Descartes: contexto y teoría

Contexto cultural y filosófico.

René Descartes nace en 1596 y muere en 1650. Su filosofía se desarrolla a lo largo del siglo XVII, siglo de crisis política y religiosa. Se produce la pérdida de los fundamentos y ello lleva a la duda, a la crisis y a la búsqueda de nuevos fundamentos. El siglo XVII se caracteriza por absolutismo, contrarreforma, barroco, y el triunfo de la nueva ciencia.

Descartes es quien, buscando la salida de la situación de crisis (reflejada en la Guerra de los Treinta Años) crece una nueva corriente filosófica: el racionalismo. A esta corriente pertenecen Leibnitz, Descartes, Spinoza y Malebranche.

En esta época existían otras dos corrientes de pensamiento contra las que Descartes reacciona: el Escepticismo, que mantiene la imposibilidad de alcanzar la verdad. Y la Filosofía Escolástica, Descartes la considera llena de opiniones diversas que solo sirven para disputar y hablar de todo con apariencia de verdad y poder ser admirado por los más ignorantes.

Expresiones.

Idea: Es una forma de pensamiento desprovista de toda materialidad, son captadas de forma inmediata, son reales y tienen un valor representativo al ser imágenes de cosas. Es el objeto del pensamiento. En ella se distingue el acto mental y la realidad objetiva. Hay tres tipos de ideas: innatas, adquiridas, o ficticias.
Evidencia: Se refiere a algo que se presenta de forma directa e inmediata ante el sujeto. En términos cartesianos, de forma “clara y distinta”.  El significado en el texto podríamos resumirlo así: de la misma manera que no tienen que demostrarnos que un triángulo tiene tres ángulos que suman dos rectos, tampoco hay que demostrar que el Ser Perfectísimo existe.
Temática.
La temática del texto trata sobre la demostración de la existencia de Dios y, más concretamente, del argumento ontológico.

Justificación desde la posición filosófica del autor.

La demostración de la existencia de Dios cumple una función esencial en el sistema filosófico  cartesiano. Descartes formula, antes del argumento ontológico, otros dos argumentos:
– El primero se basa en la causalidad de la idea de Dios en la mente. Parte de la existencia en mi mente de la idea de un ser perfecto y va analizando cada una de las clases de ideas hasta llegar a la idea de Dios como idea innata.
– El segundo argumento, Descartes continúa diciendo que él tiene ideas de perfecciones que no  posee en absoluto y,  si conociéndolas no las posee, es porque no puede dárselas y tampoco puede darse existencia a sí mismo; tiene que haber alguien que le haya dado la existencia y le conserve: (Dios).
– El tercer argumento es el argumento ontológico. Descartes parte del análisis de las verdades matemáticas, cuya certeza se fundamenta en la evidencia. Toma la idea de Dios como algo plenamente racional, una idea innata que la mente concibe de forma evidente, con claridad y distinción.

Para alcanzar su objetivo, Descartes establece unas reglas de método:
··· 1ª  EVIDENCIA:  Trata de no aceptar por verdadero nada que no se conozca clara y distintamente como tal, evitando cuidadosamente la precipitación y los prejuicios, por tanto, es necesario por el momento, suspender el juicio.
··· 2ª  ANÁLISIS:  dividir cada problema en tantas partes como sea posible y necesarias para resolverlo más fácilmente.
··· 3ª SÍNTESIS: partir de lo más simple a lo complejo, poco a poco, suponiendo un orden, incluso, en ellos.
··· 4ª ENUMERACIÓN: comprobaciones exhaustivas para no incurrir en ningún olvido o error
El punto de partida de Descartes es la duda metódica. Quiere empezar de cero, no poner nada en su “nuevo edificio” que él no haya analizado y comprobado previamente que es verdadero. Descartes duda de todo y, paradójicamente, en el acto de dudar, va a descubrir su primera evidencia. Descartes es consciente de que duda, y si duda tiene que ser algo, una sustancia pensante.

Relación del tema con otra posición filosófica.

El argumento ontológico es una de las demostraciones tradicionales y “a priori” de la existencia de Dios. El primero en formularlo con claridad fue San Anselmo de Canterbury. Este argumento, con alguna modificación, es el de Descartes. Un crítico del argumento ontológico es Tomás de Aquino. Sus pruebas de la existencia de Dios, las llamadas vías tomistas, suponen una alternativa a ese argumento y ejercieron en su momento una gran influencia. En este caso se trata de una demostración “a  posteriori”. Son cinco: vía del movimiento, de la causalidad eficiente, de la contingencia, de los grados de perfección y del orden en el cosmos. Todas con un mismo esquema:

1º) Punto de partida: recogida de un hecho de experiencia.
2º) Aplicación del principio de causalidad.
3º) Imposibilidad de una cadena ilimitada de seres.
4º) Conclusión: existencia de Dios.

Según la vía que usemos, el Dios al que se llega tiene un atributo distinto: (por ejemplo) Motor inmóvil en la 1ª y Ser perfecto en la 4ª.

Tomás de Aquino criticaba el argumento ontológico por la reducción de la existencia a una propiedad de la esencia, insistiendo en que entre la esencia y la existencia de algo hay una diferencia radical. Pero también Tomás de Aquino cae en ese error, pues, por ejemplo, para aplicar  el principio de causalidad entre dos fenómenos, estos tienen que darse en la experiencia, pero Dios, primera causa, está fuera de la experiencia.
Todas las pruebas que han existido hasta ahora la reduce a tres clases: cosmológica, teleológica y ontológica, ninguna de ella prueba realmente la existencia de Dios.