Ética Kantiana: Fundamentos y Principios

Contextualización de Kant

Immanuel Kant nació en 1724 en Königsberg y falleció allí mismo en 1804. Fue educado en una estricta moral luterana, que enfatizaba la voluntad y el sentimiento sobre la inteligencia. Entre sus obras más destacadas se encuentran: Fundamentación de la metafísica de las costumbres, Crítica de la razón pura, Crítica de la razón práctica, Crítica del juicio y La paz perpetua. Kant fue conocido por su seriedad moral, su interés por la cultura y su defensa de la libertad de pensamiento.

Ética Kantiana

Para Kant, la razón humana tiene dos funciones: una teórica, que se ocupa del ser y la realidad, y una práctica, que se ocupa del deber ser. La razón práctica tiene como objetivo determinar los principios morales que deben guiar la acción humana.

Kant creía que las éticas tradicionales basaban la moral en algún tipo de conocimiento, como la ley natural. Sin embargo, argumentaba que la razón humana es práctica o moral y no necesita conocimiento para determinar el deber. El deber moral debe ser independiente de todo conocimiento.

Supuestos Antropológicos

La ética de Kant se basa en el supuesto antropológico de que el ser humano es un ser racional y finito que necesita principios a priori para determinar su conducta. Para un ser puramente racional, no habría conflicto entre la razón y la voluntad. Sin embargo, los seres humanos tienen sensibilidad, lo que lleva a veces a que su voluntad deba superar inclinaciones como el egoísmo.

Principios Morales

Kant distingue tres tipos de principios morales:

  1. Máximas: Normas de conducta subjetivas que no pueden ser la base de la ley moral universal.
  2. Imperativos hipotéticos: Mandan una acción como buena porque es un medio para lograr un fin. No son universales ni necesarios.
  3. Imperativo categórico: Impone una acción no como medio, sino porque es necesaria en sí misma. Es universal y necesario.

Formulaciones del Imperativo Categórico

Kant propuso tres formulaciones del imperativo categórico:

  1. Universalidad: Actúa de tal manera que puedas querer que tu máxima se convierta en ley universal.
  2. Respeto a la humanidad: Trata a la humanidad, tanto en tu persona como en la de los demás, como un fin en sí mismo, nunca como un medio.
  3. Autonomía de la voluntad: Actúa de tal manera que la voluntad, por su máxima, pueda considerarse a sí misma como legisladora universal.

Libertad y Autonomía

Kant creía que la autonomía de la voluntad es esencial para la moralidad. La voluntad debe ser la única autora de la ley moral y debe actuar independientemente de cualquier motivo empírico. Esta autonomía equivale a la libertad.

Virtud y Felicidad

Kant reconoció la contradicción entre virtud y felicidad en el mundo fenomenológico. Sin embargo, postuló la inmortalidad del alma y la existencia de Dios para garantizar que la virtud finalmente conduzca a la felicidad.