Duda Metódica y Cogito Cartesiano

La Duda Metódica de Descartes

Fundamentación del Conocimiento

La duda metódica, esencial en la filosofía cartesiana, busca fundamentar el conocimiento rechazando creencias dudosas. Pone en cuestión tanto los sentidos como la razón deductiva. El mundo físico, el cuerpo ajeno y el propio no superan esta duda. Solo el cogito persiste.

El Cogito y la Mente Autoconsciente

Este método llevó a Descartes al cogito (“pienso, luego existo”), la primera verdad, plena y absolutamente cierta. Revela la mente autoconsciente. La crítica a los sentidos defiende la inmaterialidad de la mente: los cuerpos son dudosos, la mente no, por lo tanto, son realidades distintas. Las mentes son sustancias pensantes (res cogitans), los cuerpos, sustancias extensas (res extensa).

Wittgenstein y la Ética

Los Límites del Lenguaje

Para Wittgenstein, la ética es el intento del espíritu humano de superar los límites del lenguaje. No es ciencia, no aumenta el conocimiento. Pertenece a lo inexpresable, como el sentido del mundo y los valores. La ética, si es algo, es sobrenatural; las palabras solo expresan hechos.

Características de la Ética

Wittgenstein describe la ética como la investigación de lo bueno (según G.E. Moore), de lo valioso, del significado de la vida, de lo que la hace merecer la pena, o de la forma correcta de vivir.

  • Sentido trivial o relativo
  • Sentido ético o absoluto

Los juicios de valor relativo son enunciados de hechos; ningún enunciado de hechos implica un juicio de valor absoluto. Para Wittgenstein, los juicios éticos son absolutos, incondicionados.

La Felicidad y la Totalidad

La felicidad, según Wittgenstein, surge de la coincidencia entre voluntad y totalidad. Esta vida auténtica no es natural ni se alcanza pasivamente. Se requiere esfuerzo para adquirir el desapego a los hechos del mundo que permite la identificación con la totalidad.

Las Meditaciones Cartesianas

Primera Meditación: Motivos de Duda

Descartes examina los motivos de duda que afectan al conocimiento. Los sentidos, fuente principal, a veces engañan. No se debe confiar en ellos. La duda se extiende a todo lo sensible. Ni siquiera la distinción entre vigilia y sueño es segura, ampliando la duda a lo inteligible. Incluso los conocimientos matemáticos son dudosos: Dios podría habernos creado para equivocarnos. La hipótesis de un genio maligno que nos engaña refuerza la duda universal.

Segunda Meditación: El Cogito

En la perplejidad de la duda total, Descartes descubre que para ser engañado debe existir: “pienso, existo” (cogito, sum). Esta verdad supera la duda, incluso la del genio maligno. Es la primera verdad evidente, clara y distinta. Descartes usará estas propiedades como criterio de verdad. No se deduce la existencia del pensamiento, sino que se intuye. A partir de esta primera verdad, Descartes reconstruirá el saber por deducción, como en matemáticas.