Aristóteles: Filosofía, Metafísica y Teoría del Cambio

Aristóteles fue alumno de Platón en su Academia, donde demostró su interés x las matemáticas, aunque su estudio d la biología fuese su campo predilecto y modelo en el q se inspiró. Este interés x la biología se corresponde con su talento sitematizador (ordenado). De hecho, fue Aristóteles quien dio a los términos genero y especie los significados q hoy tienen. La escuela d Aristóteles es considerada el muse d recolección y clasificación del siglo VaC. Su metodología empírica, la cual siempre parte de la experiencia, constrasta con el enfoqe teórico d Platón, y su intención es resolver y superar los defectos d la teoría dualista d las ideas d Platón y desarrollar una ciencia empírica basada en la observación y recolección d datos, que constituye la realidad autentica y primordial y que le serviría para definir el genero y la diferencia entre especies, algo casi imperceptible.

Aristóteles es un pensador metódico que dice q no se puede comprender algo sin una previa observación minuciosa. Esta convencido d k gran parte d los problemas filosóficos se deben a la falta d método.
La busqeda d dicho método llevan a aristotles a escribir diversas obras, agrupadas en el Órganon, q proporcionan la base para sus escritos científicos. Estas obras están relacionadas con la filosofía del lenguaje y en ellas aclara q ai k aclarar la estructura del lenguaje, puesto q “un peqeño error al principio supone un gran error al final“.Fruto d este interés por la forma d la filosofía surgen los juicios y la teoría d los silogismos. Establece 4 tipos d juicios: afirmativos, negativos, universales y particulares. De la combinación de juicios q tienen algún termino común (termino medio) puede a menudo extraerse una conclusión q enlaza los términos extremos. (ejemplo verdura) esta combinación d 3 juicios encadenados reciben el nombre d silogismos, de los cuales solo serán validos aqellos q los 2 primeros enunciados impliqen el tercero. Así, la validez d razonamientos qeda vinculada a su forma y a suestructura, independientemente del contenido.

Aristotles afirma q el individuo es la sustancia, y aqello q solo puede existir en consecuencia d otra cosa es el accidente.
Según Platón, la autentica sustancia eran las ideas, mientras q arist formula totalmente lo contrario: Los individuos son sustancias primeras y las ideas sustancias segundas, puesto q para el, las ideas dependen d los individuos.

Teoría hilemorfica:


Para Aristóteles lo real sólo se puede expli­car admitiendo una uníón íntima entre la Idea, la Forma ideal y la materia física. Todas las cosas, es decir, tanto los seres naturales (los que son por naturaleza), como los artificiales (los que el hombre construye), están constituidas por dos princi­píos: la materia, “hylé” y la forma, “morphé”.

La forma de los seres es el elemento que los configura; no es su figura sensible, geométrica, sino el factor específico que les impone una determinada estructura inteligible y les hace cumplir determi­nadas actividades; es el principio de inteligi­bilidad, de especificidad, de universalidad y de dinamismo (es, en realidad, la Idea de Platón no en el mundo ideal, sino en el interior de la rea­lidad concreta, cada sustancia indivi­dual). La materia de los seres consiste en sus elementos físicos, en aquello de lo que están hechos (en una estatua de bronce, el bronce). La materia de los seres es siempre la misma.  -La materia y la forma no son ­principios opuestos que se excluyan o se puedan separar físicamente; sólo distinguen mediante la abstracción, puesto que constituyen una realidad única: la sustancia, cada sustancia concreta, pues en la Naturaleza no hay, según Aristóteles, forma. Así, pues, para Aristóteles, lo real es lo individual, el ser que tie­ne una unidad intrínseca entre materia y forma, la sustancia individual.

El problema del cambio


La carácterística esencial de este ser individual es el cambio, el movimiento, que puede ser de cuatro tipos:
sustancial, o de una sustancia a otra (el papel que se quema y da origen a la ceniza);
cuantitativo, que es el aumento físico de cualquier objeto (el niño o la planta que crecen);
cualitativo, que es la alteración en cualquiera de sus cualidades (el aprendizaje de un idioma extranjero es un cambio cualitativo en una persona, o el ponerse morena tomando el sol en la playa); y local, o cambio de lugar en el espacio, de traslación de un lugar a otro (el globo que sube, el caballo que corre).

 Ahora bien, el problema que Aristóteles intenta resolver el problema fundamental desde el comienzo de la filosofía griega y que Platón escamo­teó al colocar el cambio en este mundo sensible y situar lo inmutable en el Mundo de las Ideas: ¿cómo se produce el cambio?

Principios del cambio


Para entender el movimiento, el cambio, son necesarios tres princi­píos: un substrato, una forma y una privación. En todo cambio hay algo que permanece y algo que cambia; lo que permanece es el substrato;
A su vez, el cambio supone que el substrato adquiere una formade la que antes de producirse el cambio se encontraba privado.
Imaginemos un analfabeto que pasa a ser alfabetizado: el substrato es el hom­bre, la privación es el ser analfabeto (está privado de la forma de ser alfabeto, de saber leer), y el cambio con­siste en que adquiere esa forma, en que se alfabetiza.

 Relacionando estos tres principios del cambio con la teoría hilemórfica vemos que la materia es el substrato indeterminado donde se produce el cambio y la forma es el elemento que la materia tiende a hacer presente en el cambio; la forma en cuanto pri­vación, porque aún no esta realizada, es el punto de partida del cambio y a medida que se va realizando es el punto de llegada del mismo. Todo individuo, al cambiar, lo que hace es realizar cada vez más la forma que le es propia (por ejemplo, en el ser humano la forma específica es la “racionalidad” y, por tanto, la adquisición de la ciencia o del saber es una de las actividades más propias de nuestra especie).

El acto y la potencia


Ahora bien, ¿qué sentido tiene hablar de que los seres poseen una forma sin haberla todavía realizado? Potenciaes poder ser, capacidad de poder llegar a ser aquello que algo es por naturaleza; acto es ser actualmente, estar realizado. Cada ser, en un momento concreto, posee unas carácterísticas, unas propiedades, que son su acto; y ese mismo ser, en ese mismo momento, posee unas posibilidades que puede desarrollar, y que son su potencia. El movimiento es, pues, el paso de la potencia al acto, del poder ser al ser. Por eso todo cambio, según Aristóteles, tiene un sentido finalístico, “teleo­lógico(“telos”, fin), en función de la finalidad espe­cífica de cada ser.

 En cada ser concreto, la forma tiene una prio­ridad real sobre la materia, puesto que desde un prin­cipio se encuentra en ella en potencia, aunque en el devenir concreto del individuo la forma sólo se vaya realizando como acto a lo largo del proceso del cam­bio. La forma no se engendra, pues, de la materia, sino que ésta posee en potencia una forma, que, rea­lizada en el cambio, es precisamente el acto de su potencia. Si no existiera esa prioridad de la forma, una cosa podría llegar a ser cualquier otra y eso no es así: un gato recién nacido no puede llegar a ser un perro y sólo puede llegar a ser un gato grande, porque ésa es la forma que posee en potencia el gato recién nacido.

Las causas del cambio


Aristóteles No sólo indica cómo se produce el cambio, sino que trata también de explicar por qué se produce, cuáles son sus causas. Distingue cuatro tipos de causas: dos intrínse­cas o interiores a los seres que cambian, que son la causa material,constituida por la materia o substra­to en que se produce el cambio, y la causa formal, que viene dada por la forma, es decir, por aquello a lo que se llega en el cambio; y otras dos extrínsecas o exteriores, que son la causa eficiente, entendiendo lo que pone en marcha el proce­so del cambio, el iniciador del mismo, y la causa final,que es aquello para lo que se produce el cambio, la meta o propósi­to del mismo.

El motor inmóvil


Aristóteles piensa que, para que un cuerpo se mueva, para que pase de la potencia al acto, es necesario un motor que ponga en marcha el proceso del cambio. En los seres naturales ese motor es la forma que actúa, a la vez, como causa eficiente y como causa final. Ahora bien, ¿quién mueve a la forma para que ésta mueva a la materia? Si el motor de cada ser individual necesita de otro motor para poder mover, y éste, a su vez, necesita de otro, y no se puede proceder así hasta el infinito (ya que entonces quedaría sin explicarse el movimiento), es necesario admitir que exis­te un Primer Motor Inmóvil, capaz de mover sin que a su vez necesite ser movido y que es la explicación última de todos los movimientos, de todos los cambios. Este Motor Inmóvil es a la vez Acto Puro, y contiene como objeto de su pensá­miento las formas de todos los seres, por lo que se convierte en la causa final de todos los movimientos.