Contexto Histórico-Cultural y Filosófico de Platón
La filosofía que hoy día conocemos nace en las islas griegas (Mar Egeo) en el siglo VII a.C. aproximadamente debido a la aparición de maestros sabios y discípulos que se preocuparon por intentar explicar de forma teórica el orden del cosmos, el cual hasta entonces se pensaba como organizado por los dioses y la mitología.
Plano Histórico-Cultural
En el plano histórico-cultural podemos destacar la aparición del griego clásico como idioma escrito en el siglo XI a.C., lo que permitiría acumular mayor cantidad de conocimientos. A causa de esto, un poco más tarde, en el siglo VIII a.C., encontramos las obras de Homero (La Ilíada y La Odisea) y las tragedias de Hesíodo (autores que son considerados como las máximas figuras literarias griegas) de las que se obtiene que el alma del hombre está determinada por su destino desde que nace (pensamiento mítico). La geografía de las islas griegas hace imposible su unificación y esto beneficia el escepticismo sobre la mitología y el nacimiento del conocimiento teórico. Por otra parte, como la economía se basaba en la pesca y el comercio, la Liga de Delos (Atenas y Esparta entre otras) disponía del potencial de una flota que en las Guerras Médicas (499 – 449 a. C.) les permitió detener la invasión del Imperio Persa. Tras estas guerras, la filosofía cambia de lugar (hasta aquí los filósofos milesios) y Atenas crea una nueva civilización que tiene como base la cultura (Edad de oro de Atenas) bajo el gobierno del brillante Pericles (495-429 a.C). Más tarde aparece el modelo político llamado Ciudad-Estado (“asociación de hombres libres que reconocen un mismo gobierno”) que pronto se implementa en el resto de islas de la Liga de Delos, convirtiendo a Atenas en la metrópolis (capital) y generando una fuerte demanda de cargos públicos para defender los intereses en las asambleas de cada una de las Ciudades-Estado. La economía se transforma dependiendo de la defensa de los intereses en las asambleas por lo que surge la necesidad de la formación para ejercer los cargos públicos. Así nace la profesión del profesor desempeñada por el grupo de los sabios sofistas (Protágoras, Gorgias y Calicles) que enseñan el uso de la retórica, la oratoria y la sofística y aparece la paideia (génesis de la educación).
Así, Atenas consigue enriquecerse a costa de las islas aliadas y provoca una nueva guerra; Las Guerras del Peloponeso (431-404 a.C), en la que se enfrenta la Liga de Esparta, Tebas y Corinto contra la democracia ateniense. Tras esta guerra, se le instaura a Atenas una oligarquía conocida como “El gobierno de los Treinta Tiranos”. Los intelectuales Sócrates, Platón (La república), Aristóteles, Jenofonte, Eurípides y Aristófanes, son muestra de cómo la intelectualidad de la época reacciona ante la crisis espiritual (intensificando sus críticas miradas sobre el mundo).
Plano Filosófico
En el plano filosófico del pensamiento de Platón (427-347 a.C) destacamos la figura de Sócrates (470-399 a.C.), ya que de él toma las teorías de la Mayéutica tras la de anamnesis y los modelos universales necesarios para la justicia. Sin embargo, el mayor aporte de Sócrates es el de la filosofía perennis: “Solo sé que no sé nada”, donde refleja que el ser humano siempre está insatisfecho y tiene la necesidad de saber más y mejor lo que ya sabe. Para la construcción definitiva de la civilización griega esta idea contiene la marca de nuestro progreso junto con la técnica donde se considera que la producción se puede mejorar si se hace más eficiente, la cual se implementa con los sofistas, en la educación y la formación de las almas de los hombres (esto rompe con el modelo de hombre mítico homérico). La importante figura de Sócrates marca las divisiones entre los iniciadores de la filosofía. Por tanto, Platón toma de los presocráticos: de Parménides de Elea, los conocimientos Doxa (creencia común u opinión) y Episteme (creencia justificada como verdad). De los pitagóricos: de Arquita de Tarento la estabilidad de los números para la inmutabilidad de la idea de bien (lo en sí) (La escuela de Platón la llamó ACADEMIA en honor a Academus). De Heráclito toma el “Panta rei” (todo está en contínuo cambio) para describir el mundo que cambia. De Anaxágoras toma el nous (inteligencia que permite el orden y la armonía en el Universo) que en Platón cumple el papel de Demiurgo (Dios artista que ordena el cosmos a través de moldes que son las ideas eternas). En definitiva la grandeza del pensamiento platónico no está en conectar teorías incompatibles, sino en armonizarlas dentro del primer corpus completo de la filosofía de la historia para responder a la pregunta: ¿Por qué existe la injusticia en este mundo?
La República de Platón
La república de Platón es la obra más conocida de Platón ya que recapitula todas las ideas de su filosofía. Se trata de un conjunto de 10 libros o capítulos escritos en forma de diálogos entre Sócrates y otros sujetos en los que se reflexionan sobre temas relativos a la justicia para que Platón pueda crear una Ciudad-Estado ideal con el fin mostrársela al hombre y que este encuentre felicidad y desarrolle su propia ética.
Comparación con Aristóteles
Aristóteles a pesar de ser el discípulo más aventajado de Platón mantuvo notables diferencias con su maestro en relación a la cuestión del ser como muestra gráficamente la famosa pintura de Rafael “La Academia.”. La auténtica realidad es para Platón el mundo de las ideas. El mundo sensible, de las cosas materiales, es mera apariencia, sólo posee realidad en tanto que participa del mundo inteligible imitándolo.
Por el contrario, para Aristóteles lo único real son los entes (cosas de éste mundo). Niega que sea necesaria la existencia de otro mundo donde resida lo real. Las esencias de las cosas no son trascendentes, sino inmanentes. Es decir, la esencia de las cosas, lo que hace que las cosas sean lo que son, no está fuera de ellas en otro mundo (trascendencia), sino en las cosas mismas (inmanencia), en su interior.
Aristóteles afirma en la teoría conocida como Hilemorfismo que los entes del mundo son un compuesto (synolon) de materia (hylé) y forma (morphé). La materia es de lo que está hecho el ente y la forma lo que lo configura y distingue de los demás entes.
Distingue Aristóteles dos materias: la prima que es indeterminada, caótica, sin forma; y la segunda, una materia unida ya a una forma, y, por tanto, cognoscible. Del mismo modo diferencia también dos formas: la forma sustancial y la accidental. La forma accidental es lo que se dice, lo que se predica de un ente pero que no es esencial en él. La forma sustancial (ousia), la sustancia o esencia, es aquello que hace que una cosa sea lo que es, y lo distingue de cualquier otra cosa. Es en la esencia o sustancia donde reside el auténtico ser de las cosas, y no como pensaba Platón en un ente ideal trascendente.
El Conocimiento en Platón y Aristóteles
En el ámbito del conocimiento las diferencias entre los dos filósofos griegos también son significativas. Para Platón el verdadero conocimiento (episteme) consistía en la contemplación directa de las formas universales, las ideas. La única forma de acceder a ellas es a través de la razón. Por su parte los sentidos sólo pueden mostrarnos las cosas del mundo sensible, por tanto, jamás obtendremos de ellos conocimiento sino, lo que Platón llamó opinión (doxa). Los sentidos no sólo no aportan nada al conocimiento, sino que lo obstaculizan atándonos a lo sensible y dificultando la liberación del alma.
Aristóteles coincide con Platón en considerar que el conocimiento es conocimiento de los universales. Sin embargo, para él, el conocimiento empieza por las cosas materiales y particulares de este mundo que son captadas por los sentidos.
Todo conocimiento arranca de la percepción sensible. Las múltiples y particulares sensaciones procedentes de los sentidos dejan una imagen particular en la memoria. La repetición de sensaciones posibilitará la experiencia. Sin embargo, la experiencia no rebasa el ámbito de lo particular.
Para alcanzar el verdadero conocimiento, el de los universales, tienen que entrar en juego dos capacidades de la mete humana: el entendimiento agente y el entendimiento paciente. En primer lugar, el entendimiento agente intervendrá sobre las imágenes de la memoria llevando a cabo un proceso de abstracción en el que irá despojando a éstas de toda su particularidad hasta que sólo quede la esencia, el concepto, lo universal. Finalmente, el entendimiento paciente será el encargado de que podamos conocer esos universales y trabajar con ellos.
En definitiva, el conocimiento es conocimiento de los universales pero su consecución empieza necesariamente con las sensaciones que nos transmiten nuestros sentidos.
Actualidad del Pensamiento de Platón
Sin duda Platón es el más influyente de los filósofos de la historia. Su influjo no se limita al ámbito de la Filosofía sino que se extiende a todos los aspectos de la cultura occidental.
- Hoy en día el dualismo ontológico que defendía no tiene sentido, nadie duda de nuestro mundo material. Sin embargo, la reflexión sobre la distinción entre realidad y apariencia que surge de su pensamiento tiene máxima actualidad. Hoy inmersos en el mundo de la comunicación y de la información (cine, televisión, prensa, internet…) necesitamos más que nunca la capacidad crítica que se desprende de su obra para no dejarnos llevar por primeras impresiones, ni asumir, sin más, aquello que se nos presenta como real. La publicidad nos muestra insistentemente como real un mundo en que sus sugerencias aparecen como auténticas necesidades. Los medios de comunicación al servicio de unos intereses económicos y políticos no dudan en mostrarnos la realidad desde la perspectiva que les beneficia. Internet está lleno de posibles trampas para incautos… etc. Debemos mantenernos alerta, y ser capaces por nosotros mismos, de ver más allá de la realidad que se nos presenta, no nos pase como aquellos hombres encadenados en el fondo de la caverna.
- Por otra parte, el dualismo antropológico (alma-cuerpo) expresado por Platón y retomado por el cristianismo sigue siendo una creencia mayoritaria en nuestra sociedad. Así como la idea platónico-cristiana de la existencia de un mundo mejor al que debe dirigirse nuestra alma.
- Platón escribió la República desde la convicción de la necesidad de una radical reforma política y la preocupación por el funcionamiento de las instituciones públicas. Esta preocupación se mantiene viva hoy en día, no hace falta más que ojear los tristemente habituales, titulares de los periódicos destapando escándalos de corrupción política.