El Vitalismo de Nietzsche
La Enfermedad de la Cultura Occidental
Nietzsche busca rescatar la vida, un aspecto olvidado por la filosofía. Considera que la cultura está enferma debido a este olvido. Su análisis comienza con la metafísica. La crisis surge cuando Sócrates confronta los conceptos a la pluralidad sensible. Platón, al ontologizar el concepto, distingue entre el mundo real y el aparente. Este dualismo trajo dos consecuencias:
- Venganza contra la vida: El dolor, la muerte, la abnegación y el sacrificio se consideran positivos.
- Desprecio de los sentidos: Se menosprecia la multiplicidad y el cambio percibidos por los sentidos.
Las causas de este dualismo son la razón y el lenguaje.
La Moral y la Religión Occidental
La moral es el segundo pilar de la cultura occidental. En tercer lugar, Nietzsche aborda la religión occidental. Los sacerdotes, según él, han llenado el corazón humano de falsos valores.
El Nihilismo y la Muerte de Dios
El nihilismo es el síntoma de esta decadencia. Es la toma de conciencia de que los valores europeos ya no se sostienen. La cultura occidental se tambalea porque el hombre europeo ha descubierto que su civilización se basa en valores vacíos.
La muerte de Dios representa el punto culminante del nihilismo. Sin Dios, nada tiene sentido por sí mismo, ya que es Dios quien da sentido al universo.
La Transmutación de los Valores
Para superar el nihilismo, el hombre debe realizar una transmutación de los valores: volver a considerar la vida como el valor supremo. No se trata de creer en el Bien, sino de evaluar las cosas como buenas o malas según el lugar, el tiempo y el individuo. Así, el inmovilismo del mundo de las Ideas se reemplaza por un devenir donde el azar es la causa de todo.
El Eterno Retorno y la Voluntad de Poder
Nietzsche propone una nueva metafísica basada en el eterno retorno de lo mismo y la voluntad de poder. El eterno retorno es una ley cosmológica y moral.
Como ley cosmológica, plantea que la realidad deviene infinitas veces en una rueda continua. Para comprender esta idea, se recurre al concepto de voluntad de poder. Todo lo existente expresa una voluntad de ser, de querer, de triunfar y manifestarse.
Como ley moral, el eterno retorno es la máxima expresión de una moral vitalista: amar las acciones, la vida y la propia identidad, como si se deseara que acontecieran infinitas veces.
Consecuencias del Pensamiento de Nietzsche
Ateísmo o Antiateísmo
Nuestra cultura vive de espaldas a Dios y a la religión. El cristianismo, especialmente el catolicismo, ha perdido influencia. La creencia en Dios es menos sólida y se ha vuelto subjetiva.
Se acentúa la tendencia a una religión a la carta, adaptada a intereses personales, convirtiendo la religión en un artículo de consumo.
La Vulgarización del Vitalismo
La razón en la filosofía critica la visión negativa de la vida propagada por el pensamiento occidental y apuesta por una moral centrada en ella. Se trata de vivir el momento, renunciando a la trascendencia y buscando el sentido en la propia vida.
Consecuencias, posiblemente vulgarizadas, de este vitalismo se observan en la identificación de la felicidad con lo material y el culto al cuerpo y la imagen.
El Valor de la Educación para la Crítica y la Vida
La educación crítica, tanto para alumnos como profesores, encuentra apoyo en Nietzsche. Se propone no aceptar acríticamente ninguna verdad, aunque provenga de la tradición, el tiempo, la mayoría o el propio profesor.
La consigna nietzscheana sobre la alegría de vivir, recordando nuestra naturaleza corpórea, sigue vigente. Nietzsche propone una razón que no esclavice los instintos, sino que los satisfaga inteligentemente.
Vocabulario
Mundo Aparente
Resume la dualidad filosófica. El pensamiento parmenídeo-platónico afirma la existencia de un mundo verdadero, racional, estático, inmutable y bueno.
Nietzsche afirma que el único mundo real es el devenir, el calificado de aparente, y que el mundo verdadero es una invención de la razón.
Contexto Histórico y Cultural
El contexto histórico internacional del pensamiento de Nietzsche está marcado por las dos guerras mundiales (1914 y 1939), la Revolución rusa, el fascismo, el nazismo, el estalinismo y el colapso de la Bolsa de Nueva York. Estos eventos reflejan un mundo convulso y falto de valores humanos.
En España, la pérdida de las colonias, la dictadura de Primo de Rivera, la II República, la Guerra Civil y la dictadura de Franco marcan el siglo XX.
Culturalmente, España sufre un retraso frente a Europa, con elevado analfabetismo e influencia de la Iglesia. Tras el desastre del 98, surge un sentimiento de fracaso y se extienden las ideas de regeneración. Surgen generaciones de intelectuales: el krausismo, la generación del 98, la del 14 y la del 27, que se expresan en el Ateneo de Madrid, la Residencia de Estudiantes y la Revista de Occidente.
Filosóficamente, influyen la fenomenología, el existencialismo, el vitalismo, el historicismo, el neopositivismo y la filosofía analítica. Esta variedad invita a Ortega a realizar una síntesis que priorice los valores de la vida, integrando sentimiento y razón en la vivencia cotidiana.