El Racionalismo Moderno: Orientaciones Generales y el Método Cartesiano

2ª Parte: Filosofía Moderna.2- Orientaciones generales del racionalismo. Los rasgos principales de la filosofía racionalista son:

  • Plena confianza en la razón humana. La razón como la única fuente válida de conocimiento. Las cosas son solo conocidas en las ideas.
  • Infravaloración del conocimiento sensible. Para los racionalistas los sentidos son engañosos. El conocimiento sensible no puede fundamentar un conocimiento universalmente válido, un conocimiento científico.
  • Existencia de ideas innatas. Los racionalistas afirman que la conciencia posee ciertos contenidos o ideas en las que se encuentra asentada la verdad. La mente humana no es un receptáculo vacío, sino que posee naturalmente un número determinado de ideas innatas, la idea de Dios.
  • Búsqueda de un método adecuado para el razonamiento. Los racionalistas toman como modelo el método utilizado por la matemática y la geometría. El método tiene por finalidad la conquista de la verdad a través de la búsqueda de los elementos evidentes que son conocidos mediante una intuición intelectual, independiente del ámbito de la experiencia.
  • Aspiración de crear una ciencia universal, única y necesaria. La razón humana es siempre una y la misma, por lo que la ciencia también debe ser una aunque los objetos a los que se aplique sean muy diversos.
  • Defensa de la racionalidad del mundo. Todo lo que sucede en el mundo, todo lo que compone la realidad tiene una justificación que la razón puede llegar a conocer.
  • Propuesta metafísica basada en la idea de sustancia. Sustancia es la primera idea innata, de la que todo se deriva por proceso deductivo. No todos los pensadores racionalistas admitieron el mismo número de sustancias, ni le otorgaron las mismas características.
  • El mecanicismo. El mundo es concebido como una máquina despojada de toda finalidad o casualidad que vaya más allá de la pura eficiencia. Las causas eficientes son solo movimientos que dan lugar a otros movimientos.

2. El método en Descartes y sus reglas

  • Características.

Metodica

La duda cartesiana no es una duda escéptica; no se propone una finalidad demoledora, sino constructiva, pretende alcanzar la verdad, una verdad firme de la que no se pueda dudar. No se puede confundir con la duda escéptica: la duda escéptica es estacionaria, se convierte en un estado permanente. Descartes no participa de esta duda. La duda para él es un instrumento para alcanzar la verdad, para elaborar la filosofía; por eso la podemos llamar metodica. No es un fin en sí misma, sino un método para edificar la filosofía. Sirve para encontrar un principio del que no se pueda dudar y que sirva de fundamento a la metafísica, duda para alcanzar la verdad.

Teórica

Se aplica solo al ámbito de la reflexión filosófica, no al ámbito de la religión, ni al de la moral, no es una duda práctica.

Universal

Descartes pone en duda todos los conocimientos matemáticos, tanto los procedentes de la experiencia sensible, como los conocimientos matemáticos que se suponen infalibles. Como hemos dicho, los únicos conocimientos a los que no se aplica la duda son los religiosos y los prácticos.

Hiperbólica

Es exagerada, porque nos invita a dudar no solo de lo que es claramente falso, o pueda serlo, como es que los sentidos nos engañan o la no distinción del sueño y la vigilia. Sino también de todo aquello que pueda suscitar en nosotros cualquier sospecha de duda, sin embargo los motivos C y D son completamente supuestos, hipotéticos o artificiales para llevar la duda a la máxima radicalidad.

Motivos de duda:

  • Duda de los sentidos: dado que nos engañan a veces, no son fiables y hasta podríamos sospechar que nos pueden engañar continuamente. No nos sirven para un conocimiento cierto.
  • Confundimos el estado de sueño y de vigilia: es posible que confundamos la vigilia y el sueño, que no seamos capaces de delimitar si los datos del conocimiento del mundo los hemos obtenido despiertos o si son una ilusión percibida en sueños. No existe un criterio claro para distinguir ambos estados.
  • También es posible que Dios nos engañe. Admitamos la creencia que Dios es todopoderoso, pero nada parece impedir el que nos haya podido crear con una larga cadena de deducciones a partir de unos principios simples y evidentes.

d) La posibilidad anterior parece ofender a los creyentes. De ahí que añadimos la hipótesis del genio maligno que es una reproducción del Dios engañador. Podemos suponer la existencia de un ser poderoso y astuto que emplea toda su habilidad en engañarnos y conducir al error y a la equivocación a nuestro conocimiento. La hipótesis del genio maligno necesita para ser destruida la demostración de la existencia de Dios. Solo cuando sabemos que Dios existe y que Dios es incapaz de engañarnos, solo entonces se deshecha la última y poderosa razón que Descartes adelanta para justificar la duda. Descartes finge la existencia de una especie de genio maligno o demonio tan poderoso como malvado que emplea toda su habilidad en engañarnos y convertir todos nuestros conocimientos en una cadena de falsedades y errores.

Las Reglas

1ª Regla de la evidencia

criterio de la verdad: Una idea es verdadera si es evidente, entonces será intuida, luego será innata, por lo tanto clara y distinta.

Descartes entiende por clara y distinta lo siguiente:

  • Clara: a la percepción que es presente o manifiesta a un espíritu atento.
  • Distinta: a la que es de tal modo precisa y diferente de todas las demás que no comprende en sí misma más que lo que aparece manifiestamente a quien la considera como es debido.
2ª Regla del análisis

naturalezas simples, estas en realidad han sido intuidas, luego, son ideas claras y distintas. Las dos naturalezas simples más importantes que considera Descartes son la extensión y el pensamiento. Como hemos dicho para Descartes todas las naturalezas simples y en general todos los principios de los cuales se puede deducir legítimamente algo, son ideas innatas. No se trata de ideas que ya están presentes en la mente del niño nada más nacer sino más bien ideas que están potencialmente en la mente y surgen con ocasión de determinadas experiencias.

d) La posibilidad anterior parece ofender a los creyentes. De ahí que añadimos la hipótesis del genio maligno que es una reproducción del Dios engañador. Podemos suponer la existencia de un ser poderoso y astuto que emplea toda su habilidad en engañarnos y conducir al error y a la equivocación a nuestro conocimiento. La hipótesis del genio maligno necesita para ser destruida la demostración de la existencia de Dios. Solo cuando sabemos que Dios existe y que Dios es incapaz de engañarnos, solo entonces se deshecha la última y poderosa razón que Descartes adelanta para justificar la duda. Descartes finge la existencia de una especie de genio maligno o demonio tan poderoso como malvado que emplea toda su habilidad en engañarnos y convertir todos nuestros conocimientos en una cadena de falsedades y errores.

El método

El método consiste en la marcha natural y espontánea de la propia razón. Pero necesitamos de un método para vigilar su marcha. El método cartesiano consiste en una serie de reglas mediante las cuales la razón se vigila a sí misma, vigila su propio funcionamiento. Descartes entiende por método”una serie de reglas ciertas y fáciles tales que todo aquel que las observara exactamente no tome nunca algo falso por verdadero y sin gasto alguno de esfuerzo mental sino por incrementar su conocimiento paso a paso, llegue a una verdadera comprensión de todas aquellas cosas que no sobrepasen su capacida”.

  • Primera ventaja es que permitirá evitar el error.
  • Segunda ventaja es que no es un simple método de exposición o demostración de lo que ya se conoce sino que permite aumentar los conocimientos, descubrir nuevas verdades.

El método que expone es sencillo y fácil, tal y como quería Descartes. La aparente simplicidad de este método resulta desconcertante, sin embargo encierra numerosas cuestiones que han de ser examinadas detenidamente: Descartes se inspira en el método resolutivo-compositivo de la Escuela de Padua, en el que también se inspira Galileo. Descartes da preferencia al análisis conceptual y a la deducción racional. En este último sentido se acerca más al método.

3ª Regla de la síntesis

síntesis consiste en un proceso ordenado de deducción que encadena unas ideas con otras. La intuición es anterior y la deducción posterior y si la intuición era la captación inmediata de la simple, la deducción consistirá en la captación mediata de lo complejo.

4ª Regla de la enumeración

A) Las Ideas

Admite como algo indudable la existencia del yo. Pero, ¿cómo demostrar la existencia de una realidad extramental?. A Descartes no le queda otro remedio que deducir la existencia de la realidad a partir de la existencia del pensamiento. Cuenta dos elementos: el pensamiento como actividad y las ideas que piensa el yo. Por medio de las ideas se captan las esencias de las cosas, pero no podemos garantizar hasta ahora su existencia. Descartes considera que el pensamiento piensa ideas. El pensamiento opera siempre sobre las ideas no sobre las cosas mismas. Y considera que las ideas representan una mediación inevitable entre el sujeto pensante y las cosas. Pero, ¿cómo garantizar que a cada idea corresponde una realidad? Las ideas son por un lado actos mentales y por otro imágenes que representan cosas. En cuanto, actos mentales todas las ideas son iguales. Pero en cuanto imágenes que representan cosas se diferencian unas de otras: la idea de perro y la idea de silla tienen en común el hecho de ser ideas y se diferencian por su contenido. En este sentido, las ideas pueden ser de varios tipos:

  • Ideas adventicias. Proceden de la experiencia externa, como por ejemplo la idea del árbol, del caballo, etc. Aquellas que son extrañas y proceden de fuera.
  • Ideas ficticias. Son las construidas con la intervención de la imaginación y la voluntad, aquellas que son hechas o inventadas, fabricadas por el sujeto a partir de otras ideas. Ejemplos: caballos con alas, sirena.
  • Ideas innatas. No proceden de la experiencia externa, no son elaboradas por la imaginación ni por la voluntad. Las ideas innatas son las que el entendimiento posee por naturaleza. Son aquellas ideas que encuentro en mí mismo. Las”nacidas conmig”. Ejemplo: la idea de Dios, pensamiento y extensión.

Para Descartes el auténtico conocimiento no surge ni del testimonio de los sentidos ni del juicio falaz de la imaginación sino solo de la mente pura y atenta, que logra descubrir sus verdaderos contenidos.

a) Prueba gnoseológica

Prueba que demuestra la existencia de Dios a partir de la idea de infinitud o perfección que hay en mi mente. La idea de perfecto e infinito. Parte de la idea de perfección e infinitud que el sujeto puede tener a pesar de no ser el sujeto ni perfecto ni infinito. La finitud que reconozco en mí es lo contrario de la infinitud que conozco en Dios. Él es la causa necesario de la idea de Él que hay en mí: si he dudado es que soy imperfecto. Pero si mi pensamiento es finito, ¿cómo es posible que posea la idea de un ser perfecto?. La idea de Dios no puede ser adventicia porque todo lo que conozco que parece provenir del exterior es menos perfecto que yo. Tampoco es una idea facticia porque no puede ser causa de una idea de un ser más perfecto que él mismo ya que el efecto no puede ser superior a su causa. Solo queda que sea una idea innata.

b) Prueba de la causalidad

Prueba que demuestra la existencia de Dios a partir de la contingencia del yo. Este argumento constituye una explicación de la primera prueba, pero introduce el principio de causalidad. Tiene en su mente la idea de Dios, como un ser perfecto pero frente a este yo me concibo a mí mismo como un ser imperfecto, luego no se ha dado la existencia a sí mismo. ¿Por qué? Porque si se hubiera dado la existencia a sí mismo no tendría imperfecciones sino que de la misma manera se hubiese dado todas las perfecciones que concibe en Dios. Tampoco puedo deber mi existencia a sus padres o a otros seres imperfectos, porque dado que ellos también son imperfectos en modo alguno hubiera podido poner en mi mente la idea de un ser perfecto, la idea de Dios, porque es evidente que no puede haber mayor perfección en la causa que en el efecto. Luego Dios existe porque solo él puede ser la causa mi su existencia.

c) Argumento ontológico

Es la prueba más conocida de Descartes. Tiene ciertas semejanzas con la de San Anselmo, aunque varía. El esquema de la demostración es el siguiente: la existencia es una perfección, Dios tiene todas las perfecciones, luego Dios tiene la existencia. Al igual que la existencia del yo ha sido en el cogito establecida por una intuición intelectual, también la existencia de Dios queda establecida en el argumento ontológico por medio de una deducción. El procedimiento es: Al tener en nuestra mente la idea de un ser sumamente perfecto y al ser esta una idea clara y distinta, la existencia de Dios debería ser tan cierta como las demostraciones de las matemáticas.

Dualismo

Lleva a Descartes a concebir al hombre como una realidad dual, compuesta por dos sustancias realmente distintas, el alma pensante y el cuerpo físico.

  • El alma, espiritual, es inmortal y como no es cuerpo, está exenta del mecanicismo general corpóreo, propio de esa época. Con esto queda a salvo la libertad humana, que es lo que pretendía este autor.
  • El cuerpo, sustancia externa, permite su estudio científico puesto que está separado del alma, cuestión que en la concepción aristotélica era imposible. Sometido también al mecanicismo de esta época. El organismo humano puede investigarse, ya no es algo sagrado y por tanto puede ser manipulado y experimentar con un cadáver. Esto no impedía que la medicina naciente tuviera sobre sí la vigilancia de la Inquisición.

Descartes afirma que la relación entre cuerpo y alma están íntimamente interaccionando.