Ética Occidental: Un Recorrido Histórico y Filosófico

1. LOS ORÍGENES DE LA ÉTICA OCCIDENTAL

1.1 Los poemas homéricos: Virtud y comunidad

La ética occidental nace en Grecia con los poemas homéricos. Si bien no constituyen una forma de pensar filosófica, sino literaria, el mundo moral que reflejan se basa en tres elementos clave:

  • Lo bueno consiste en hacer algo que sirve a la propia comunidad.
  • La virtud se entiende como excelencia, la capacidad de sobresalir.
  • El hombre bueno intenta sobresalir prestando servicios a la comunidad.

1.2 La actitud socrática

Se considera a Sócrates el creador de la ética occidental porque planteó las cuestiones fundamentales de la ética y propuso métodos para resolverlas. Sócrates centró su interés en la realización del hombre en sociedad. Atenas se había convertido en una democracia y, para triunfar, era importante tener una buena educación. Sócrates no cobraba por enseñar, no le importaba la elocuencia y solo le preocupaba descubrir la verdad de las cosas. Sócrates reflexiona sobre:

  • La moral es la búsqueda de la verdad.
  • Buscar la verdad es oponerse al dogmatismo.
  • La verdad está en el corazón de los hombres.
  • Para ser feliz hay que obrar bien.
  • Es imposible obrar bien a conciencia, quien obra mal es por ignorancia.

2. LA FELICIDAD SE DICE DE MUCHAS MANERAS

2.1 Tres modelos de felicidad

  • Ser feliz es auto realizarse, alcanzar metas propias del ser humano (eudemonismo).
  • Ser feliz es ser autosuficiente, valerse por sí mismo.
  • Ser feliz es experimentar placer y huir del dolor (hedonismo).

Los hedonistas creen que la felicidad consiste en el placer y los eudemonistas que consiste en la autorrealización, que a veces proporciona placer y otras no.

2.2 Felicidad como autorrealización (Eudemonismo)

El fin último es la felicidad; sin embargo, unos la cifran en el dinero, otros en recibir honores. Por eso hay que trazar los rasgos para que una actividad sea identificada con la felicidad. La felicidad será:

  • Un bien perfecto que se busca por sí mismo.
  • Un bien suficiente por sí mismo.
  • El bien que se consigue con el ejercicio de la actividad más propia del ser humano.

Cada persona ejerce una función en la sociedad y, para desempeñarla bien, ha de adquirir virtudes que le ayuden a hacerlo. Las acciones que tienen fin en sí mismas son más perfectas que las que sus fines son distintos a ella. Aristóteles concluía que la felicidad consiste en el ejercicio de esa actividad. Pero es imposible llevar siempre una vida contemplativa, la felicidad se realizará en quien viva según su intelecto práctico, es decir, dominando sus pasiones. Para ello nos ayudan dos tipos de virtudes:

  • La prudencia, que nos ayuda a encontrar el término medio.

2.3 Felicidad como autosuficiencia

Los filósofos tratan de averiguar qué hace a los hombres felices.

Los cínicos

El hombre es, según los cínicos, bueno por naturaleza y, por lo tanto, el sabio es el que vive según la naturaleza. Tiene por patria el mundo entero y desprecia las instituciones políticas. Para ser feliz es preciso bastarse a sí mismo. El fundador de este movimiento es Antístenes, pero la persona más conocida es Diógenes.

Los estoicos

Creen que es sabio el que vive según la naturaleza, pero necesitaban descubrir el orden del cosmos. Para ello recurrieron a Heráclito, que explica que hay una razón que gobierna las cosas: el destino. Los estoicos pensaban que todo estaba en manos del destino, por ello teníamos que asegurarnos la paz interior y ser capaces de dominar las emociones.

2.4 Felicidad como placer (hedonismo)

Los hedonistas consideran que hay moral porque los hombres buscan el placer y huyen del dolor. Pero como no todos los placeres y dolores son iguales, piensan que la inteligencia nos sirve para calcular los medios más adecuados para lograr el mayor placer posible.

El epicureísmo

Cifran el ideal de sabiduría en un goce bien calculado. Es sabio quien sabe organizar su vida calculando qué placeres son más intensos y duraderos. Epicuro es el fundador de esta escuela, que ha tenido gran influencia.

El utilitarismo

Es un hedonismo social, porque considera que los seres humanos tenemos unos sentimientos sociales. Entre ellos se encuentra la simpatía, que es la capacidad de ponerse en el lugar de otros. La meta moral consiste en alcanzar la mayor felicidad para el mayor número de seres vivos.

3. ÉTICAS DE LA JUSTICIA

Su tarea consiste en descubrir la felicidad y en ayudar a alcanzarla.

3.1 El formalismo ético

Critica a las éticas materiales y heterónomas. Kant las critica porque, si tuvieran razón:

  • La voluntad sería heterónoma y no autónoma.
  • Solo consideramos deberes morales aquellos que nos ayudan a alcanzar ese fin ya dado.

Sin embargo, los seres humanos tenemos conciencia de unos deberes que nos imponemos nosotros mismos, a eso le llamamos conciencia moral.

La conciencia moral: el imperativo categórico

Llamamos imperativos a los mandatos que nos ordenan obrar de una manera u otra, los hay de dos tipos:

  • Hipotéticos: obligan solo a las personas que quieren alcanzar un fin, son consejos de una razón prudencial o calculadora.
  • Categóricos: obligan de forma universal e incondicional, manda sin condiciones, sin prometer nada a cambio, son mandatos. Si los hacemos caso solo por el miedo a sus consecuencias, actuamos de forma inmoral.

La forma de los deberes morales

Son deberes morales los que tienen rasgos formales que proceden de la razón. La persona que desee saber si una máxima, un principio por el que orienta su acción, puede convertirse en ley moral, tiene que reunir los siguientes rasgos:

  • Es universal, será ley universal aquella que todos los hombres deberían cumplir.
  • Se refiere a seres que son fines en sí mismos. Será ley moral la que proteja a seres que tienen un valor absoluto y son fines por sí mismos.
  • Forman parte de una legislación universal en un reino de los fines.

Consecuencias de la autonomía

  • Dignidad humana, un ser autónomo es único y por eso no tiene precio sino dignidad.
  • La buena voluntad, lo moralmente bueno es tener buena voluntad.
  • El bien supremo.