El español de América es un mosaico complejo de variedades debido a factores históricos y sociales de cada país. Tres factores lo caracterizan en conjunto: Andalucismo, Arcaísmo y Popularismo. El Andalucismo se debe a la influencia de colonizadores del sur de España. El Arcaísmo proviene del uso de rasgos del español clásico que todavía se conservan en América, como el voseo. El Popularismo se refiere a la diversidad de orígenes de los colonizadores. Además, la influencia de las lenguas indígenas, como el náhuatl, el quechua y el guaraní, también ha impactado.
Los rasgos del español americano son diversos y su distribución geográfica es irregular. Los límites de estos rasgos no siguen las fronteras entre países. Los hablantes peninsulares encuentran ciertos rasgos característicos:
Rasgos fónicos
- Seseo: Prácticamente toda Hispanoamérica es seseante.
- Yeísmo: También es un fenómeno muy extendido.
- Aspiración de –s: En posición final de sílaba y palabra, que a menudo se asimila a la consonante siguiente e incluso llega a perderse.
- Confusión de –l y –r: En posición final de sílaba y palabra.
- Aspiración de j y de g+e,i: Todos estos rasgos muestran la vinculación con el castellano meridional de la Península.
Rasgos característicos
- Voseo: Es un fenómeno característico de ciertas zonas de América desde el siglo XVI. En España, el vos desapareció y fue absorbido por tú y usted.
- En Hispanoamérica, en cambio, tú desapareció y se utiliza vos para el tratamiento de confianza.
- No hay leísmo, laísmo ni loísmo.
- En Hispanoamérica se utilizan sufijos diferentes a los de España, como -ada, -ida y -ito.
- Se prefiere el pretérito perfecto simple en lugar del compuesto.
- Adverbios, preposiciones y conjunciones tienen usos únicos en comparación con el castellano peninsular.
Peculiaridades léxicas
X Variedad norteña central. Desde Cantabria hacia el sur, por la Alcarria y Madrid, hasta la Mancha. Es bastante impreciso, sobre todo al sur, pues en las tierras manchegas son observables también algunos rasgos meridionales, en especial la aspiración de la –s ante consonante. Son rasgos peculiares del castellano en esta zona los siguientes:
- Pronunciación bastante adecuada.
- Leísmo, laísmo y loísmo.
- Pronunciación de la x como /s/. Ej: [tasi].
- Relajación y pérdida de la –d- intervocálica.
- Pronunciación fuerte de la –d final de palabra, que se articula como si fuera -z-.
- Uso del infinitivo con valor imperativo.
X Variedad occidental o leonesa: Se habla con ciertas características que revelan el contacto con la variedad autóctona. Estos rasgos son más abundantes en Asturias, pero es posible también encontrar algunos de ellos más al sur, en otros territorios de influencia leonesa como algunas zonas rurales de Salamanca y Cáceres. Los más significativos son:
- La tendencia a cerrar las vocales finales –e, -o en –i, -u.
- La utilización de verbos intransitivos como transitivos (caí el teléfono).
- El pretérito perfecto simple sustituye al perfecto compuesto.
- La formación del diminutivo con el sufijo –ín/-ina.
El asturleonés todavía conservado se caracteriza por los siguientes rasgos: además del cierre de la vocal final de palabra; los grupos –as, -asi se pronuncian; la l- inicial latina se pronuncia /ll/; conservación de la f- latina; el artículo delante de posesivos sin apocopar (mía choza).
X Variedad oriental o aragonesa: Castellano hablado en la actualidad en lo que fue el reino de Aragón, con particularidades que proceden del antiguo contacto con la lengua navarro-aragonesa y el catalán. Entre sus rasgos destacan:
- La entonación ascendente y el alargamiento de la vocal final.
- El empleo de “pues” a final de enunciado como apoyo.
- El uso del diminutivo.
- Otros rasgos más significativos del aragonés que aún se conservan son: el grupo –kt- latino-intervocálico evoluciona a –it-; pectum > peito; la l- inicial se transforma en ll: lluna; los grupos latinos pl, cl, fl, se conservan: flamma; la utilización de haber por tener (he hambre).
El castellano de las zonas bilingües: Como en los casos anteriores, el contacto con el catalán, el gallego y el vasco provoca que el castellano hablado en estas zonas adopte una forma peculiar.
- Castellano hablado en Cataluña: Tiene influencias del catalán. Algunas de las características son: apertura de las vocales tónicas; seseo; distinción entre b y v; articulación de la –d final como –t [Madrit]; utilización del artículo ante nombre propio: el Jordi; no diferenciación entre verbos como llevar/traer.
- Castellano hablado en Galicia: Tiene influencias del gallego. Rasgos más relevantes: pronunciación más melódica; cierre de las vocales –e, -o; uso del diminutivo –iño.
- Castellano hablado en el País Vasco: Tiene influencias del euskera. Rasgos más relevantes: dislocación del orden sintáctico habitual; uso del condicional por el pretérito imperfecto: “Si yo tendría dinero…”; abuso de algunos conectores como pues.
10.3 A) Generación del 50: Marcan camino para la renovación. Tienen actitud humanística, rasgos: temas sociales como inconformismo, nostalgia, infancia, amistades y poesía. En plano formal, dignifican el lenguaje alejándose del prosaísmo y añaden humor. Sus autores son: el grupo de Barcelona con el representante Jaime Gil de Biedma y en Madrid Claudio Rodríguez, Ángel González y José Ángel Valente. Jaime: poesía irónica, cotidiana, desenmascara la burguesía de Barcelona en “Compañeros de viaje”. José Ángel Valente con poesía intelectual y simbólica, obras como “La memoria de los signos”.
B) Generación del 68: Estos quieren romper con la poesía social y crean un lenguaje experimental. Debe el nombre a José María Castellet, que en 1970 publica una antología con el título “Nueve novismos poetas castellanos”, donde están nuestros poetas nacidos entre 1936 y 1950. Rasgos característicos: rica forma literaria, aspiran a autores como T.S. Eliot; en su poesía influyen medios de cultura de masas como el cine o cómics, aparecen personajes como Marilyn Monroe, de ahí se les denomina “generación culta” por el exhibicionismo cultural que aparece en sus composiciones; quieren libertad creativa; definen arte por arte. Algunos autores conocidos son: Luis Alberto de Cuenca y Pérez Ginzferrer con “Arde el mar”.
TEATRO LORCA: 1. El tratamiento de un tema básico, que es el enfrentamiento entre la realidad opresiva y el deseo, el cual engloba estas variantes: la opresión de la mujer en una sociedad machista y patriarcal, los obstáculos para consumar una relación amorosa o sexual deseada pero prohibida (porque se enfrenta a la honra, a lo que opinarán los demás) y la lucha contra las normas sociales. 2. El destino final de los personajes, siempre trágico, se asemeja al de los protagonistas de la tragedia griega. Además, como en la tragedia griega, hay una fuerza externa, el sino, la fatalidad, que arrastra a los personajes contra su voluntad y los lleva al fatal desenlace final. 3. Los personajes no tienen nombre propio y representan un estereotipo determinado; o mediante la introducción de fragmentos poéticos o canciones que interrumpen el diálogo en prosa. 4. La inclusión de símbolos lorquianos: el verde (color de la frustración amorosa y la muerte), el negro (el luto), el blanco (la falsa apariencia de pureza), el caballo (sexo y muerte), el agua (limpia, reconforta, sacia la sed, un deseo insatisfecho; si está estancada o sucia, remite al odio que todo lo envenena) y el fuego (pasión amorosa), anillos o pendientes en forma de lágrimas (premonición de dolor y llanto), las flores (la felicidad, la vitalidad), la luna (que anuncia la muerte), los animales que representan masculinidad, bravura (león, toro), la casa (una prisión para las protagonistas).
LORCA POESÍA: 1. Temas: el dolor y la tristeza de la Andalucía profunda (y de los gitanos, en concreto: su pena; la injusticia social que sufren; y su destino trágico en forma de muerte, violenta en muchas ocasiones). 2. Los personajes son: los gitanos de género masculino (una raza enfrentada a las normas, nómada, libre y supersticiosa, puesto que siempre han estado perseguidos por la justicia (destino fatal)), la mujer gitana (caracterizada por su pena o tristeza y por su debilidad ante las dificultades (suelen ser quienes se quejan y lamentan y pueden ir acompañadas de símbolos de erotismo)); los carabineros/guardia civil (que simbolizan el poder establecido que persigue al gitano). Otros simbolizan el encuentro erótico: el río, el agua, la fuente. Si el agua está en movimiento es vida; si está estancada, muerte.
1. TEATRO HUMANISTA: Aborda fundamentalmente el tema del hombre en todas sus dimensiones, política, social e ideológica. Así, se reflexiona sobre la situación del hombre en el mundo, en situaciones de opresión, intolerancia, falta de horizontes, mentira, soledad. Para ello, utiliza el género clásico de la tragedia: un personaje en busca de la verdad obstaculizado por las limitaciones propias o impuestas. 2. PERSONAJES: Se suelen dividir en la misma obra en dos tipos que se enfrentan dialécticamente: de una parte, los activos que actúan movidos por el egoísmo y los bajos instintos, carecen de escrúpulos y son capaces de ejercer la violencia o la crueldad verbal con tal de obtener sus objetivos; de otra parte, los contemplativos o “soñadores”, que siempre viven angustiados en un mundo que se les queda “pequeño” para sus sueños (a pesar de ser conscientes de sus limitaciones, intentan alcanzar un sueño imposible y, por ello, están abocados al fracaso). Así, en “La fundación” descubrimos que los personajes están en una cárcel por un asunto político, pero desconocemos el país, la época y las causas. Se trataría tal vez de “vencer” a la censura, al tiempo que la “fundación, la cárcel” aludiría a la situación irrespirable de la dictadura bajo la que vivía; o la “escalera” en “Historia de una escalera”, que representa el fracaso continuado ante el paso del tiempo; y, sobre todo, las discapacidades físicas o psíquicas de buena parte de los protagonistas de sus obras (ciegos, sordos, locos, trastornados por la culpa, suicidas) que simbolizarían la lucha del hombre contra sus límites. Y el hecho de que la mayor parte de sus dramas y tragedias se desarrollen en espacios cerrados: una escalera de vecinos, una cárcel, un sótano, que representarían la incapacidad de los personajes para superar con esas limitaciones. Así, durante la primera parte de “La fundación” vemos los objetos colocados como los percibe Tomás en su alucinación; oímos el sonido obsesivo del tren que oye el padre de “El tragaluz”; nos quedamos a oscuras cuando David, ciego en “El concierto de San Ovidio” apaga la vela; o asistimos a la vida de Larra desde su mente atormentada de suicida en “La detonación”. PRESENCIA DE FINALES ESPERANZADORES: En muchas de sus obras se deja abierta la posibilidad de que, a pesar de lo difícil que parece, los personajes puedan tener una probabilidad de salvarse (Tomás y Lino en “La fundación”) o de salir de la triste situación en que viven (la tercera generación de “Historia de una escalera”).
10.2 Poesía desarraigada en poesía social: Autores que salen de la angustia existencial y se preocupan por los demás. Temas como protesta y denuncia caracterizan: influencia de Alberti y Neruda, transforman la realidad, temas como denuncia de marginación, falta de libertad o quieren justicia. Estos poetas tienden al prosaísmo.
Blas de Otero: La figura que mejor resume la postguerra. Coinciden con las tendencias: 1. Desarraigada, tiene soneto y tono bronco para expresar angustia por búsqueda de Dios, amor. 2. Sentido existencial: “Ángel fieramente humano” y “Redoble de conciencia”. 3. Poesía social: Importancia cambiante, abandona yo ensimismado para hacerse oír, denuncia injusticias. Prefiere metros populares y verso libre, lengua llana y evita símbolos complejos e imágenes irracionales: “Pido la paz y la palabra” en castellano. 4. Expresión aquí hay imágenes irracionales y humor, tiene más verso libre y poema en prosa como “Hojas de Madrid”.
Gabriel Celaya: Comenzó antes de la guerra civil, poesía cerca del surrealismo y para su obra más conocida se desarrolla con libros de poesía desarraigada: “Tranquilamente hablando” y “Las cosas como son”, y luego comenzó con la poesía social con: “Las cartas boca arriba” y “Cantos iberos”, que fueron un símbolo de resistencia política. Para este, la poesía era un arma cargada para el futuro.
José Hierro: Este evolucionó de la poesía desarraigada en el libro “Tierra de nosotros” a una narrativa más testimonial con lenguaje y métrica más popular: “En cuanto se de mi”. Y luego a poesía nueva en el libro “Cuaderno de Nueva York”.