El Pensamiento de Nietzsche: Nihilismo, Crítica a la Moral y la Filosofía Tradicional

Contexto Histórico del Siglo XIX

El siglo XIX fue una época de profundos cambios, marcado principalmente por las revoluciones burguesas. Este siglo también vio el surgimiento del gran capital, impulsado por un desarrollo industrial y técnico sin precedentes. Este auge económico, sin embargo, trajo consigo la expansión del colonialismo.

Europa experimentó un crecimiento demográfico significativo, duplicando su población gracias a las mejoras en la higiene y los avances en la medicina. Este aumento poblacional saturó el mercado laboral, permitiendo a las empresas pagar salarios extremadamente bajos.

El nacionalismo emergió como una fuerza política dominante en el siglo XIX. Las élites gobernantes lo adoptaron como una herramienta para contrarrestar el movimiento obrero y el socialismo. La persecución de judíos en Alemania y Rusia provocó una emigración masiva hacia América, especialmente a los Estados Unidos.

Contexto Cultural del Siglo XIX

El Romanticismo dominó la primera mitad del siglo, caracterizado por la exaltación de lo irracional, lo afectivo, lo popular y una idealización de la vida campestre y épocas pasadas como la Edad Media. También se observó un gusto por lo exótico y una fascinación por el lado oscuro del alma.

Los avances científicos y técnicos impulsaron la industria capitalista y consolidaron la hegemonía social de la burguesía. Las teorías evolutivas de Darwin tuvieron un impacto significativo en la sociedad europea de fin de siglo. Además, fue la época de Pasteur y las primeras vacunas contra enfermedades infecciosas.

En el arte, el Impresionismo marcó una ruptura radical con las tradiciones renacentistas, buscando capturar la realidad tal como se percibe visualmente. La novela se convirtió en un fenómeno de masas, con muchas obras publicadas en la prensa diaria. Finalmente, la música de Wagner cautivó al joven Nietzsche, quien la consideró un ejemplo de creación de un espíritu libre.

Contexto Filosófico del Siglo XIX

El siglo XIX marcó el fin de los grandes sistemas filosóficos y el surgimiento de una pluralidad de movimientos de diverso signo:

  • Positivismo: Durante la segunda mitad del siglo XIX, el positivismo se presentó como la respuesta a los tiempos. Las ciencias naturales, especialmente la física, experimentaban un gran auge. Muchos científicos creían que la ciencia y la razón podían explicar no solo las leyes de la naturaleza, sino también los misterios del ser humano.

  • Vitalismo: Como contrapartida al positivismo, surgió el vitalismo. Pensadores como Schopenhauer, Nietzsche, Bergson, Ortega y Gasset, y Dilthey se opusieron a los intentos positivistas de explicar el mundo únicamente a través de la racionalidad científica. Las “Filosofías de la vida” defendían el irracionalismo y la afirmación de la vida como la realidad fundamental del ser humano. Sin embargo, la interpretación de “vida” variaba significativamente entre estos autores.

Justificación de la Filosofía de Nietzsche

Nietzsche es reconocido por desenmascarar las fuerzas ocultas tras los valores de la cultura occidental. Su crítica a la civilización occidental es radical, denunciando que la razón es el resultado de la represión de los instintos y la negación de la vida. Desarrolló una filosofía que destruye los ídolos de la cultura occidental:

1. La Crítica a la Cultura Occidental

Según Nietzsche, el error fundamental de la cultura occidental radica en la imposición de la racionalidad a toda costa. La filosofía griega, con su “estatismo del ser” y la idea del “bien en sí”, es vista por Nietzsche como un síntoma de decadencia.

Para Nietzsche, es crucial criticar a Platón para erradicar los errores de base. Su crítica abarca los tres mundos inventados por el hombre occidental, que son síntomas de su decadencia: el mundo racional, el mundo moral y el mundo religioso.

1.1 Crítica a la Moral

Nietzsche argumentaba que los valores tradicionales habían perdido su poder, lo que denominó nihilismo pasivo. Consideraba que estos valores representaban una moralidad creada por personas débiles, que fomentaban la sumisión y el conformismo.

Nietzsche propuso la creación de nuevos valores que reemplazaran los tradicionales, una idea que evolucionó hacia el concepto del superhombre. La moral tradicional, especialmente la cristiana, es vista por Nietzsche como antinatural, que convierte al hombre en esclavo de una ficción. El altruismo, la norma suprema de conducta en esta moral, implica entregarse a los demás sin esperar nada a cambio.

En conclusión, la lógica de esta moral altera la personalidad, considerando lo poderoso como suprahumano y lo débil como propio del hombre. Las acciones elevadas se atribuyen a un ser más perfecto, denominado Dios.

1.2 Crítica a la Religión Cristiana

Nietzsche sostiene que la religión nace del miedo del hombre hacia sí mismo, de la incapacidad de asumir su propio destino. El sentimiento de poder, que el hombre teme, se atribuye a un ser superior, Dios. La religión, según Nietzsche, conduce a la alienación del hombre, promoviendo el sacrificio y la humildad. El cristianismo es visto como una moral vulgar que se opone a los valores de la virtud.

1.3 Crítica a la Filosofía Tradicional

Nietzsche critica la filosofía tradicional, especialmente la platónica, por afirmar la existencia de un mundo perfecto e inmutable, en contraposición al ser dinámico defendido por Heráclito. También critica la Lógica, argumentando que existen errores irrefutables y verdades contradictorias. El dualismo ontológico platónico es considerado uno de los problemas más graves de la cultura occidental.

1.4 Crítica al Lenguaje y a la Ciencia

Nietzsche afirma que los conceptos son metáforas que intentan fijar una realidad cambiante y caótica. Cuando un concepto se generaliza, se convierte en “verdad” por convención, y lo que se desvía de esta convención se considera mentira. Si los conceptos no ofrecen la verdad, entonces no hay valores absolutos. La noción de verdad en Nietzsche es perspectivista, afirmando que no hay hechos sino interpretaciones, todas igualmente válidas.

2. El Nihilismo

El nihilismo es el resultado del derrumbe de todos los valores, expresado en la frase “Dios ha muerto”. La muerte de Dios es un evento crucial que implica:

  • Una inversión de todos los valores.
  • La transición del hombre al superhombre.

Nietzsche distingue dos tipos de nihilismo:

  • Nihilismo pasivo: Refleja la decadencia de la cultura occidental, cuyos valores eran vacíos.
  • Nihilismo activo: El hombre contemporáneo, al reflexionar sobre el nihilismo pasivo y comprender la naturaleza nihilista de la cultura occidental, rechaza esos valores, contribuyendo a la destrucción de esa cultura de la nada.

3. El Superhombre y el Eterno Retorno

Zaratustra es el personaje que predica la filosofía positiva de Nietzsche, anunciando la llegada del superhombre, capaz de asumir la muerte de Dios y crear nuevos valores, recuperando la inocencia primitiva. El eterno retorno es la forma en que el superhombre interpreta el devenir, representando la máxima afirmación de la vida.

Relación con Otros Autores

Los planteamientos de Nietzsche se relacionan con numerosos autores, ya que analizó la evolución del platonismo a lo largo de la filosofía.

Relación de Nietzsche con Platón

Según Nietzsche, Platón contrapone el ser verdadero, único e inmutable (la idea) al ser aparente, múltiple y cambiante (el mundo sensible). Platón, al hacer esto, emite un juicio negativo sobre el mundo sensible, otorgando todo el valor al mundo inteligible.

Relación de Nietzsche con Descartes

Desde la perspectiva de Nietzsche, la filosofía de Descartes es un punto en la evolución del platonismo. El rechazo al devenir se manifiesta en su dualismo ontológico y en su teoría de la sustancia. La filosofía cartesiana se basa en la razón, el saber y el método, y su ontología se funda en la noción de sustancia, distinguiendo tres sustancias: la pensante, la infinita y la extensa.