Poesía Hispanoamericana del Siglo XX: Un Análisis Completo

Poesía Hispanoamericana del Siglo XX

Resumir la trayectoria de la literatura hispanoamericana durante el siglo XX es una tarea realmente complicada. La historia de la literatura hispanoamericana, que comenzó durante el siglo XVI en la época de los conquistadores, se puede dividir a grandes rasgos en cuatro periodos: durante el periodo colonial fue un simple apéndice de la literatura española, pero con los movimientos de independencia que tuvieron lugar a comienzos del siglo XIX, entró en un segundo periodo dominado por temas patrióticos. Sin embargo, durante la etapa de consolidación nacional -tercer período-, experimentó un enorme auge, hasta que alcanzó su madurez -cuarto período- a partir de la década de 1910, llegando a ocupar un significativo lugar dentro de la literatura universal.

La producción literaria de los países latinoamericanos forma un conjunto armónico, a pesar de las diferencias y rasgos propios de cada país. A lo largo de los años, han llegado a producir un impresionante cuerpo literario que ha despertado la admiración internacional.

El Modernismo

A finales del siglo XIX, el cansancio del Realismo favorece la aparición de un espíritu de renovación artística antiacademicista, antiburgués e idealista que se concreta en el Modernismo. Este movimiento alcanza su máximo apogeo con la obra de Rubén Darío (Nicaragua, 1867-1916), figura culminante del Modernismo y referencia de toda la lírica contemporánea hispana a ambos lados del Atlántico.

  • En 1888 publica Azul, libro en prosa y verso en el que se renueva tanto la métrica como el vocabulario poético.
  • En 1896 publica Prosas profanas, culminación de la sensibilidad modernista.
  • En 1905 aparece Cantos de vida y esperanza, obra de madurez del poeta, que se sitúa ahora en la línea del Modernismo intimista, más meditativo y menos esplendoroso.

Junto a la poesía reflexiva y melancólica, reivindica los valores de la vieja comunidad hispana que Darío percibe ahora como la verdadera amenaza para los pueblos americanos.

El Posmodernismo: Aportación Original y Autóctona

Tras el agotamiento de los excesos retóricos modernistas, la poesía se inclina hacia el intimismo y una expresión más sencilla. En el posmodernismo, las preocupaciones trascendentales de la etapa anterior se transforman en una inquietud por lo inmediato, creando una poesía de lo cotidiano.

A esta etapa pertenecen los primeros libros de Pablo Neruda y de César Vallejo. Poetisas posmodernistas importantes son: Gabriela Mistral, Alfonsina Storni y Juana de Ibarbourou.

El Vanguardismo (1920-1960)

A la superación del Modernismo contribuyó, sin duda, la influencia de las distintas vanguardias europeas. Los “ismos” europeos penetran en América a través de revistas y grupos que difunden estos movimientos de vanguardia. Entre los movimientos vanguardistas hispanoamericanos, acabarán teniendo la mayor trascendencia el Creacionismo chileno de Vicente Huidobro, el Ultraísmo argentino de Jorge Luis Borges, el Estridentismo mexicano y el Surrealismo con las figuras personalísimas de César Vallejo, Pablo Neruda y Octavio Paz.

  • Vicente Huidobro (Chile, 1893-1948): Fundador del Creacionismo, movimiento muy influyente en la literatura española de la época. El poeta cultivará “el juego de azar de las palabras”, un empleo de continuas e ilógicas imágenes que tiene su culminación en Altazor.
  • Jorge Luis Borges (Argentina, 1899-1986): A la riqueza retórica ultraísta, añade Borges un mundo lleno de símbolos y un tratamiento intelectual de juegos de palabras, paradojas y contrastes en Luna de enfrente.
  • César Vallejo (Perú, 1892-1938): De humildes orígenes, en su poesía mostró siempre una hipersensibilidad ante la injusticia y el dolor. Compagina la poesía humanizada y comprometida con las formas más arriesgadas de los vanguardismos, que lo llevan a una exploración constante del lenguaje poético. Su primer libro Los heraldos negros tiene influencia modernista, pero con un acercamiento a lo cotidiano, donde el hombre sufre ante el destino, el ser humano es un ser sufriente.
  • Pablo Neruda (Chile, 1904-1973): Premio Nobel de Literatura en 1971, es autor de una extensa obra difícilmente clasificable. En 1924 publica Veinte poemas de amor y una canción desesperada, poemario que recoge toda una tradición de poesía amorosa que arranca del Romanticismo y llega hasta el Modernismo.

Alejados de Chile en un remoto destino diplomático asiático, Neruda sufre una profunda crisis existencial, se acerca al surrealismo con la publicación de Residencia, donde pretende dar cuenta de un mundo en el que todo tiende a la muerte y a la destrucción. En 1950 publica Canto general, extenso poema épico en el que canta la historia americana; en 1954 publica Odas elementales, con versos breves y sencillos que exaltan la humildad de las cosas; y en 1964 publica Memorial de Isla Negra, poemario en el que, aunque sigue estando presente el compromiso político y las preocupaciones sociales, va abriéndose paso hacia una poesía intimista.

Después de las Vanguardias

La rehumanización de la poesía tras las vanguardias se aprecia en la poesía de la negritud, que muestra un mundo lleno de vitalidad y sensualidad, al tiempo que denuncia las condiciones sociales de marginación de negros y mulatos. Poetas afroantillanos destacados son Nicolás Guillén y José Lezama Lima.

  • José Lezama Lima (Cuba, 1912-1976): Su poesía posee tintes místicos y es el instrumento para conocer los secretos de la existencia. Atribuye a la poesía la capacidad de iluminar los más recónditos rincones del espíritu, lo que se conoce con el nombre de “trascendentalismo”. Destaca entre sus libros Enemigo rumor.
  • Octavio Paz (México, 1914-1998): Llega a la misma línea de trascendencia. Excelente ensayista y premio Nobel en 1990, sus volúmenes poéticos abarcan todas las tendencias líricas del siglo XX. Desde el compromiso antifascista (Bajo tu clara sombra) hasta el surrealismo y el existencialismo (La estación violenta).

Expone su concepción de la creación poética en el ensayo El arco y la lira. Del tono neorromántico de sus primeras obras, pasa luego al compromiso político de los años 30 hasta los 50. El Surrealismo y el Existencialismo son dos claves de la producción poética de Paz (Libertad bajo palabra). La vertiente metafísica desaparece en el tono pesimista de su poesía existencial de los cincuenta; más tarde, experimentará formalmente con Topoemas. En su última poesía reflexiona sobre la existencia y las posibilidades de la escritura (Árbol adentro).

La Poesía Hispanoamericana en el Último Cuarto de Siglo

Desde 1960, las tendencias siguen siendo variadas. Prosigue, bajo el magisterio de Paz, el surrealismo en Marco Antonio Montes de la Oca o Enrique Molina. Bajo el magisterio de Neruda, la poesía comprometida continúa en Mario Benedetti (Poemas en la oficina), Juan Gelman (El juego en que andamos) o Ernesto Cardenal (Hora). Cultivan el experimentalismo los chilenos Nicanor Parra (Poemas y antipoemas) y Gonzalo Rojas (Cinco visiones), la cubana Dulce María Loynaz, el colombiano Álvaro Mutis, o la uruguaya Cristina Peri Rossi. Todos estos poetas y otros muchos mezclan otras tantas tendencias poéticas desde lo surrealista hasta lo barroco, pasando por el existencialismo, socialismo, indigenismo, americanismo o la épica.