Alma
Kant considera que, desde un punto de vista teórico, no podemos saber si existe una realidad personal y espiritual dentro de nosotros. Eso implicaría aplicar las categorías a algo que no tiene materia sensible. Sin alma no hay libertad, y sin libertad, no cabe hablar de deber, que es la sustancia de la moralidad.
Buena Voluntad
Una de las bases de la moral kantiana. Considera que es algo que está en todo individuo y que es anterior a cualquier acción. Es como una buena intención que preside nuestro actuar, pero no se define por su actuación. Es algo previo: un acto de puro querer la bondad que encontramos en nuestra razón. Sin ella, la autonomía moral llevaría al libertinaje y la opción mayoritaria por el deber sería imposible.
Deber
Es el hecho básico en el que se apoya la concepción kantiana de la moralidad. Para Kant, el deber es el principio que debe regir todas nuestras actuaciones para considerarlas dignas de un ser humano racional. Actuar de este modo es hacerlo conforme a la necesidad de la Ley. Es la ordenación de la conducta con respecto a un principio. No se debe actuar sólo porque algo nos guste o nos convenga, sino porque la razón encuentra un motivo que determine la voluntad, un deber que nos lleve a actuar de una forma concreta.
Deber Ser
Es la fórmula de los imperativos y del universal práctico o moral. Indica cómo tendrían que ser las cosas, no cómo son. En el campo moral, siempre se introduce la libertad. El deber es, por tanto, un imperativo que nos mueve a actuar de un modo, pero sin obligarnos.
Entendimiento
Facultad de mezclar los conceptos con la sensibilidad. Existen tres facultades en el conocimiento: la sensibilidad, el entendimiento y la razón. Esta segunda facultad juzga, combina lo particular y lo universal. Tiene unos elementos a priori que son las categorías, que une con lo recibido de la experiencia. Mientras esas categorías universalicen la experiencia, su uso es legítimo. Resultado del estudio de esas categorías es la Física como ciencia.
Felicidad
No es para Kant el objetivo último de la moralidad, pero tiene un papel importante. Kant indica que la vida humana tiene un fin objetivo: el cumplimiento del deber, que la hace moral; y un fin subjetivo: la felicidad personal. No siempre se unen deber y felicidad, por eso es necesario el postulado de la existencia de Dios, que al juzgar todas nuestras obras une de nuevo el deber con la felicidad.
Filosofía Práctica
Es aquella que se centra en el comportamiento, no en la teoría. Como sabemos, la política y la ética son las facetas prácticas de la filosofía.
Fundamentos a priori
Los principios objetivos de la moralidad no son fruto de la experiencia, sino algo previo a ella. Son similares, en este sentido, a las categorías del entendimiento. La experiencia sólo sirve para darles contenido. Sin ese carácter a priori, las determinaciones morales nunca podrían ser absolutas y perderían su carácter moral.
Hombre
Apenas hay en Kant bosquejos de su antropología, que se mueve dentro del dualismo cartesiano, con una afirmación del valor de la parte objetivable del ser humano como objeto de estudio de la medicina, y la presencia del alma, cuya admisión es indispensable para la existencia de la libertad, condición moral.
Imperativos
Es toda fórmula por la que se expresa un mandato. Para Kant, tienen carácter universal. Pueden ser hipotéticos o categóricos.
Incognoscible
Para Kant, los principios anteriores que fundaban la moral no tenían esa entidad o superan los límites que su filosofía delimita como objetiva. Sólo el deber se le aparece como un hecho ineludible.
Juicio
Facultad de juzgar los fines y la belleza. En la filosofía de Hume sólo hay dos tipos de juicios: sintéticos a posteriori y analíticos a priori. Estos dos tipos no explican la ciencia newtoniana que parte de la experiencia pero la universaliza. Por eso, Kant piensa que los juicios más importantes son aquellos que aumentan la experiencia (son sintéticos) pero la convierten en algo universal (son a priori).
Ley
Se entiende aquí como ley práctica, es decir, una actuación conforme a una norma universal que sirva para determinar la voluntad del mismo modo que se determinan los fenómenos en la Física. La única diferencia es que la ley moral actúa en el seno de la libertad, es decir, la persona debe autodeterminarse a obrar siguiendo esa ley. Cuando se sigue la ley práctica o moral, obrando por deber, la voluntad se hace universal y, por tanto, moralmente buena.
Ley Objetiva
Las leyes morales no son posiciones sólo aplicables a un sujeto, sino principios universales que se deben aplicar a todo individuo.
Máxima
Es el principio práctico que dirige nuestra actuación concreta. Kant pide que la máxima se adecúe a los imperativos categóricos, es decir, que se actúe en el caso concreto siguiendo una norma universal.
Naturaleza
Se hace referencia aquí a la naturaleza en el sentido que antes hemos indicado: la ley práctica debe ser similar a las leyes de la naturaleza y, por eso, la ley moral debe ser tan determinante como las leyes de la naturaleza.
Persona
Ya Boecio había planteado este término para designar a los seres intelectuales, y singularmente, a las tres personas divinas. Son seres racionales de subsistencia individual. Eso le pasa al ser humano: sus comportamientos individuales son diferentes al resto de los vivientes de las otras especies. Estos repiten comportamientos similares unos a otros, pero los seres humanos tienen una intimidad singular, fruto de la autoconciencia, y unas actuaciones peculiares como resultado de su libertad. Tienen, por eso, una dignidad singular que debe provocar un respeto especial.
Razón
Aunque la moral es una actividad práctica, en ella la razón tiene un papel fundamental como reacción al emotivismo moral de Hume, que criticaba el papel de la razón en las decisiones. Kant, por el contrario, considera que sólo desde la razón pueden convertirse las decisiones morales en algo verdaderamente justificable. La razón descubre esos principios fundamentales para luego aplicarlos a las circunstancias concretas.
Valor Absoluto
Es aquello que tiene valor en sí mismo y no depende de otro. Sólo la persona tiene valor absoluto y es un fin en sí mismo, algo que no puede tomarse como medio, sino sólo como fin. El ser humano nunca puede ser medio, pues el ser racional debe ser merecedor del máximo respeto. Ese respeto debe movernos a actuar de un modo determinado.
Valor Moral
Es el valor para conseguir una actuación buena, que perfeccione a la persona. Es distinta de la acción utilitaria o de la acción placentera, aunque puede coincidir con ambas. Tiene valor moral aquello que está determinado a priori por el deber, con independencia de lo que aparezca en la experiencia.