Contexto Histórico
A partir del siglo XIV se inicia una profunda crisis en el saber humano medieval. El sistema aristotélico-tomista, base del conocimiento de la época, se desmorona, dando paso a una nueva concepción del hombre, del mundo y de la relación con Dios.
El Renacimiento (siglos XV y XVI) se caracteriza por tres movimientos principales:
- Humanismo: Abandona el geocentrismo medieval y centra su atención en el ser humano. Representa un retorno a la filosofía griega, con figuras destacadas como Pico Della Mirándola y Marsilio Ficino.
- Nueva Ciencia: Introduce el método hipotético-deductivo y una nueva concepción del universo. La Tierra deja de ser el centro para convertirse en un planeta más en un vasto espacio casi infinito. Figuras clave de este movimiento son Kepler, Galileo, Copérnico y Newton.
- Reforma: Modifica las ideas religiosas, con figuras prominentes como Erasmo de Rotterdam y Lutero.
La Edad Moderna comprende dos movimientos: el Barroco (siglo XVII) y la Ilustración (siglo XVIII).
El Barroco se caracteriza por grandes contrastes y tensiones, combinando el vitalismo renacentista con tendencias negadoras del mundo. En este siglo se produce la Guerra de los 30 años y el ascenso de Francia. Se deposita una gran confianza en la razón y en los logros del conocimiento.
La Ilustración acentúa estas tensiones, defendiendo la autonomía de la razón en el ámbito social y político. Tiene lugar la Revolución Francesa, que conlleva la abolición del Antiguo Régimen y el fin de la Edad Moderna.
René Descartes: Figura Clave de la Transición
René Descartes (1596-1650) es el filósofo que marca la transición del pensamiento medieval al moderno. Orienta la filosofía desde una perspectiva idealista, abre la línea racionalista y continúa la tradición platónica.
Nacido en La Haye, estudió en La Flèche y en la universidad. En 1619, descubrió su método. Mantuvo contacto con filósofos y científicos de su época y fue invitado por la reina Cristina a Suecia, donde falleció en Estocolmo.
Sus obras abarcan escritos filosóficos, científicos y correspondencia en latín y francés. Entre ellas destacan: Discurso del método, Meditaciones metafísicas, Geometría analítica, Reglas para la dirección del espíritu y Tratado de las pasiones.
El Discurso del método, escrito en 1637 y publicado en francés, va seguido de tres ensayos científicos. Sus principales aportes son la afirmación de la razón y el descubrimiento de la conciencia.
En la filosofía moderna, la razón y la anatomía se contraponen a la fe. Se descubre la conciencia y el yo como realidad primera y punto de partida del filosofar. Se instaura una actitud idealista frente al realismo anterior.
Corrientes Filosóficas Modernas
- Racionalismo: Descartes, Spinoza, Malebranche y Leibniz, en conexión con la tradición platónico-agustiniana.
- Empirismo: Bacon, Hume y Locke, en conexión con la tradición aristotélica.
- Idealismo Trascendental: Kant.
El racionalismo y el idealismo son los dos conceptos fundamentales del sistema cartesiano. Descartes basa su especulación en el criterio de la evidencia, que da lugar a la evidencia de la razón. El método cartesiano es racionalista, donde el hombre es sustancia pensante, razón, y el ideal de conocimiento es el matemático. Por otro lado, el sistema de Descartes es idealista, ya que piensa que no se sabe nada con certeza salvo que “yo soy”. Este camino conduce al solipsismo. El recurso a Dios aparece como una característica constante en los sistemas racionalistas de Descartes.
Pensamiento e Ideas en Descartes
En Descartes, la noción de pensamiento se refiere al conjunto de todos los fenómenos psíquicos o vivencias del yo, cuya esencia o naturaleza es pensar. También puede referirse a un pensamiento determinado. La idea es un tipo de pensamiento, aquel en que se concibe una cosa.
Si se duda de todo, al menos es cierto que se duda, es decir, que se piensa. Y si se piensa, se existe en tanto ser pensante. Este es el famoso Pienso, luego existo (Cogito ergo sum), que constituye el punto de partida de la filosofía cartesiana.
El yo es distinto del cuerpo; es un ser cuya naturaleza es pensar (res cogitans). El pensamiento es el conjunto de todos los fenómenos psíquicos.
Descartes parte del yo con una actitud idealista: existe el yo y sus pensamientos. Si se quedara en el yo, caería en el solipsismo, pero descubre una idea crucial: la idea de Dios.
Los tipos de pensamiento son: juicios, voliciones e ideas. Las ideas pueden ser adventicias (del exterior), facticias (de la imaginación) e innatas (presentes en el yo).
Descartes argumenta que solo un ser infinito puede ser causa de la idea de Dios que reside en el pensamiento, por lo tanto, Dios existe. Dios se convierte en garante de la aplicabilidad del criterio de evidencia más allá del yo.
Descartes parte de las ideas de las cosas materiales. Dios ha inclinado al hombre a creer que a las ideas de las cosas corresponden cosas reales, y dado que Dios es infinitamente bueno, se puede confiar en la verdad de esa creencia y afirmar la existencia de las cosas materiales (res extensa).
En conclusión, la filosofía de Descartes, a partir de la existencia del yo y del análisis de las ideas, desemboca en la metafísica de las tres sustancias: el yo (sustancia pensante), Dios (sustancia infinita) y los cuerpos (sustancia extensa). El racionalismo implica la existencia de ideas innatas, mientras que el empirismo la niega y sostiene que los contenidos llegan a la mente a través de la percepción sensible.
Alma y Cuerpo en Descartes
Para Descartes, el alma es la realidad constitutiva del yo, la sustancia cuya naturaleza es pensar y no depende de nada material. El cuerpo es la cosa material, cuya esencia es la extensión. Alma y cuerpo pertenecen a ámbitos diferentes: el cuerpo está sometido al determinismo mecanicista, mientras que el alma es espiritual y libre. Este es el dualismo cartesiano.
El descubrimiento de la primera verdad, “pienso, luego existo”, marca el inicio de la filosofía idealista moderna. Descartes aclara que no se trata de la conclusión de un silogismo, sino de una verdad inmediata, captada por intuición. Siguiendo el procedimiento de la duda metódica, llega a la primera verdad indudable, “pienso, luego existo”, que sirve como punto de partida de su filosofía.
La función del cogito es doble: señala el tipo de proposición verdadera, basada en el criterio de evidencia racional, y apunta a la concepción del yo como sujeto pensante, radicalmente distinto del cuerpo.
Descartes sostiene que solo un Ser infinito puede ser causa de la idea de Dios presente en el pensamiento, por lo tanto, Dios existe. Dios es causa necesaria de la existencia contingente del yo. La existencia forma parte de la esencia del ser perfecto, al igual que de un triángulo es inseparable que sus ángulos sumen dos rectos, por lo tanto, Dios existe.
Dios garantiza la aplicabilidad del criterio de evidencia más allá del yo. Descartes parte de las ideas de las cosas materiales, ideas adventicias que llegan al yo desde fuera, a través de los sentidos. Dios ha dado al hombre una inclinación a creer que a las ideas corresponden cosas reales, y puesto que Dios es infinitamente bueno y no engañador, se puede confiar en esa creencia y afirmar la existencia de las cosas materiales (res extensa).
Descartes distingue tres ámbitos de la realidad: sustancia infinita, sustancia pensante y sustancia extensa. Define sustancia como una cosa que existe de tal modo que no necesita de ninguna otra cosa para existir. La sustancia infinita es Dios, ya que los seres finitos, pensantes y extensos, son creados por Él. El objetivo final del filósofo es afirmar que alma y cuerpo, pensamiento y extensión, constituyen dos realidades distintas, estableciendo la autonomía del alma respecto a la materia. La libertad solo puede salvaguardarse sustrayendo el alma del mundo de la necesidad mecanicista.