1. Introducción
René Descartes, figura central de la filosofía del siglo XVII, construyó un sistema complejo que abarca método, metafísica, antropología filosófica, ciencia, religión y teología. Conectado con intelectuales de toda Europa, Descartes mantuvo una postura crítica y en 1619 vislumbró un método riguroso para la ciencia y la metafísica. Sus obras clave incluyen Reglas para la dirección del espíritu, Discurso del método, Meditaciones metafísicas, Principia philosophiae y Las pasiones del alma.
2. El Método Cartesiano
El núcleo de la filosofía cartesiana reside en el descubrimiento y justificación de un método basado en la razón humana, aplicable a todas las áreas del saber. La necesidad de un método filosófico, surgida en el Renacimiento y destacada por Bacon, se convierte en una obsesión para Descartes. Su objetivo: aplicar a la filosofía la seguridad matemática para alcanzar la verdad absoluta. Descartes creía que el saber es accesible si la razón se guía por un método apropiado, un camino para la invención y el descubrimiento que, mediante la deducción a partir de una verdad cierta (intuición), permite construir un sólido edificio filosófico. Este método es accesible a todos quienes comparten razón y buen sentido.
2.1 Reglas del Método
Descartes define el método como “las reglas ciertas y fáciles que hacen imposible tomar por verdadero lo falso […] sin malgastar inútilmente las fuerzas de la razón, hacen avanzar progresivamente la ciencia para llegar al conocimiento verdadero”. El método debe conducir al conocimiento verdadero, al dominio del mundo y a la prudencia. En el Discurso del método, Descartes resume las reglas en cuatro:
- Evidencia: Aceptar como verdadero solo aquello que se presenta clara y distintamente, sin lugar a dudas. La intuición, definida como “un concepto de la mente, pura y atenta, tan fácil y distinto, que no queda duda de lo que pensamos”, es el acto por el cual la mente se percibe a sí misma. Las ideas evidentes se caracterizan por la claridad (presencia de la idea en la mente) y la distinción (separación de otras ideas).
- Análisis: “Dividir cada una de las dificultades que se han de examinar, en el mayor número de partes posibles y necesarias para resolverlas mejor”. Reducir ideas compuestas a ideas simples.
- Síntesis: “Conducir mis pensamientos por orden, empezando por lo más simples y fáciles de conocer, para ascender poco a poco hasta los conocimientos más complejos”. Pasar de ideas simples a ideas complejas mediante la deducción, que junto a la intuición, son los actos fundamentales del espíritu humano.
- Enumeración: Revisar y enumerar todo el proceso para asegurar que no se omite nada, buscando lo necesario y suficiente. Verificar el análisis y la síntesis. “Hacer en todo enumeraciones tan completas y revisiones tan generales, que estemos seguros de no omitir nada”.
Descartes argumenta que este método, basado en el análisis y la síntesis, no es arbitrario, sino que responde a la dinámica interna de la razón. Su aplicación, tradicionalmente restringida a las matemáticas, se extiende a todos los ámbitos del saber.
3. Ontología Cartesiana
Descartes presenta su ontología en tres exposiciones, siguiendo un orden consistente:
- Duda metódica sobre la existencia de las cosas materiales y la certeza de las matemáticas.
- Certeza del “pienso, luego existo” como primera evidencia.
- Demostración de la existencia de Dios.
- Garantía divina para juicios basados en ideas claras y distintas.
- Certeza de que la esencia del alma es el pensamiento.
- Certeza de que la esencia del cuerpo es la extensión.
- Certeza de la existencia de las cosas materiales.
3.1 La Duda Metódica
Descartes busca eliminar todo conocimiento carente de certeza absoluta, sometiendo a duda todo aquello de lo que es posible dudar. Esta duda es:
- Universal: Dudar de todo conocimiento previo.
- Teórica: Restringida al ámbito de la reflexión filosófica.
- Metódica: Un instrumento para construir la filosofía, no un fin en sí misma.
Descartes duda de:
- Los sentidos, por ser engañosos.
- El mundo exterior, por la dificultad de distinguir entre sueño y vigilia.
- Los razonamientos, por la posibilidad de un Dios engañador.
- Sí mismo, por la hipótesis de un genio maligno que induce al error.
3.2 La Primera Verdad
Descartes encuentra una verdad indudable: la existencia del sujeto pensante. La duda misma implica la existencia del que duda: “pienso, luego existo”. Esta afirmación, producto de la intuición, se convierte en el criterio de certeza: todo lo percibido con igual claridad y distinción es verdadero.
3.3 Las Ideas
Para Descartes, el pensamiento opera sobre ideas, no directamente sobre las cosas (teoría representacionista). Distingue dos aspectos en las ideas: como actos mentales y como contenido objetivo. Clasifica las ideas según su contenido:
- Adventicias: Parecen provenir de la experiencia externa.
- Facticias: Construidas por la mente a partir de otras ideas.
- Innatas: Presentes en el pensamiento por sí mismo (ej. pensamiento, existencia). Sirven como punto de partida para demostrar la realidad externa y proporcionan conocimiento objetivo.
El racionalismo cartesiano es representacionista porque entiende el conocimiento como una representación mental de la realidad externa, mediada por ideas.
3.4 La Existencia de Dios
Descartes argumenta la existencia de Dios a partir de la idea innata de infinito, utilizando tres argumentos. Dos se basan en el principio de causalidad (a posteriori): Dios como causa de nuestra idea de infinito y Dios como causa de nuestro ser. El tercer argumento (a priori) establece la existencia de Dios como inherente a la idea de perfección. A diferencia de Santo Tomás, Descartes parte de ideas claras y distintas, no de la experiencia sensible. La existencia de un Dios veraz e inmutable garantiza la validez de la metafísica y la existencia del mundo físico. Dios, al ser perfecto, no puede engañar; por lo tanto, nuestra “luz natural” es recta. Si Dios es bueno, no permitiría que nos engañáramos al creer en la existencia del mundo; por lo tanto, el mundo existe. Dios garantiza un mundo de extensión y movimiento, base de la física.
3.5 Sustancia
Descartes postula tres sustancias (aquello que existe por sí mismo):
- Sustancia pensante (res cogitans): El alma o yo, cuyo atributo es el pensamiento (querer, sentir, imaginar, juzgar). El pensamiento es independiente del cuerpo. En su antropología dualista, Descartes defiende la libertad del alma, separada del mecanicismo del mundo.
- Sustancia infinita (res infinita): Dios, cuyo atributo es la perfección.
- Sustancia extensa (res extensa): La sustancia corpórea, cuyo atributo es la extensión (modos: figura, posición, movimiento). Infinitamente divisible, inerte, determinada por leyes mecánicas. La naturaleza, materia sometida a la razón humana, se rige por leyes deducibles. La física se reduce a mecánica, y ésta a matemáticas. Espacio y materia se identifican.
4. Contexto Histórico, Cultural y Filosófico
4.1 Contexto Histórico
Descartes (1596-1650) vivió en el siglo XVII, época de la monarquía absoluta en Francia, coincidiendo con el contexto histórico de Los Tres Mosqueteros de Alejandro Dumas. El Discurso del método fue escrito durante el Siglo de Oro francés, un período de crisis en Europa marcado por guerras de hegemonía. Descartes vivió parte de la Guerra de los Treinta Años, como relata en el capítulo segundo del Discurso del método. El siglo XVII vio el desarrollo de la burguesía y el capitalismo mercantilista, impulsado por la expansión comercial y colonial.
4.2 Contexto Cultural
Culturalmente, Descartes se sitúa en el Barroco, época de pesimismo agravado por las guerras religiosas. La imprenta, inventada en esta época, permitió la difusión de la cultura fuera de los círculos eclesiásticos. La condena de Galileo por la Inquisición influyó en Descartes, quien decidió no publicar su Tratado del mundo por temor a un destino similar. A pesar de sus precauciones, Descartes fue acusado de ateísmo y pelagianismo, y sus obras fueron condenadas póstumamente por la Iglesia.
4.3 Contexto Filosófico
Descartes vivió al final del Renacimiento, un período en el que el hombre y el conocimiento se convirtieron en el centro de la filosofía. Fundador del racionalismo, Descartes tomó como modelo el método matemático y la ciencia moderna (Galileo, Bacon, Kepler). El racionalismo enfatiza la razón, el innatismo y el conocimiento teórico, despreciando el conocimiento sensorial. Descartes, Leibniz y Spinoza son sus principales representantes. El mecanicismo cartesiano, que concibe el mundo como una máquina, influyó en el materialismo posterior (ej. El hombre máquina de La Mettrie). El empirismo británico de Locke y Hume, que rechaza las ideas innatas y prioriza la experiencia sensorial, se opone al racionalismo cartesiano.