución de la investigación.