El Sistema Filosófico de Platón
Introducción
Platón, discípulo de Sócrates, inicialmente se dedicó a la política buscando el mejor sistema político. Fundó la Academia, pero acabó decepcionado de la política y del poco uso de la razón por parte de los hombres. Su obra se divide en:
- Diálogos de juventud: Influencia socrática.
- Periodo de transición: Asuntos políticos.
- Época de madurez: Ideas propias.
- Obras de senectud: Revisión de sus ideas.
La inquietud que animó la reflexión platónica fue encontrar un sistema político ideal y definir los principios morales necesarios.
1. El Mundo de las Ideas
Platón buscaba lo que las cosas son por encima de la apariencia y del cambio para poder conocerlas, pues de lo que está en continuo cambio no podemos tener un conocimiento seguro. Para ello, es necesario fijarse en la forma. A esas formas las llamó eidos (ideas): entidades inmateriales, absolutas y universales, independientes del mundo físico, como por ejemplo, la belleza en sí. Así aparece una concepción dualista:
- Mundo de las ideas: Inmaterial e inmutable.
- Mundo sensible: Material y mutable.
Las ideas están separadas del mundo físico. Los seres físicos dependen de las ideas, esta relación es por:
- Imitación: Imitan a las ideas.
- Participación: Participan de las ideas.
Las ideas son modelos, ideales que no llegan a cumplirse en su totalidad. Esta relación la explica recurriendo al demiurgo: artesano semidiós que, tomando como modelo las ideas, modela la materia originaria informal dando así orden y armonía a la naturaleza.
Platón establece una jerarquía de ideas:
- En su base: Ideas de los objetos y seres del mundo sensible.
- Luego: Objetos matemáticos.
- En la cúspide: Ideas de Bien (idea suprema que hace posible conocer a las demás), Belleza (hace bellas a las cosas) y Justicia (regula las relaciones entre las virtudes, el alma y las clases sociales).
2. Antropología
Platón mantiene el dualismo antropológico alma-cuerpo. Alma y cuerpo son realidades diferentes. El alma es afín a las ideas, por lo que su destino será la contemplación de las mismas por medio del conocimiento. El cuerpo pertenece al mundo de los seres físicos, se arrastra hacia lo material y ata al alma. El cuerpo es la cárcel del alma, una carga de la que el alma debe librarse purificándose.
El alma es superior al cuerpo, constituye el yo, y el hombre es afín a las ideas y, como ellas, inmaterial y por naturaleza inmortal. La unión alma-cuerpo es un estado accidental y transitorio que se mantiene hasta la muerte corporal. La tarea del alma es liberarse (catarsis).
En el Fedón, Platón ofreció cuatro pruebas de la inmortalidad del alma:
- Sucesión de contrarios: A la muerte le sigue la vida y a lo injusto lo justo.
- Reminiscencia: Se recuerda lo que se ha conocido en una vida anterior.
- Simplicidad: El alma es simple, con lo que no puede separarse o descomponerse.
- Vida: El alma trae la vida al cuerpo, es inmortal.
3. Formas del Conocimiento
La doctrina platónica también presenta un dualismo gnoseológico, como se desarrolla en el mito de la caverna, como un ascenso desde lo sensible hacia el verdadero mundo, el de las ideas. El proceso de conocimiento recibe el nombre de dialéctica ascendente: desde lo sensible hasta lo inteligible.
Al mundo sensible le corresponde la opinión (doxa), que incluye la imaginación y la creencia. Las opiniones verdaderas son una manera útil de hacer al hombre bueno junto al conocimiento. Al mundo de las ideas le corresponde el saber o ciencia (episteme), se basa en razones y se divide en:
- Dianoia: Razonamiento matemático.
- Episteme: Conocimiento intuitivo de las ideas.
Para poder afirmar que se ha ascendido al conocimiento de las ideas a partir de las cosas sensibles, es necesario haber conocido antes esas ideas en sí. Desarrolla así la teoría de la reminiscencia: el alma es preexistente, ya conocía el mundo de las ideas, pero al unirse accidentalmente al cuerpo, olvida todo lo anterior. Todos los conocimientos que tenemos son a priori. Según vayamos encontrando esas ideas, las iremos recordando: los seres sensibles son imágenes de las ideas, la visión de aquellos puede suscitar el recuerdo de estas. Aprender es recordar.
Por último, Platón aporta una tercera forma de adquirir el conocimiento, conocida como amor platónico (eros). El eros (hijo de la abundancia y de la pobreza) es el deseo de algo que no se posee, pero del que se tiene necesidad, nos eleva desde la belleza de las cosas sensibles hasta la idea suprema de Belleza.
4. La Ética
En Platón, ética y política están íntimamente unidas. Su ideal era ayudar a los hombres a ser buenos y virtuosos en la polis. Por ello, critica a los sofistas y busca con empeño la definición de virtud (areté): función propia de algo o de alguien, capacidad que permite a cada cosa realizar la tarea que le es propia, y la necesidad de conocerse a sí mismo para saber lo que se busca y se quiere ser.
En el alma humana encontramos tres partes:
- Alma racional (razón): Reside en la cabeza y pertenece al mundo de las ideas, es inmortal. Su virtud es la sabiduría, que viene dada por la experiencia, la inteligencia y la razón.
- Alma irascible (ánimo): Reside en el tórax y es fruto de las pasiones, es mortal. Su virtud es la fortaleza, que permite al hombre sacrificarse para cumplir sus deberes.
- Alma concupiscible (apetito): Reside en el abdomen, es mortal y genera el amor físico y el placer sexual. Su virtud es la templanza, que hace dominar el placer y la pasión sensible.
Para que las tres partes funcionen armónicamente, Platón introduce la justicia: regula y ordena las partes del alma y sus virtudes, es decir, cuando cada parte del alma ejerce la función que le corresponde, podemos decir que hay justicia en el hombre. Tenemos así las llamadas virtudes morales: prudencia, fortaleza, templanza y justicia.
La ética platónica es eudemonista, busca la felicidad que se logra por una mezcla armónica de placer y sabiduría. Para alcanzar la sabiduría, afirma la necesidad de la virtud, que consiste en poseer: ciencia, purificación del cuerpo y armonía entre las tres partes del alma.
5. La Política
Platón propone la primera utopía de la historia, basada en la justicia en sí, no en las opiniones que cada uno tiene de la justicia. Este sistema parte de dos principios:
- Correlación estructural entre el alma y el Estado: Tres son los grupos sociales que componen un Estado: productores, guardianes auxiliares y gobernantes.
- Principio de especialización funcional: Cada individuo y cada grupo social ha de dedicarse a la función que le es propia.
Platón afirma que es a la razón a la que corresponde por naturaleza gobernar. Concibe un Estado ideal, utópico, que puede definirse como el gobierno de los sabios. Un papel importante en este sistema lo tiene la educación, que ha de ser pública con el fin de posibilitar el desarrollo de los ciudadanos, suponiendo un tipo distinto de formación para cada grupo social.
Platón describe diferentes formas de gobierno y las ordena en función de la degeneración de las partes del alma:
- Monarquía: Si manda uno solo (gobierno ideal) o si son unos pocos, aristocracia.
- Timocracia: Término medio entre aristocracia y oligarquía, gobierno de los ambiciosos de poder.
- Oligarquía: Gobierno de los que explotan, de los que solo se preocupan por su riqueza.
- Democracia: Gobierno de los que se dejan llevar por los placeres y caprichos.
- Tiranía: Le sirve a Platón para volver a ensalzar la figura del filósofo.