Realismo y Naturalismo en la Literatura Española

La Sociedad como Materia Novelable

En 1889, Benito Pérez Galdós ingresa a la Real Academia Española con un discurso titulado ”La sociedad presente como materia novelable”, frase que resume la relación que él postulaba entre el mundo que lo rodeaba y su literatura. Su vida lo lleva desde una diputación por el partido liberal dinástico en 1886 hasta la misma función en 1909, pero por la Conjunción Republicano-Socialista y, más tarde, su aproximación al Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Esta evolución ideológica se une a una continua experimentación literaria, lo que da a su obra un matiz complejo, que incluye la reflexión sobre diversos campos del conocimiento y sobre las causas y consecuencias del cambio social impulsado por la burguesía.

Interesado en imitar esa realidad que nutre sus relatos, incluye las voces, palabras y modismos propios de cada personaje mediante diversos procedimientos:

Técnicas Narrativas

Discurso Directo

El narrador reproduce textualmente las palabras del personaje, usando un verbo introductorio, respetando el sistema verbal y pronominal de origen y valiéndose de signos gráficos que permiten reconocer el cambio de voz (dos puntos, comillas).

Discurso Indirecto

El narrador reproduce las palabras del personaje incluyéndolas en su discurso.

Monólogo Interior

El narrador reproduce el pensamiento del personaje respetando pautas gramaticales y de puntuación, a diferencia del fluir de la conciencia donde la agramaticalidad domina el discurso.

Ironía

El narrador apela a la ironía para enunciar sus críticas a una clase social.

La Crítica al Naturalismo

En 1883, Emilia Pardo Bazán publicó un texto crítico del naturalismo francés y de su principal representante, Émile Zola. Esta corriente literaria, surgida a partir del realismo, plantea que el individuo está fuertemente determinado por la herencia genética y el medio social. Los individuos de clase social desfavorecida transitarán una existencia signada por la pobreza, la marginación y la violencia. En el fondo, la mirada naturalista se concentra en el accionar de la clase social surgida a partir de la industrialización: el proletariado.

Pardo Bazán se opone al determinismo y a la representación de ese mundo de pasiones degradadas. En su novela más conocida (Los pazos de Ulloa) no falta ninguno de los recursos naturalistas: las clases rurales envilecidas, la determinación social y ambiental.

En sus relatos, la presencia de la mujer es preponderante y se delinean con claridad cuatro tipos femeninos:

  1. La mujer española típica, caracterizada como frívola e ignorante.
  2. La prostituta, inmoral y cuestionada.
  3. La mujer moderna que, liberada de prejuicios, se convierte en fría y calculadora.
  4. La mujer española verdadera, caracterizada como cristiana y capaz de sacrificios.

Un Encuentro Activo con lo Real

Hacer literatura realista implica para los escritores asumir un nuevo rol: pensar en la función social. En oposición a otras miradas literarias, la mirada realista parte de esta relación: se propone reproducir artísticamente el mundo real, dar testimonio de una época y expresar sus tendencias. Su programa estético consiste en mostrar cómo es verdaderamente, es decir, descubrir y configurar las conexiones existentes en la realidad para iluminar su esencia, que permanece oculta en el caos de la vida cotidiana.

En los textos realistas, cada detalle está al servicio de la totalidad y contribuye a darle forma. El objetivo es delinear el mundo que se presenta y, al mismo tiempo, imponer en el lector el efecto de la realidad. Pero hay que agregar que esta literatura no intenta ser una fotografía exacta de la realidad, con lo que perdería su sentido como arte: el escritor elige, establece jerarquías y, sobre todo, juzga desde su punto de vista, que es subjetivo.

Por eso el realismo no significa objetividad neutra, sino una relación entre el mundo, independiente del hombre, y el modo en que el artista lo experimenta, valorándolo en las posibilidades y obstáculos que impone a las personas para vivir y realizarse.

La cosmovisión realista implica la idea de un encuentro con la realidad, un encuentro que implica la intervención de un sujeto y, por lo tanto, un reflejo activo, una representación. El realismo es, así, un programa estético y un programa ético, ya que el escritor se propone, desde su propio punto de vista, hacer consciente para las personas la verdadera naturaleza de su realidad y su posición dentro de ella, partiendo de la idea de que solo podemos modificar aquello que entendemos plenamente.

Distintos Acercamientos a lo Real

En España, con la llamada Generación del 80, los problemas que se planteaba el realismo adquirieron trascendencia: se estaba constituyendo un proyecto nacional y había que definir el tipo de sociedad que se pretendía establecer y quiénes tenían derecho a integrarla.

El problema del inmigrante, que no respondía a las pautas de ciudadano que la clase dominante pretendía, fue un tema central. La literatura se propuso describir a estos nuevos integrantes de la comunidad. A esta versión extremada del realismo se la nombra naturalismo.

Los Escritores Agregan Distintos Rasgos

El Grotesco

Sobre todo en la exageración burlesca de ciertas características de los personajes.

El Absurdo

Particularmente en la presencia de los problemas de comunicación, cuando el lenguaje no alcanza para comunicar.

La Literatura Fantástica

Presente, por ejemplo, en las rupturas de ciertas leyes físicas y lógicas que rigen nuestra experiencia.

El Desarraigo y la Búsqueda de un Lugar en el Mundo

Si pensamos en las obras que reflejan las tensiones generadas a partir de diferentes tipos de movimientos migratorios, la inmigración a principios del siglo XX y las emigraciones producidas en las décadas siguientes, podemos concluir que la identidad argentina se constituye en la producción teatral, desde la época de la inmigración hasta la década del ochenta, en un continuo proceso de desarraigo.