El modo moderno de fundamentación del saber: El racionalismo y el problema del mundo externo
Para poder responder a la pregunta que se nos formula, “el modo moderno de fundamentación del saber: El racionalismo y el problema del mundo externo”, primero deberemos comprender los pasos que se han de seguir, según el título, hasta llegar al problema del mundo externo. Explicaremos en qué consiste este problema y, posteriormente, daremos a conocer la resolución que planteó Descartes, así como las consecuencias que tuvo.
El surgimiento del modo moderno de fundamentación del saber
En primer lugar, debemos comentar en qué consiste el modo moderno de fundamentación del saber. Este modo de fundamentación apareció por necesidad tras el hundimiento de la visión religioso-metafísica del mundo. Es decir, una vez desacreditado el modo de fundamentación anterior, se buscó otro nuevo que lo suplantara y pudiera ser tomado como válido, dando así paso a la etapa que se conoce como la modernidad.
Racionalismo vs. Empirismo
Con la aparición de la nueva ciencia, acontecimiento coetáneo a la aparición del nuevo modo de fundamentar las cosas, surgieron dos corrientes filosóficas:
- Empirismo: Dio mayor importancia a las pruebas empíricas como modo para fundamentar las cosas, dejando de lado las matemáticas como herramienta para descubrir la verdad.
- Racionalismo: (corriente a la que pertenece Descartes) Concedió más importancia a la razón para alcanzar la verdad. Esta corriente relacionaba el conocimiento racional con el conocimiento científico (especialmente con las matemáticas) y trabajaba en base a la deducción, extrayendo verdades a partir de principios universales.
El método cartesiano y la duda metódica
Para Descartes, los modos del conocimiento humano eran dos: la deducción y la intuición, una especie de “luz natural” por la que obtenemos ideas simples de forma rápida y sin opción a duda o error. Descartes introdujo el método científico como solución a la falta de un modo de fundamentación del saber. Este método consiste en tomar por verdadero algo hasta que no se demuestre lo contrario, buscando verdades absolutas con características como la universalidad y la necesidad, similares a las verdades matemáticas.
El método cartesiano se compone de cuatro preceptos:
- Evidencia
- Análisis
- Síntesis
- Enumeración
Para encontrar estas verdades, Descartes propone la duda metódica, un instrumento para ponerlo todo en duda hasta que no sea evidente. Esta duda se divide en tres niveles:
- Duda sobre la fiabilidad de los sentidos.
- Hipótesis del sueño o la imposibilidad de distinguir entre el sueño y la vigilia.
- Duda hiperbólica o la hipótesis del genio maligno (que nos hace dudar incluso de las verdades matemáticas).
El”Cogito, ergo su” y el problema del mundo externo
A partir de la duda metódica, Descartes obtiene su primera verdad: la existencia del sujeto que piensa. El simple hecho de dudar prueba su veracidad. De esta forma, plantea el”Cogito, ergo sum” (“Pienso, luego existo”) como verdad inmediata conocida por la intuición, que aporta la existencia del sujeto y el conocimiento de que ese “yo” es “una cosa que piensa”.
Una vez descubierto el cogito y el criterio general de certeza, surge el problema del mundo externo. Si bien podemos tener certeza de nuestra propia existencia como seres pensantes, no podemos afirmar lo mismo del mundo que nos rodea. El problema reside en cómo fundamentar la existencia de ese mundo externo y nuestra relación con él. Este es el problema que Descartes intenta resolver con su filosofía.