Periodos en la Obra de Platón
La clasificación de los escritos platónicos nos permite distinguir cuatro etapas:
- Escritos de juventud o “socráticos” (393 – 389 a.C.): En ellos es muy manifiesta la influencia socrática, de manera que Platón es mero transmisor del pensamiento del maestro. Entre los escritos más representativos se encuentran Apología de Sócrates, Critón, Ión, Protágoras y el Libro I de La República.
- Escritos de transición (388 – 385 a.C.): Comienza a vislumbrarse en ellos el genuino pensamiento platónico; destacan Crátilo, Hipias Mayor, Hipias Menor, Menón.
- Escritos de madurez (385 – 370 a.C.): Estamos ante los escritos propiamente “platónicos”; literariamente son sin duda los más elaborados. Estas obras representan el platonismo clásico que tanto influirá en siglos posteriores; así, en ellas se desarrolla completamente la “teoría de las ideas” y de la dialéctica. Entre los más representativos nos encontramos con El banquete, Fedón, Fedro, La República (excepto el libro I).
- Escritos de vejez (369 – 347 a.C.): En esta etapa Platón comienza a poner en tela de juicio su pensamiento de la etapa previa; así se contempla en obras como Parménides, Teeteto, El sofista, El filósofo. Asimismo, continúa el interés por las cuestiones sociales y surge la preocupación por problemas lógicos y cronológicos: Filebo, Critias, Timeo, Las leyes.
Influencias en la Formación del Pensamiento Platónico
En primer lugar, el pensamiento platónico debe bastante al eleatismo, que sostenía la duplicidad de lo real: un mundo sensible, que no es susceptible de ser conocido racionalmente, y un mundo inteligible, que es inmutable. Platón también es deudor de Heráclito; al igual que este acepta que la realidad física se encuentra en continuo devenir y que el cambio sigue un curso regulado por unos principios de ordenación. Asimismo, en Platón son reconocidas las huellas de otros pensadores como Anaxágoras o Demócrito. Es también notoria la herencia recibida de la sofística y Sócrates. Platón hace propia la rotunda oposición socrática al relativismo social y moral de Protágoras, Gorgias o Trasímaco; frente al convencionalismo, Platón está convencido de la existencia de principios universales que deben regir el comportamiento de los seres humanos; igualmente, asume el intelectualismo que identifica la virtud (areté) con el conocimiento. Por último, la mayéutica socrática se habrá de transformar en dialéctica platónica.
La Teoría de las Ideas y su Evolución
La tesis fundamental del platonismo es que el primer ámbito (el de seres múltiples y cambiantes) es un reflejo del ámbito de los seres ideales. En esto consiste básicamente la llamada teoría de las formas o de las ideas. En la evolución de la teoría de las ideas podemos distinguir dos fases:
- En la primera fase, de influencia socrática, Platón concibe la existencia de valores universales.
- En la segunda fase se afirma la realidad de modelos ideales de todo cuanto aparece en el mundo sensible.
Méthexis y Mímesis
Las ideas no son sensibles sino captables mediante la razón; son la causa última de que surjan los seres múltiples. Estos participan de las ideas (méthexis); son un reflejo, imitaciones (mímesis) que las copian.
La Cosmología Platónica: El Timeo
En el Timeo se expone cómo un lugar (jóra) originalmente constituido por una argamasa indiferenciada, para más tarde recibir estructura, número y medida, sometiéndose a un proceso de “triangularización”. A partir de ahí se fueron configurando cuerpos volumétricos que darán lugar a los cuatro elementos.
La Gnoseología de Platón: Anamnesis
La teoría de la reminiscencia o anamnesis está estrechamente vinculada a creencias religiosas sobre la naturaleza del alma, como el orfismo o el hinduismo. Platón va más allá al afirmar que todo conocimiento no es sino recuerdo de aquello que el alma aprendió en su existencia separada del cuerpo.
La Gnoseología de Platón: Grados de Conocimiento
- El conocimiento sensible o doxa se subdivide en dos clases: la imaginación (eikasía), que trata acerca de imágenes: reproducciones, sombras, reflejos de los seres físicos (genos); y la creencia (pistis), responsable del conocimiento de las cosas físicas, no de sus reflejos.
- El conocimiento inteligible o episteme es independiente de la experiencia sensorial, versando acerca de seres inteligibles. En estos casos hablaremos de dianoia o conocimiento discursivo, un saber deductivo que parte de hipótesis generales para descender a la compresión de lo concreto.
El Problema del Alma en Platón
Lo que otorga nuestra esencia humana es el alma. El alma tiene como cometido conocer y realizar el bien. El fin último del ser humano consiste en substraer el alma a los efectos negativos del cuerpo para poder recuperar, purificada, su identidad perdida. Sobre la existencia de un juicio del alma tras la muerte, Platón recurre a argumentos como los siguientes:
- El alma es una sustancia simple y homogénea.
- El alma ha preexistido a su unión con el cuerpo.
- El alma es causa de vida, principio vital.
- El alma posee la facultad de conocer las ideas.
- Alma irascible.
- Alma concupiscible.
Teoría Política Platónica: Las Cuatro Formas de Gobierno y su Crítica
- La timocracia: resulta de la usurpación del poder por parte de los guerreros y origina un gobierno fundado en el honor, caracterizado por su belicosidad, ambición y altivez, semejantes al hombre orgulloso.
- La oligarquía: es semejante al hombre avaro; se encuentra inspirada por ansias materiales y consideraciones exclusivamente económicas. El exceso de riqueza que acumulan los gobernantes producirá un desequilibrio social.
- La democracia: equivalente al hombre despreocupado e irreversible. La democracia aboca al desorden.
- La tiranía: similar al hombre violento y egoísta, llevará a su vez a la timocracia.
La Ciudad Ideal: Características Generales
Platón nos está hablando de Calípolis (“ciudad bella”). La “ciudad bella” se fundamenta en la armonía de las partes, en la correspondencia entre ciudadanos y leyes. Aquí Platón concibe la sociedad como un órgano vivo. La justicia resulta del equilibrio entre los estamentos sociales:
- Magistrados o gobernantes: conducen a sus conciudadanos guiados por la sabiduría.
- Guardianes o guerreros: encargados de defender a la colectividad tanto de los ataques de otras ciudades como de los desórdenes internos.
- Productores: constituyen la base trabajadora.