El Utilitarismo de John Stuart Mill: Un Análisis de la Libertad y la Felicidad

El Utilitarismo: John Stuart Mill

El Utilitarismo se basa en el principio enunciado por Hutcheson: “La mayor felicidad para el mayor número de personas”. Este es el principio utilitarista. Esta felicidad se entiende como placer, y su contrario es el dolor. Por lo tanto, el placer también se puede entender como “ausencia de dolor”.

La teoría de la moralidad del Utilitarismo es la siguiente: los fines últimos de las acciones son el placer y la ausencia de dolor. Todas las cosas deseables son deseables por el placer inherente en ellas o como medios que promueven el placer.

Mill defiende una ética teleológica, busca la finalidad. El Utilitarismo es la ética que afirma que es bueno lo que nos es útil para ser felices. Pero es una ética pública, dirigida a la felicidad a través de la utilidad. Defiende un orden moral a partir de los deseos, asumiendo la práctica como criterio de evaluación de la realidad. Es también una filosofía objetivista, no es importante lo que uno es, sino lo que uno hace. La práctica (praxis) es posible porque se evita el subjetivismo (lo que uno es). Bentham decía: “cada uno vale por uno y sólo por uno”.

Todas las éticas critican al utilitarismo, ya que defienden buscar otros fines, diferentes a los de Mill. De hecho, el objetivo final de cualquier ética siempre es el placer.

Características de la ética utilitarista:

  • Teleológica: las acciones valen por sus fines (ser feliz).
  • La libertad es un instrumento de la felicidad, pues crea diversidad.
  • Consecuencialista: el bien debe ser evaluado por sus consecuencias.
  • Prudencial: la primera condición para alcanzar la felicidad es la prudencia social.
  • Agregativa: suma de placeres, cálculo para saber qué da más o menos placer en la sociedad.
  • No trascendental: sin un bien supremo (B. Williams).
  • Compromiso mínimo: sólo el principio utilitarista como condición para la ética (B. Williams).
  • Cálculo empírico de consecuencias a cada acto, valoración cuantitativa (B. Williams).
  • Moneda de cambio y altruista: uno debe preocuparse más por la felicidad externa que la de uno mismo.

J.S. Mill defiende el Utilitarismo de la regla: las leyes deben ser imparciales, debe haber reglas morales que se traduzcan en actos y los actos útiles proporcionan felicidad.

Principio del Daño de J.S. Mill:

La única razón por la que un hombre/colectivo puede actuar sobre otro es por la propia protección. Uno sólo puede juzgar e intervenir sobre la acción de otro para impedir un daño sobre él o sobre terceros.

Aquí, Mill separa las acciones que afectan a uno mismo de las que afectan a los demás. Es una separación muy fina de la que depende el grado de libertad de los individuos.

Problemas de la ética utilitarista:

  • Problema del objetivismo: si hay una motivación (sanción) externa para actuar, objetiva y trascendental, se actúa con más facilidad que si la sanción es subjetiva y de la conciencia humana.
  • Falacia naturalista: para Mill, la felicidad es el objetivo final, es un hecho (todos la buscan). Mill cae en la falacia naturalista. Mill define el bien asociado a la felicidad, la felicidad es el bien. Existe el bien personal (felicidad personal) y el bien general (felicidad social). Moore dice que el Bien es indefinible. Cada uno hace el Bien a su manera.
  • Mill da por supuesto que todo el mundo buscará su felicidad así como la de los demás.
  • Problema de la intuición: Sidgwick dice que el principio de utilidad es indemostrable, se postuló por intuición.
  • Problema de la virtud: la virtud, para los críticos del Utilitarismo, es otro fin posible. Mill afirma que es un ingrediente de la felicidad.

El Utilitarismo de Mill es: eudemonista (busca la felicidad), hedonista cualificado (busca el placer) y hedonista universalista y social (tiene en cuenta a los otros).

Sobre la Libertad

Mill, en esta obra, regula los tratos entre la sociedad y el individuo, sobre la libertad de éste y el derecho de la sociedad de interferir en las acciones del individuo. Mill distingue dos tipos de acciones: las self-regarding actions (esfera privada) y las other-regarding actions (esfera pública). Las primeras son las acciones que quedan libres de la interferencia de la sociedad, ya que sólo afectan a uno mismo. Las otras, en cambio, afectan también a la sociedad y quedan sometidas a la regulación social y jurídica. La barrera entre las dos es muy tenue, es una demarcación muy fina. Además, esta línea se puede mover. Cuanto mayor es la esfera pública, más pequeña es la esfera privada, y por tanto se restringe la libertad del individuo.

Mill usa dos concepciones de la libertad, la negativa y la positiva, según los contextos. La libertad negativa es la libertad de acción, la ausencia de coacción o de restricciones sobre un individuo. La libertad positiva es de carácter intrapersonal, el libre albedrío.

Mill estudia la libertad negativa: la capacidad de elección y de acción. Es la libertad de opinión, de juicio, de expresión, de asociación y de “forjar el plan de nuestra vida”.

En el capítulo IV, Mill plantea el límite de soberanía del individuo y dónde empieza la autoridad de la sociedad sobre este. Mill no cree en la teoría contractualista (al igual que Hume). Hay zonas de intersección entre las dos esferas, y Mill ve tres posibles restricciones de la libertad del individuo por parte de la sociedad:

  • Principio del paternalismo: querer limitar la libertad de un individuo por su propio bien y sin el consentimiento de éste.
  • Principio de moralidad: para evitar que actúe de “forma inmoral”.
  • Principio del daño: para evitar que se lesionen los derechos de otros.

Para Mill, este último principio es el único legítimo. En todos los demás casos, la sociedad puede usar la fuerza de persuasión, el juicio desfavorable o la prevención, pero nada más, sin interferir.

Recogiendo la influencia de Alexis de Tocqueville y del concepto de “sociedad demasiado”, la sociedad que te devora, Mill se preocupa de los efectos despersonalizadores, uniformizadores, masificadores y coaccionadores de la sociedad y la opinión pública. Mill ve el problema como el conflicto entre individuos aislados, atomizados, y una sociedad global todopoderosa. No hay grupos intermedios como asociaciones, comunidades o subculturas, que hacen de puente entre la sociedad moderna y el individuo.

Toda esta filosofía de la libertad no plantea un conflicto con el principio utilitarista (la libertad individual contra el altruismo), sino que Mill dice que el Utilitarismo es afirmar las dos posiciones. El principio utilitarista nos debe hacer ver en la libertad un bien superior, la finalidad del hombre. La libertad conlleva felicidad: a mayor libertad, más felicidad. Entiende al hombre como ser progresivo, a desarrollar al máximo, maximizando la libertad individual y no la coacción. Este desarrollo debe entenderse como individualidad, originalidad, libertad y variedad de situaciones. Además, un mejor desarrollo individual implica un mejor desarrollo social.