¿Hubo oposición entre ciencia y fe? El caso Galileo
El “Caso Galileo” es uno de los episodios más citados para argumentar que la Iglesia ha sido enemiga del progreso científico. Sin embargo, muchas de las creencias populares sobre este suceso no son exactas. En 1992, el Papa Juan Pablo II ordenó una investigación para aclarar lo sucedido y superar los prejuicios históricos.
Mitos y realidades del caso Galileo
Se ha difundido la idea de que Galileo fue torturado por la Inquisición y condenado a la hoguera por defender la teoría heliocéntrica, e incluso se le atribuye la célebre frase “Eppur si muove!” (“y, sin embargo, se mueve”). Sin embargo, la realidad es distinta: Galileo nunca fue encarcelado ni sufrió violencia física. Durante su proceso en Roma, fue alojado con comodidades en un palacio del Vaticano y falleció a los 78 años en su casa, habiendo recibido la bendición del Papa. Además, la famosa frase fue escrita por un periodista casi un siglo después de su muerte.
Contexto astronómico de la época
En aquel tiempo, coexistían dos modelos astronómicos sin pruebas definitivas a su favor: el geocéntrico (de Ptolomeo), en el que el Sol y los planetas giraban alrededor de la Tierra, y el heliocéntrico (de Copérnico), donde la Tierra y los planetas orbitaban el Sol. De hecho, muchos miembros de la Iglesia simpatizaban con Copérnico.
El conflicto y sus causas
El conflicto comenzó cuando Galileo publicó Diálogos sobre los dos mayores sistemas del mundo sin la licencia eclesiástica requerida, presentando el heliocentrismo como un hecho probado, aunque no tenía evidencia concluyente. En un primer proceso, se le indicó que podía enseñar la teoría copernicana siempre que la expusiera como hipótesis. Sin embargo, insistió en su postura sin corregir su libro e incluso abordó cuestiones teológicas, lo que complicó aún más su situación.
El juicio del Santo Oficio
El caso pasó al tribunal del Santo Oficio en 1633. El problema principal fue la mezcla entre ciencia y teología: se consultó a una comisión de teólogos, quienes rechazaron el heliocentrismo por contradecir la filosofía aristotélica y la interpretación literal de la Biblia. Aunque este dictamen fue un error intelectual, la Iglesia nunca declaró herética la doctrina copernicana. Galileo fue condenado a arresto domiciliario, pena que cumplió primero en Roma y luego en su casa cerca de Florencia, donde continuó con sus investigaciones científicas.
Conclusiones: Ciencia y Fe
El caso Galileo no debe entenderse como un enfrentamiento entre ciencia y religión. Galileo siempre se consideró católico y buscó demostrar que el heliocentrismo no contradecía la fe. Por otro lado, la Iglesia no se oponía al progreso científico, sino que erróneamente juzgó un tema que le correspondía a la ciencia, al no considerar el movimiento de la Tierra como una verdad demostrada.