Antropología Filosófica: Un Viaje a través del Ser Humano

HÉROE HOMÉRICO Y HELENISMO

¿De dónde vengo? ¿Quién soy? ¿Quiénes somos?

Los relatos de la Grecia prefilosófica ya abordaban esta cuestión. Las peripecias entre los dioses y humanos, embarcados en conflictos y vivencias comunes, y sus desenlaces nos remiten a una primera respuesta. La Odisea, de Homero, nos brinda el mejor acercamiento posible a la cuestión gracias a la figura de su protagonista. Ulises, Odiseo en griego, es, sin duda, el primer arquetipo de hombre que nos muestran los clásicos. Más allá de los hechos descritos por Homero, lo que nos interesa destacar es por qué este poema épico nos ofrece, con Ulises, una primera concreción de lo que sea el ser humano.

Identidad humana y héroe homérico

Una odisea es un largo viaje en el que se suceden acontecimientos favorables y desfavorables. En este viaje, el protagonista realiza, al mismo tiempo, otro mucho más sugerente que el narrado: su propio viaje interior. La existencia humana no deja de ser una odisea. Lo vivido nos configura de alguna manera y nos lleva a descubrir quiénes somos y para qué existimos. La Odisea de Homero nos ofrece una visión de la existencia humana como un relato lleno de encrucijadas en el que, tras la consecución de un objetivo, el protagonista termina reconociendo su propia identidad. La identidad humana se configura, así, en una estructura lineal y temporal, en una historia que, como cualquier relato, tiene un planteamiento, un nudo y un desenlace.

Semejanzas entre el héroe homérico y nosotros

  • Salir de casa e irse lejos a ganarse la vida.
  • Olvidarse de quién es uno y de adónde iba.
  • Inquirir por el mundo de los muertos, el más allá y el futuro.
  • Encontrarse ante una alternativa insuperable.
  • Enfrentarse a la adversidad y al destino con la habilidad técnica y profesional que se retiene.
  • Ser acogido en un ambiente benévolo, en un hogar ajeno.
  • Contar uno su vida, a los demás y a sí mismo. La experiencia del relato, de la poesía, de la sinceridad y de la verdad.
  • Regresar al propio ambiente después de cambiar mucho, casi transformado en otro.
  • Ser reconocido por las cicatrices.

ANTROPO KANT

Kant supone una superación del antagonismo epistemológico esgrimido por el racionalismo y el empirismo. La propuesta de Kant no puede separarse de su propuesta ética. Desde el punto de vista ético, debemos actuar de tal manera que siempre tratemos al otro, incluso a nosotros mismos, como un fin en sí mismo y nunca, solamente, como medio. Utilizar a las personas significa convertirlas en medios, instrumentalizarlas, y esto, según Kant, supone negarles su dignidad.”Todo tiene un precio o una dignidad. Aquello que tiene precio puede ser sustituido por algo semejante; en cambio, lo que se halla por encima de todo precio y, por tanto, no admite nada equivalente, esto tiene dignida”.

ANTROPOLOGÍA SÓCRATES

Sócrates nos muestra hasta dónde llega el ser humano gracias al adecuado uso de su entendimiento. Esta meta final no es otra que la verdad, el conocimiento objetivo, ya que la realidad (lo que las cosas son) puede ser conocida y definida mediante conceptos. Para Sócrates el conocimiento es necesario para alcanzar una conducta moral adecuada. Solo desde el conocimiento de la verdad es posible realizar acciones virtuosas. El mal es consecuencia de la ignorancia, pues la voluntad se adhiere de manera necesaria al bien una vez que es conocido. Nadie hace el mal a sabiendas, por lo tanto no hay que castigarle, hay que enseñarle. El ser humano es capaz de alcanzar la virtud mediante la sabiduría. Solo la simbiosis perfecta entre conocimiento y virtud es posible la felicidad.

ANTROPOLOGÍA PLATÓN

Platón llevará hasta sus máximas consecuencias el ideal socrático de enseñar al que no sabe para la consecución de una vida virtuosa, lo que nos obligará a realizar un recorrido de su dualismo ontológico y epistemológico. El hombre, compuesto por alma y cuerpo; alma encarcelada en una prisión que es el cuerpo. Alma y cuerpo son realidades heterogéneas. El cuerpo es material y pertenece al mundo sensible. El alma es espiritual y su lugar natural es el mundo de las Ideas. El alma es el principio que anima el cuerpo ya que este es inanimado. El alma tiene en sí el principio del movimiento y, por lo tanto, es inmortal e ingénita. Tenemos así el dualismo antropológico. Demostrada esa inmortalidad, Platón comparó el alma con una fuerza natural que mantiene unidos un carro con su auriga. De esta comparación, surgen las 3 funciones del alma:

  • ALMA RACIONAL: es la más noble y su función es el conocimiento y ser guía de las otras dos. Su virtud es la prudencia.
  • ALMA IRASCIBLE: simboliza el valor y la voluntad. Situada en el pecho, es fuente de pasiones nobles y es fácil de conducir. Su virtud es la fortaleza.
  • ALMA CONCUPISCIBLE: simboliza las malas pasiones y es difícil de guiar. Situada bajo el vientre, tiene como virtud principal la templanza.

Que el alma esté en disposición de alcanzar el conocimiento de las Ideas, requerirá la armonía de estas 3 funciones. Esta armonía cristaliza en el hombre justo. Al mismo tiempo, solo este estará en condiciones de ser feliz.

ANTROPOLOGÍA ARISTOTÉLICA

Aristóteles distingue 3 facultades del alma: la facultad de nutrición, la de sensación y la de intelección. Las plantas poseen la facultad nutritiva. Los animales, la nutritiva y la de sensación que se manifiesta en la capacidad para percibir el mundo y en la capacidad de locomoción. El hombre posee las 3 FACULTADES DEL ALMA, siendo la intelectiva la más genuina de todas, pues es la que posibilita el conocimiento y da asiento a la voluntad. El alma intelectiva, y sus funciones son las características que definen al ser humano. La finalidad del hombre quedará identificada con la función propia del alma intelectiva. La finalidad propia del hombre será la de vivir una vida conforme a la razón. En cuanto a su visión ética, una vida intelectiva será el único camino plausible para alcanzar la felicidad.

EPICUREISMO

Epicuro centró sus reflexiones en la ética para formular una propuesta de felicidad ligada a la consecución de los placeres y a evitar el sufrimiento. Esta afirmación debe analizarse para evitar un estilo de vida hedonista. Epicuro dice que el placer ha de ser duradero. Los placeres espirituales son los únicos que perduran, los placeres corporales no lo hacen. Este discernimiento solo es posible desde la ataraxia, es decir, desde una paz interior que convertirá al hombre en verdaderamente sabio, porque rige su vida con templanza.

ESTOICISMO

Zenón sostuvo que el hombre forma parte de un todo, el universo, organizado de tal manera que lo que acontece en ese universo es perfecto y necesario. Cualquier acontecimiento no solo es inevitable sino que también es bueno y el hombre debe purificar su entendimiento para saber discernirlo y alcanzar, así, la verdadera sabiduría. El hombre sabio se presenta como ideal de felicidad ya que será el único capaz de soportar las adversidades de la vida. Esto solo será posible como la apatía como forma de vida, para extirpar las pasiones. Un hombre en una vida de placeres será incapaz de tal discernimiento pues los deseos incontrolados enturbian nuestra capacidad de entendimiento.

ESCEPTICISMO

Pirrón recogió en cierta medida aspectos ya defendidos por los sofistas en cuanto a la imposibilidad de alcanzar un conocimiento verdadero. El relativismo epistemológico desemboca, de manera inevitable, en un relativismo moral. Si no es posible conocer la realidad tal cual es, tampoco será posible dictaminar cuándo una acción es buena o mala. Pirrón defendió la indiferencia como actitud vital para alcanzar la felicidad, la suspensión de juicio. La propuesta de los escépticos es la de vivir una vida despreocupada como único camino para alcanzar la paz interior, la ataraxia, expresión máxima de felicidad.

MODERNIDAD

La inquietud filosófica de la modernidad implicó un replanteamiento sobre qué es el hombre y cómo puede ser definido desde este giro epistemológico. Las aportaciones del racionalismo, del empirismo y de la síntesis kantiana son esenciales para comprender la evolución del pensamiento sobre esta cuestión.

ANTRO DESCARTES

Descartes planteó la necesidad de reformular la definición tomista y escolástica del ser humano ya que presentaba insuficiencias que debían resolverse. Descartes concibió el universo como un todo ordenado, regido por las leyes de la naturaleza. Por lo tanto, todo es explicable mediante esas leyes y no por finalidades. El hombre forma parte de esa naturaleza y, por tanto, debe ser explicado desde esta premisa. La trascendencia supone finalidad y no es posible expresar una finalidad mediante leyes.

Como consecuencia de la aplicación de su método y de la duda metódica, el hombre quedará configurado como la suma de 2 sustancias: la res cogitans y la res extensa que son independientes unas de otras. El alma puede subsistir sin el cuerpo. Sin embargo, el cuerpo al ser material, está supeditado a las leyes de la naturaleza y está determinado. El alma no está bajo las leyes del mecanicismo y es libre. El alma está en la glándula pineal. Descartes recurre a la fisiología para resolver su dualismo.

ANTROPO HUME

Su visión antropológica se desprende de su teoría del conocimiento. Según Hume, no podemos conocer la realidad tal cual es. Hume niega que se pueda dar fundamento causal del mundo real. La tesis de Hume supone afirmar que la res extensa no puede ser una idea clara y distinta. El motivo es que solo tenemos impresiones de las cosas y nuestro conocimiento no puede ir más allá de las impresiones de los sentidos. Hume rechazaba la claridad y distinción con respecto a la res cogitans. El yo para Hume es un cúmulo de percepciones. El yo como referente de todo ese cúmulo de percepciones no tiene entidad. Hume negaba, por tanto, la identidad humana, pues esa acumulación es cambiante. Hume despoja al ser humano de cualquier característica distintiva. Ni siquiera el yo se puede poseer a sí mismo.

SUPERHOMBRE NIETZSCHEANO

Según Nietzsche, la filosofía no ha sido otra cosa que el paso de la verdad del mito a la mentira de la razón. Para Nietzsche, la tragedia griega escenificaba un equilibrio perfecto entre esas 2 tendencias contrapuestas (la mesura y la desmesura). Para Nietzsche, Sócrates es el gran corruptor que rompe ese equilibrio. Platón, con su dualismo ontológico, eleva esa pretensión socrática a su máxima expresión al contraponer a nuestro único mundo el mundo de las Ideas como única y auténtica realidad. La filosofía nace viciada desde sus orígenes al suponer el triunfo de lo exclusivamente apolíneo y la anulación de cualquier manifestación dionisiaca de la existencia.

Para Nietzsche, este credo religioso, hegemónico en nuestra cultura, supone la entronización de esa dualidad de mundos descrita por Platón y la anulación definitiva de cualquier valor dionisiaco de la existencia. El cristianismo no es más que una metafísica y una antropología de corte platónico que impone cualquier manifestación corporal e instintiva del hombre. Surge así una moral de esclavos imbuida de resentimiento contra los valores propios de la dimensión dionisiaca de la existencia. Nietzsche ve necesario decretar la”MUERTE DE DIO”. Solo así será posible el advenimiento de un nuevo hombre, el”superhombr”, libre de cualquier atadura con la herencia pasada. Suprimido Dios solo queda la tierra pues el cielo ha sido borrado definitivamente. La propia vida será el criterio último de toda verdad y de todo juicio moral.

El superhombre está ligado con la teoría del eterno retorno. El eterno retorno, en el plano ontológico, supone que la realidad no es más que la repetición eterna de lo cambiante. En el plano epistemológico, supone la necesidad de aceptar la vida como devenir, como eterna repetición de lo mismo. Nietzsche, al afirmar esta posibilidad otorga a la vida el valor máximo ya que si esta, tornará a repetirse de manera continua, solo sería posible vivirla con todas sus consecuencias desde ese”superhombr” que predica.

ÉTICA ARISTOTÉLICA

Su propuesta deriva de su visión ontológica y en ella se establece una simbiosis perfecta entre ser y bien. Existe una gran variedad de sustancias y cada una de ellas tiene su propia esencia. Al mismo tiempo, dado que el universo aristotélico es teleológico, cada sustancia tiende al fin que le es propio, que es el bien adecuado para cada una de ellas. Al ser teleológica la finalidad es la felicidad y por tanto EUDEMONISTA. Hay diversidad de bienes, por lo tanto no existe un bien absoluto, o la Idea de Bien. Los fines propios de las sustancias son el bien propio de cada una de ellas. Las obras de Aristóteles intentarán dilucidar cuál es la finalidad del hombre para, presentarla como el bien específico al que hay que llegar.

Todos los hombres pretenden la felicidad y todo su obrar lo encaminan a su consecución. La felicidad se quiere por sí misma y todo lo demás se quiere como medio para conseguirla. La felicidad se presenta como el bien que hay que alcanzar. Actuamos para ser felices. El sabio es el prototipo de hombre feliz pues su vida está dedicada a la actividad intelectual. La felicidad reside en el saber y no en la búsqueda de placeres.

ÉTICA DE SÓCRATES

Sócrates criticó el relativismo epistemológico de los sofistas mediante lo que se conoce como método socrático: es posible el conocimiento de las esencias o definiciones universales por la inducción.

Método socrático

El conocimiento de las esencias es el resultado del correcto empleo de la ironía y la mayéutica. La ironía tiene como intención provocar que el interlocutor, que debe ser instruido, para que reconozca su propia ignorancia. Solo desde ese discernimiento es posible construir el conocimiento. Es necesario recurrir a la ironía en esos diálogos para conducirlo a ese reconocimiento. La ironía se emplea como condición necesaria para posibilitar la mayéutica.

MAYÉUTICA es un término griego que significa parir, sacar fuera. La verdad está en el interior del ser humano. Solo es necesario extraerla desde ese interior para que pueda ser reconocida.

Intelectualismo moral

Para Sócrates, la utilidad del conocimiento se traduce en la posibilidad de invalidar el indiferentismo moral de los sofistas. El saber es el paso previo necesario para una conducta moral adecuada. El conocimiento de la verdad lleva a la acción virtuosa. El mal solo es consecuencia del desconocimiento. Esta identificación entre ambos planos es lo que se conoce como intelectualismo moral. Nadie hace el mal a sabiendas. La propuesta socrática constituye, pues, una apuesta por el universalismo ético frente al relativismo ético propugnado por los sofistas.

EMOTIVISMO MORAL (ÉTICA) DE HUME

Hume critica al racionalismo moral basado en su teoría del conocimiento, por la cual los juicios morales no son producidos por la razón ni meras percepciones, las pasiones son impresiones de reflexión, conciencia de la experiencia interna, la razón debe someterse a las pasiones, a las que corresponde primacía en la actuación y las pasiones o sentimientos son el criterio de moralidad.

EL EMOTIVISMO MORAL

El fundamento de la moral es el sentimiento, emoción o gusto interior que surge como agrado o desagrado. Además, una acción es virtuosa o no según la impresión de agrado o desagrado que produzca. El emotivismo moral se funda en 2 principios:

  • Utilidad: se incluye una expectativa de placer. Las acciones que más placer nos vayan a dar las calificamos como buenas. También se tiene en cuenta el largo plazo.
  • Simpatía: es la inclinación universal a participar en los sentimientos de los demás y nos lleva a obrar moralmente.

BUENA VOLUNTAD (ÉTICA) KANTIANA

La propuesta ética de Kant se deriva, en sus fundamentos, de su teoría del conocimiento. El sujeto aporta la forma del conocimiento. El fundamento de la moral debe ser a priori para que goce de esa universalidad y necesidad. Kant rechazará las éticas denominadas materiales que son aquellas que establecen, ciertos bienes y, por otra, ciertas reglas que deben cumplirse y que marcan el camino para alcanzarlos. Estos bienes y normas constituyen el contenido de las éticas materiales. Las éticas materiales son éticas y su fundamento se establece a posteriori pues dependen de la experiencia. Los preceptos son hipotéticos ya que están supeditados a la consecución de ese fin. Una ética es heterónoma cuando la voluntad sigue unos dictados que son exteriores a sí misma.

La MÁXIMA es un principio subjetivo del obrar, una máxima es siempre un precepto hipotético. La LEY MORAL es el principio objetivo del obrar, y este debe ser universal. Un principio objetivo del obrar solo puede ser categórico, no puede estar fundamentado en la consecución de finalidad alguna. Los hombres no poseen una voluntad que se adhiera de manera perfecta a las exigencias de la ley moral, este principio objetivo del obrar debe presentarse en forma de imperativo.

Éticas materiales y heterónomas

Los criterios sobre el bien y el mal son objetivos y no son interpretables, el ser humano debe acatarlos y ponerlos en práctica. Este tipo de éticas afirmarán que es posible conocer ese bien objetivo.

Éticas formales y autónomas

Son las propias del ser humano, que se autoimpone la ley moral.

Diferencias entre éticas materiales y formales

  • MATERIALES: Su fundamento se establece a posteriori / Preceptos hipotéticos (sujeto a condiciones) / Heterónoma (depende de normas)
  • FORMALES: Su fundamento se establece a priori / Preceptos categóricos (no espera fines) / Autónoma

Una ética será a priori cuando su fundamento se encuentre en actuar por deber se denomina buena voluntad

Ética material heterónoma

Criterios sobre el bien y el mal no interpretables y debemos aceptarlos.

Ética formal autónoma

El ser humano se impone la ley moral.

El relativismo

Es en primer lugar un relativismo epistemológico. Si la realidad no es cognoscible, el relativismo ético será su consecuencia lógica. El relativismo ético es una actitud ante la vida. El universalismo ético sostendrá la posibilidad de discernir si algo es bueno o malo.

JUSTICIA Y VIRTUDES ARISTOTÉLICAS

–Las virtudes intelectuales serán denominadas virtudes dianoéticas. Son aquellas q hacen referencia a los hábitos de la inteligencia humana y son la sabiduría y la prudencia. -Las virtudes refeidas al actuar humano serán denominadas virtudes éticas. Estas virtudes son la fortaleza, la templanza y la justicia.

La virtude de la justicia es la más excelsa de todas las virtudes éticas pues contiene en sí a todas las demás