Karl Marx: Materialismo Histórico y la Crítica al Capitalismo
Contexto Histórico
El siglo XIX, el siglo de las revoluciones, trajo consigo cambios profundos en el orden social, tanto en el ámbito económico como en el político. La Revolución Industrial impulsó un proceso de crecimiento económico que dio lugar a un nuevo sistema: el capitalismo, que sustituyó al sistema agrícola y artesanal.
La burguesía, con su creciente poder económico, logró el triunfo político. Sin embargo, los ideales de la Ilustración –“libertad, igualdad y fraternidad”– no se habían cumplido, generando frustraciones, desajustes y malestar social. A esto se sumaban los vestigios de la sociedad estamental del Antiguo Régimen, reemplazada por una sociedad de clases marcada por la pobreza de la clase asalariada, la explotación colonial y la imposibilidad de conquistas en el Estado liberal.
Marx, fiel a su concepción de la filosofía como instrumento de cambio social, denunció la explotación en Alemania a través de diversas publicaciones. En París, se integró en organizaciones políticas de la clase obrera. Durante su exilio en Londres, fundó y presidió la Asociación Internacional de Trabajadores, que se dividiría en dos corrientes: la marxista y la anarquista, liderada por Bakunin.
Contexto Filosófico
Del pensamiento hegeliano, Marx adoptó dos conceptos fundamentales: la alienación y la concepción dialéctica de la realidad y la historia.
El movimiento positivista, extendido por Europa, también influyó en Marx. Autores como Comte defendían que las ideas eran la base de la sociedad y que la ciencia era el paradigma del saber. A través de la ciencia, el hombre podía dominar la naturaleza y perfeccionar el sistema social.
En París, surgieron numerosas propuestas utópicas, socialistas y anarquistas que inicialmente atrajeron a Marx. Conoció a los seguidores de Saint-Simon, las ideas de Fourier y de Owen, pero les criticó por no analizar científicamente las causas de la explotación y sus posibles soluciones.
Finalmente, cabe mencionar la influencia de la propuesta liberal de Adam Smith y David Ricardo, que Marx conoció durante su estancia en Londres. A través de ellos, se adentró en la economía política, aunque discrepaba de su análisis del capitalismo. Junto con Engels, elaboró una nueva propuesta: el materialismo histórico.
Postura Filosófica de Marx
Marx reflexionó sobre el ser humano desde una perspectiva materialista, argumentando que la única forma de conocerlo era a través de las condiciones materiales en las que vivía. Este análisis revelaba que el hombre transforma la naturaleza para satisfacer sus necesidades y sobrevivir, un proceso que Marx denominó producción social de la existencia. Para llevar a cabo esta transformación, se requiere tanto la fuerza de trabajo como los medios de producción. La necesidad de estos elementos obliga al hombre a relacionarse con ellos y con otros hombres, estableciendo relaciones de producción.
Existen dos tipos de relaciones de producción: las relaciones técnicas, que se establecen entre los hombres y los medios de trabajo, y las relaciones sociales, que se establecen entre los individuos que participan en el trabajo en función de si son o no propietarios de los medios de producción.
Estas relaciones pueden ser de explotación, cuando se dan entre propietario y no propietario, o de colaboración, cuando ningún agente es propietario de los medios de trabajo.
El conjunto de las relaciones de producción constituye la estructura económica o infraestructura, que determina el resto de las estructuras sociales o superestructuras. Dentro de la superestructura, se distinguen la superestructura jurídico-política (derecho, leyes y política) y las formas sociales de conciencia (ideas políticas, jurídicas, morales, religiosas, etc.).
Las formas sociales de conciencia sirven para dar sentido a la vida del hombre. Son contenidos ideológicos que creemos pensar libremente, ignorando que están determinados por lo económico. Esta es una tesis central del materialismo histórico: la realidad social, que es la realidad económica, determina la conciencia.
La ideología juega un papel crucial en las sociedades con propiedad privada de los medios de producción, donde las relaciones sociales son de explotación. La ideología facilita y justifica la alienación del asalariado, que consiste en transformar al trabajador en mercancía, generando plusvalía.
Esta enajenación, consecuencia de la propiedad privada, es la situación que el comunismo pretende superar. Marx critica las formas de comunismo que no logran este objetivo, ya que no abordan la raíz del problema: la propiedad privada como una relación entre trabajo y capital, que solo puede superarse cuando ambos desaparezcan.
Marx sostiene que, en las sociedades con propiedad privada, el paso de una sociedad a otra se produce mediante revoluciones sociales. En toda sociedad, existe un conflicto entre la clase dominante (tesis) y la dominada (antítesis), que genera una nueva sociedad (síntesis). Por lo tanto, la historia es la historia de la lucha de clases.
Sin embargo, las sociedades no siempre están en “era de revolución social”. La revolución se produce cuando las relaciones de producción (tesis) entran en contradicción con las nuevas fuerzas productivas (antítesis). Cuando estas últimas generan nuevas relaciones de propiedad (síntesis), termina el periodo revolucionario.
Marx denomina “prehistoria de la sociedad humana” a las sociedades dominadas por los modos de producción. A lo largo de la historia, han existido tres modelos:
- En las sociedades esclavistas, el amo, propietario de los medios de producción, se apropia del trabajo del esclavo porque le pertenece.
- En las sociedades feudales, el señor es el propietario y explota al siervo, que es su trabajador.
- En la sociedad capitalista, la explotación del trabajador se produce porque el capitalista se apropia de la plusvalía.
Este sistema genera contradicciones que lo llevarán a su disolución, como la contradicción entre la organización empresarial y el mercado, y entre la producción y el consumo. Ambas generan crisis de superproducción.
El capitalismo propone dos soluciones inútiles: el paro, que genera hambre, y la reconducción de excedentes hacia la guerra para conquistar mercados.
La alternativa marxista son las relaciones sociales de colaboración, que permitirán que la producción no se oriente a la plusvalía, sino al beneficio colectivo. La revolución debe acabar con la propiedad privada de los medios de producción.
El capitalismo (tesis) ha generado una fuerza descomunal: el proletariado y las máquinas (antítesis), capaces de satisfacer las necesidades de todos. Estas fuerzas lo destruirán y construirán la sociedad comunista (síntesis). Esta es la propuesta de solución de Marx: el sistema alternativo al capitalismo.
Comparación con Feuerbach y Actualidad
La filosofía dominante en Alemania en la primera mitad del siglo XIX fue la hegeliana. Tras la muerte de Hegel, un grupo de pensadores interpretó su pensamiento en clave conservadora (“la derecha hegeliana”). Sin embargo, pronto surgieron otros autores con propuestas diferentes: “la izquierda hegeliana”, con un punto de vista crítico. En la crítica al cristianismo, destacó Feuerbach con su obra “Esencia del Cristianismo”. Sus tesis principales son:
- Rechaza la inmortalidad del alma y valora positivamente la percepción y el cuerpo, frente al pensamiento abstracto.
- La religión y la teología son creaciones del hombre. Lo que se atribuye a Dios se refiere al hombre, ya que este toma lo mejor de sí mismo y lo traslada al infinito (mundo religioso). Dios no crea al hombre, el hombre crea a Dios.
- La religión es una forma de alienación del hombre, ya que su preocupación por lo sobrenatural le resta capacidad en el mundo real. Feuerbach reclama un cambio radical en la religión: si antes era Dios el ser ideal, ahora lo es la humanidad.
Marx critica la religión por ser una forma de alienación en tres sentidos:
- Es una experiencia de algo irreal. Dios no crea al hombre, el hombre crea a Dios.
- Desvía al hombre del mundo humano, expresado en la vida social y económica, donde es posible la salvación y la felicidad.
- La religión toma partido por las clases dominantes, no por las desfavorecidas, perpetuando su poder.
La diferencia con Feuerbach es que, para este, la eliminación de la religión se consigue con la evolución intelectual, mientras que para Marx también es necesario eliminar la propiedad privada. En el comunismo, no existe religión, ya que es una forma de alienación.
Influencia y Legado de Marx
En el panorama de las ciencias sociales, Marx es la figura más influyente del siglo XX. En historia, economía, sociología, etc., se incorpora una metodología de trabajo que tiene en cuenta, en primer lugar, el factor económico sobre otros. En segundo lugar, la constatación de las relaciones de poder entre grupos dentro de las relaciones sociales, que pueden explicar las causas de determinados conflictos.
En la filosofía, figuras como Sartre y Althusser reconocieron la influencia de Marx. Althusser afirmó que Freud, Nietzsche y Marx se habían convertido en los “maestros de la sospecha”.
En la política, por un lado, las revoluciones de Rusia y China, con sus limitaciones, no responden a lo que Marx creyó que supondría el comunismo, incluso lo contradicen. Por otro lado, su pervivencia en la socialdemocracia y la defensa del Estado de Bienestar intentan llevar a la práctica el ideal de justicia distributiva.