CORRIENTES DE FILOSOFÍA EN EL SIGLO XIX
1.1 LA IDENTIDAD DE LO RACIONAL Y LO REAL
Hegel, principal representante del idealismo, consideraba insatisfactoria la filosofía de Kant, pues la capacidad atribuida al conocimiento no era suficiente para alcanzar la verdad en sí (noúmeno), sino solo tal como aparece (fenómeno) a través del conocimiento sensorial. Esto limitaba el alcance de la filosofía. Para Kant, las categorías del entendimiento no aseguraban que las cosas fueran en sí mismas tal como las conocemos.
Frente a esto, las corrientes idealistas otorgaron al espíritu humano más poder que el que tenía en Kant, afirmando que la correspondencia entre nuestro pensamiento y la realidad se resolvía en términos de identidad: lo real es racional. Este espíritu se manifiesta en la religión, el arte, la moralidad… y en la historia en todas sus vertientes. Por ello, Hegel tenía una visión unificada de cada periodo de la historia, como un conjunto de ámbitos relacionados orgánicamente, inseparables en la realidad.
1.2 EL ESTUDIO DE LA HISTORIA
Hegel se enfrentó a las explicaciones de la historia de las corrientes empiristas y materialistas. No aceptaba ni describir hechos ni buscar causas materiales, pues consideraba que la historia era un fenómeno humano. ¿De dónde partir entonces? De la experiencia humana. Hegel no creía que la historia fuera inexplicable, sino que pensaba que la movía lo que mueve a cada uno de nosotros: el carácter, las ideas… Todo esto, inseparable, es lo que él llamaba espíritu.
1.3 LA DIALÉCTICA COMO MOTOR DE LA HISTORIA
Hegel reivindicó la importancia de los diálogos de vejez platónicos. Se dio cuenta de que la dialéctica era un método para ir de lo particular a lo universal. Lo que criticaba era que las ideas platónicas eran inmóviles, mientras que para Hegel la realidad y el espíritu eran activos. La solución era plantear una dialéctica que admitiera el movimiento. Para ello, según Hegel, había tres pasos:
– El intelecto abstrae conceptos de la realidad. Estos conceptos son universales y abstractos. – La abstracción, al hacernos posibles los conceptos, también nos hace percibir las oposiciones entre ellos. – La razón no se conforma con ponerlos uno al lado del otro, sino que al ponerlos juntos de algún modo los separa. El conocimiento humano funciona pasando de abstraer conceptos por separado a relacionarlos con sus opuestos, para una vez relacionados comprender los anteriores a partir de un tercer concepto que los engloba. Para Hegel, la dialéctica era la característica fundamental de la realidad.
2.1 LA ÉPOCA
Marx contempló en las sociedades europeas del siglo XIX la implantación del proceso de industrialización, que se encontraba desigualmente desarrollado. Este proceso industrial se dio junto con un aumento de la población y el traslado de una parte de ella del campo a la ciudad. La industrialización supuso el ascenso de una clase social, la burguesía, que se enriqueció a costa del proletariado. El panorama laboral del siglo XIX era de largas jornadas de trabajo y bajos salarios. Frente a esto, aparecieron los movimientos obreros que se enfrentaron a un estado inspirado en una ideología liberal solo preocupada por lograr la participación política mediante el sufragio que permitiera un parlamento representativo y con poderes; los liberales también pedían el respeto de las libertades. Esto hizo que la ideología liberal burguesa se enfrentara al absolutismo, y ello llevó a que la oposición entre liberales y los diversos socialismos se hiciera más patente. En los movimientos obreros, la figura de Marx fue importante por su implicación en la puesta en marcha de estos movimientos sindicales y su aportación de ideales.
Los estados europeos del siglo XIX eran de una ideología liberal estricta. Adoptaron sistemas parlamentarios que excluían la representación de la mayoría del pueblo. Las ideas que regían su gobierno eran favorecer la propiedad, la seguridad y el comercio, que se correspondían con los ideales de la clase burguesa.
2.2 LA PROPUESTA DE MARX
Marx se enfrentó a un mismo problema con dos frentes: la situación injusta en que vivía la clase obrera y la tesis hegeliana de que el curso de la historia se podía explicar por medio de ideas. Propondrá una sociedad en la que se elimine la explotación económica y una explicación de la historia movida por los intereses económicos de los grupos de individuos: las clases. Para Marx, el hombre se realiza a sí mismo en el trabajo. Él es uno de los principales exponentes de lo que podríamos llamar la nueva sociedad del trabajo. El problema que se le plantea radica en que el trabajo se convierte en un medio de subsistencia. Y en este sentido, la crítica marxista a la realidad del trabajo es humanista, busca un ideal del ser humano a través de su realización en el trabajo.
En los Manuscritos juveniles encontramos ya el tema de la alienación, el primero se titula: El trabajo alienado. Aquí comienza diciendo que la economía política parte de que el trabajo es el generador de la riqueza; pero no se dan cuenta de la contradicción que se produce en una propiedad que siendo resultado del trabajo contrata y despide al que lo realiza. En primer lugar, el producto del trabajo es trabajo que se ha hecho material. Esto es bueno y positivo: el hombre se realiza a través de su actividad. Por este salir de sí de la actividad humana también aparece como pérdida, la actividad se pierde al depositarla fuera ya que al hacerlo deja de ser realización en sí. Aquí Marx se inspira en el modelo hegeliano de las relaciones de la conciencia entre amo y esclavo: el hombre trabaja para otro. Por ello, la pregunta clave de la economía es: ¿en beneficio de quién estamos alienados? Pues no se trata de una propiedad privada anónima que domina al trabajador, sino que tiene nombre y apellidos. Aquí piensa Marx, no tienen nada que ver ni la naturaleza ni los dioses: es el poder del hombre sobre otro hombre. La alienación es una obra humana y por eso es posible abolirla. Porque es obra humana podemos transformarla.
El análisis del trabajo humano de Marx está hecho a partir de la industria del siglo XIX, en la que detecta que el capitalismo explota, impidiendo que el hombre se realice con su trabajo. Esta se lleva a cabo en una actividad humana que se pierde al someterse a otro. La economía marxista toma un nuevo derrotero: el punto de partida es la propiedad entendida como resultado del trabajo enajenado. ¿Cuáles son las causas de la alienación? Marx dice: la necesidad subjetiva de enriquecimiento del burgués que se fundamenta en que es el propietario de los medios de producción. El modo en que arrebata su producto al trabajador es mediante el salario. ¿Cómo es posible separar este robo encubierto mediante un salario que no se corresponde con la fuerza empleada por el trabajador? Según Marx, se trata de evitar el fundamento objetivo que hace posible la explotación: la propiedad privada de los medios de producción. El nombre que se da a esta superación es comunismo. Marx pretende repartir la propiedad.