Realismo mágico, boom y nuevas tendencias en la literatura hispanoamericana

Realismo mágico

Este término fue acuñado en 1925 para referirse al arte europeo de entreguerras. Sin embargo, fue el cubano Alejo Carpentier quien lo adaptó a la naturaleza americana. El Realismo mágico es la incursión de lo maravilloso en la realidad cotidiana de los personajes. Esta circunstancia no produce sorpresa ya que se percibe de forma natural, habitual. La sociedad y la vida real se expresan a través de símbolos y mitos indígenas. Además, se asimilan los elementos oníricos e irracionales propios del movimiento surrealista.

Gabriel García Márquez

Este escritor colombiano es uno de los máximos exponentes de la literatura contemporánea en lengua hispana y el autor más destacado del Realismo mágico. Las características de su novela pueden resumirse en los siguientes puntos:

Espacio y tiempo

García Márquez recrea lugares imaginarios, decadentes, en un tiempo indeterminado. Sin embargo, se trata de ambientes creíbles.

Por otra parte, el tratamiento del tiempo es circular y cíclico: se contraponen diferentes épocas y elementos anacrónicos.

Estilo y punto de vista

García Márquez suele usar un lenguaje sencillo y claro. Sin embargo, en sus novelas aparecen continuas imágenes y símbolos de raíz surrealista. El narrador suele ser omnisciente, y se utiliza la tercera persona.

Temática

Este autor desarrolla los temas universales de la literatura: el paso del tiempo, el destino trágico, los amores prohibidos. Sin embargo, introduce motivos propios de la hispanoamericana, como el aislamiento y la soledad, las dictaduras y la violencia. Utiliza recursos del cuento, la leyenda popular y la fábula, también se basa en vivencias y anécdotas propias. Sus obras contienen continuas referencias a la historia de su país.

La superación del boom

El boom es uno de los factores que propició la aparición de nuevas generaciones de narradores en Hispanoamérica. Más adelante, el desarrollo económico de algunos países, la brutal represión de la dictadura en otros y la proliferación de movimientos inspirados en la Revolución cubana provocaron que, en los años setenta, se iniciara una nueva etapa en la narrativa. Alejo Carpentier, abogaba ahora por la vuelta a una novela comprometida. Sin embargo, Antonio Skármeta, chileno, quien definió esta nueva corriente literaria que podemos denominar “desboom”. Su novela La nieve arala (1975) significó el punto de partida de la literatura de este nuevo período.

Temática y personajes

Gana importancia el discurso social. Renace la literatura testimonial: El punto de vista de estas novelas es subjetivo y sentimental.

Estilo

Espontaneidad, optimismo y vitalidad (texto A) frente al pesimismo propio de los escritores del boom. El lenguaje es coloquial, fluido y espontáneo. Se incluye léxico propio de argots del Caribe o México y se ensayan lenguajes no literarios: guiones de cine, de televisión.

Ambientación

No se rechaza el elemento fantástico en las obras pero se reflejan ambientes reales y situaciones concretas y cotidianas.

Aunque siguen publicando muchos de los autores propios del boom (García Márquez, Vargas Llosa…), van surgiendo otras figuras significativas de esta etapa: el citado Skármeta, Manuel Puig, Luis Sepúlveda, Severo Sarduy y Alfredo Bryce Echenique.

Por último, hay que destacar la repercusión de una serie de obras, escritas por mujeres. El punto de partida de esta literatura femenina es La Casa de los espíritus (1982), de Isabel Allende, y la novela Como agua para chocolate.

El cuento

Es un subgénero cultivado en esta época. En la literatura hispanoamericana el cuento experimenta cambios técnicos y temáticos que la novela.

Estructura

No se sigue la organización tradicional del cuento (introducción, nudo y desenlace), sino que los relatos se inician in medias res.

Técnica

Se prefieren los relatos en primera y tercera persona. Los escritores se valen de la presencia de varios personajes narrativos para ofrecer diversos puntos de vista.

Para aumentar la tensión narrativa, se emplean diversas técnicas: postergar la información de los elementos que espera el lector, proporcionar pistas falsas.

Temática y ambientación

Durante las primeras décadas del siglo, el cuento se acerca al Realismo, hacia mediados de siglo, se introducen en los cuentos atmósferas oníricas, fantásticas e inquietantes de la mano de autores como Jorge Luis Borges, Alejo Carpentier y Julio Cortázar.

Jorge Luis Borges

Borges es, sin duda, uno de los grandes maestros de la literatura hispanoamericana del siglo XX.

En sus cuentos podemos destacar las siguientes características:

Temática e ideología

Este autor se interesa por los temas metafísicos, filosóficos y existenciales, que determinan el contenido de su obra. Su tema principal es el tiempo circular.

Estructura y estilo

Los cuentos de Borges se estructuran como un texto argumentativo, con metáforas y símbolos.

Julio Cortázar

Aunque cultivó todos los géneros, destaca en la narrativa.

Características de sus cuentos son:

Estilo. Uso de lenguaje coloquial, similar al oral.

 Temática. El elemento fantástico y surrealista, Los temas que trata con mayor frecuencia Son la soledad y el desconcierto existencial

Estructura que actúa como elemento desestabilizador pertenece al otro mundo desenlace, se muestran los resultados de ese encuentro. Generalmente, los finales son insólitos