El legado de Sócrates. La Atenas de Sócrates: los sofistas y la degeneración de la democracia
Durante el siglo V a.C., en Atenas, surgieron los sofistas, individuos que se presentaban como sabios y ofrecían servicios de enseñanza de la retórica para entrenar en la excelencia política a cambio de un pago. Su enfoque se centraba en el dominio de la palabra y la persuasión para destacar en la vida pública y política. Tuvieron mucho éxito en Atenas, atrayendo a muchos jóvenes ambiciosos.
Los sofistas reconocían la diferencia entre lo que es natural y lo que es convencional. Entendían que las leyes y normas de una sociedad son producto del acuerdo entre los hombres y que reflejan los intereses de quienes tienen el poder para establecerlas. Aunque tenían diferentes explicaciones sobre qué intereses se satisfacen con estas normas, todos coincidían en este punto.
Relativismo: Los sofistas, incluyendo a Protágoras, creían en el relativismo, sosteniendo que la verdad y la moralidad varían según el contexto cultural y las circunstancias. Consideraban que las leyes y normas son convencionales y enfatizaban la importancia de adaptarse a ellas para tener éxito en la política. La habilidad de persuadir mediante la retórica era fundamental en un mundo donde las opiniones podían cambiar rápidamente.
Realismo político: Los sofistas sostenían que la política se basaba en la lucha por el poder y el interés propio, y aconsejaban comprender y aprovechar las dinámicas de poder. Consideraban que las leyes y las normas eran moldeadas por los poderosos para servir a sus intereses. En las relaciones internacionales, prevalecía la ley del más fuerte. Esto llevó a la disolución de la autoridad tradicional y erosionó las instituciones y normas establecidas, generando una visión oportunista de la política
Sócrates frente a los sofistas: el programa socrático
Sócrates enseñaba que debemos examinar nuestras vidas y buscar en nosotros mismos las razones para abrazar las leyes y actuar justamente. Descubrió que ser justos nos hace mejores, mientras que actuar injustamente arruina nuestra alma.
Para Sócrates, respetar las leyes es respetarse a uno mismo, y consideraba peor cometer injusticia que sufrirla, ya que al cometerla nuestra alma se pierde. La reflexión socrática se basa en dos presupuestos: la existencia de criterios objetivos de buen comportamiento moral y el intelectualismo moral. Sócrates creía que conocer el bien impedía actuar mal y que aquellos que actuaban incorrectamente lo hacían por ignorancia. A través del diálogo con otros, buscaba descubrir verdades universales sobre cuestiones morales básicas. Las contribuciones fundamentales de Sócrates, según Aristóteles y los diálogos de Platón, fueron el reconocimiento de la importancia de las definiciones universales y la aplicación del método de inducción. El método de Sócrates será examinado para entender cómo lo utilizaba y qué objetivos perseguía con él. Sócrates utilizaba el diálogo como método, interrogando a aquellos que se consideraban sabios. Afirmaba no saber nada y preguntaba desde la perspectiva de alguien ignorante. Su objetivo era permitir que su interlocutor desarrollara libremente sus concepciones sin influencias externas, para examinar completamente sus opiniones. Sócrates buscaba definiciones éticas que desentrañaran la naturaleza de las cosas, no simplemente las que reflejaban el uso común de las palabras. Quería encontrar definiciones con poder explicativo que capturaran la esencia de lo que se estaba investigando. Su pregunta era “¿qué es?” y buscaba identificar los universales, lo que es común a un conjunto de cosas y las hace del mismo tipo. Por ejemplo, en el diálogo con Eutifrón, Sócrates buscaba la definición de la piedad, no solo ejemplos de actos piadosos. Cuando Sócrates pregunta qué es la “F-idad” en un contexto ético, busca una explicación de la naturaleza que es común y explicativa de todas las cosas que son “F”, es decir, la naturaleza que las hace ser “F” y explica por qué lo son. Una vez que el interlocutor comprende la pregunta de Sócrates, busca una definición común a todas las cosas que son “F” y propone una fórmula general. Sócrates evalúa la definición mediante la refutación, extrayendo consecuencias problemáticas y mostrando que la definición propuesta es insatisfactoria.
Si el interlocutor está dispuesto a continuar, se le pide que busque una nueva definición. El proceso continúa con sucesivas definiciones y refutaciones, con la posibilidad de llegar a un punto muerto sin solución. El procedimiento de Sócrates consistía en pedir explicaciones a los presuntos expertos en ética y ponerlos a prueba mediante la refutación, evidenciando sus errores.
Platón, discípulo de Sócrates
Sócrates tuvo una influencia directa en Platón, tanto a nivel biográfico como filosófico. Platón fue parte del círculo de amigos y seguidores de Sócrates y se vio profundamente afectado por su proceso legal y condena a muerte. En su producción filosófica posterior, Platón colocó a Sócrates como personaje principal en la mayoría de sus diálogos y continuó el proyecto intelectual socrático en múltiples aspectos. Platón continúa la disputa socrática al confrontar el pensamiento relativista y convencionalista de los sofistas. Aunque desilusionado con la política, Platón muestra una preocupación por la reforma de la vida pública y se pregunta cómo la generación posterior a Pericles pudo corromperse. El tema persistente en su obra es cómo ayudar a las personas a desarrollarse y vivir una buena vida. En sus diálogos, Platón argumenta que los errores en la conducta de los hombres se deben a la falta de conocimiento necesaria para actuar virtuosamente. Esto muestra que Platón sigue la perspectiva socrática del intelectualismo moral, ya que considera que un buen gobierno solo es posible si los gobernantes tienen un conocimiento completo de la justicia y la virtud. En relación con esto último, Platón seguirá dando un lugar central a la práctica socrática de buscar respuestas a la pregunta τί ἐστι y, por tanto, a la búsqueda de definiciones universales. Aunque Platón continúa el proyecto socrático, su filosofía va más allá al abordar temas teóricos como la estructura de la realidad y la posibilidad del conocimiento. Además de Sócrates, Platón también se ve influenciado por otros filósofos como Parménides, Zenón, Anaxágoras y los pitagóricos, así como por las matemáticas de su tiempo. Platón también cuestiona la búsqueda de definiciones universales y se pregunta sobre el tipo de cosa que buscamos cuando intentamos encontrar explicaciones, lo cual lo lleva a desarrollar su doctrina de las formas.