Realismo y Naturalismo en la Literatura Española del Siglo XIX

A mediados del siglo XIX, el movimiento romántico entra en decadencia, aunque algunos postulados estéticos se resisten a desaparecer. En el campo de la ideología, irrumpe con fuerza el positivismo. Debido a su carácter pragmático, el pensamiento positivista se adapta casi a la perfección al espíritu burgués cuando este conquista un sitio en el poder social y económico del estado.

Características del Realismo

De ahí que las características más importantes del Realismo sean:

  • La observación objetiva: Frente al subjetivismo e imaginación romántica, la obra realista nace de la observación y de un análisis previo de la realidad. El objetivo de la narrativa realista es la descripción y la presentación de la vida real, proyectada desde todos los ángulos posibles.
  • Ambientación contemporánea: El escritor refleja el momento que está viviendo y no huye a épocas pasadas. Se instala en su sociedad y la reproduce para que el lector la reconozca.
  • La burguesía como personaje principal: Si se trata de reproducir la sociedad del momento y sus cambios, a esta clase social se deben todas las transformaciones.
  • Análisis psicológico de los personajes: Debido a la descripción del carácter de los personajes, se produce un estudio minucioso de los ambientes familiares, de la educación y de los acontecimientos pasados como explicación a su conducta o a su manera de comportarse.
  • En cuanto al estilo: Se persigue un lenguaje natural, sobrio, alejado de efusiones y exageraciones.
  • Narrador omnisciente: Es aquel que controla hasta el último detalle, llegando a intervenir frecuentemente en el relato.

El Surgimiento del Naturalismo

A partir de 1848, se impone el Naturalismo que surge con Emile Zola, cuando se propone experimentar con la novela aplicando métodos científicos para llegar a la conclusión de que las circunstancias sociales en las que se desarrolla un individuo marcan su comportamiento. El naturalismo supone un cambio de actitud. Así pues, se hace peligroso para la sociedad burguesa, y esto queda reflejado en la novela, porque se adensa la acumulación de elementos descriptivos, se abusa de los datos físicos a la hora de caracterizar un personaje, pero sobre todo se denuncia la sociedad corrompida que ha generado el burgués cuando alcanza el poder. El proletariado violento se desenvuelve en un ambiente mísero y degradado. El naturalismo va a ser la primera corriente literaria que va a reproducir la estética de lo feo.

Principales Autores del Realismo y Naturalismo

Fernán Caballero

(Información sobre Fernán Caballero)

Emilia Pardo Bazán

Siempre defendió lo nuevo, lo novedoso. Por eso su obra osciló por múltiples tendencias, entre un tinte romántico como en sus primeras obras, o una aferrada defensa del Naturalismo, un acercamiento al realismo espiritualista de la novelística rusa y finalmente un afán por practicar la estética modernista. Dentro de la estética naturalista, destacaron obras como Los pazos de Ulloa (1886) y La madre Naturaleza (1887), en cuyo interior se observan las características más importantes del naturalismo literario, como pueden ser situaciones escabrosas, ambientes degradados, violencia, etc. Junto a sus novelas, hay un notable interés por su producción cuentística, entre los que destacan Cuentos de Navidad, Cuentos de Amor, etc.

Benito Pérez Galdós

Su obra literaria se divide en cuatro grandes bloques, dejando en un lugar aparte los Episodios Nacionales.

  1. Sus primeras novelas: En esta primera etapa, Galdós trata de explicar la realidad española bajo un esquematismo dual, es decir, lo tradicional frente a lo moderno, el pasado frente al presente, religión frente a la ciencia, como en La Fontana de Oro y Marianela.
  2. El periodo naturalista: Las obras de esta etapa se centran todas en Madrid y en la burguesía. Todo ello lo realiza mediante un diálogo realista y con la intención de enseñar a los españoles la verdadera imagen de la burguesía como manifiesta en La desheredada o El doctor Centeno.
  3. Las grandes novelas: Durante esta etapa, Galdós supera el naturalismo y es entonces cuando el autor empieza a descubrir la realidad y para comprenderla no es suficiente la observación, además de ella es necesario la intuición. Los personajes se convierten en meros símbolos, como en la obra de Fortunata y Jacinta.
  4. Periodo espiritualista: Ahora el realismo entra en cuestión y Galdós busca nuevos cauces expresivos en los que lo espiritual cobra un mayor protagonismo, como por ejemplo, en Tristana y El Caballero Encantado.

Los Episodios Nacionales, están escritos entre 1873 y 1912 en los que Galdós escribe una gran novela histórica compuesta por 46 episodios, agrupados en 5 series. Están diseñados con una intención moralizante para que el lector conociera los aspectos más interesantes de su pasado más cercano. Como fuentes utilizó desde libros hasta periódicos y revistas, aunque tampoco descartó el relato oral, ya que buscaba testigos directos de los hechos narrados. Todo ello lo funde para novelar. En ese sentido creó unos personajes novelescos que participan como actores de los acontecimientos históricos que se narran, y en donde es frecuente que un mismo personaje recorra muchas novelas para acentuar un tono de verosimilitud en los hechos o acciones que en modo alguno pueden serlo.

Leopoldo Alas “Clarín”

Este autor escribe solo dos novelas, Su único hijo y La Regenta. En la primera, narra la vida en una pequeña capital de un matrimonio frustrado, cuyas relaciones con los componentes de una compañía de actores sitúan la acción en un ambiente degradado. Esto le sirve a Clarín para criticar la moralidad de una sociedad que vive bajo la influencia del Romanticismo, lleno de hipocresía y egoísmo.

Es con La Regenta cuando alcanza un justo renombre dentro de la literatura. En ella se centra en cómo unos personajes, que son Ana Ozores y Fermín de Pas, inconformes con su situación y con la realidad que están viviendo, desean trascenderla, pero son vencidos por el mundo que los rodea. Ana Ozores, está casada con un hombre mayor y añora siempre una madre que no tuvo y el hijo que le falta. Debido a su mala situación personal, ya que se encontraba rota humana y sentimentalmente, acaba cometiendo un adulterio con Fermín de Pas, ya que este está sometido a la férrea voluntad de su madre y no tiene otra meta humana más que su ambición de poder. Sin embargo, el auténtico protagonista de la novela es la ciudad ficcional de Vetusta, en la que ninguna clase social escapa a la mirada de Clarín, ya que todas ellas representan para él la España de la Restauración, con todo lo que ello conlleva.