Exploración de la Filosofía Medieval: San Anselmo, Averroísmo y Santo Tomás de Aquino

El Argumento Ontológico de San Anselmo

La temática de su pensamiento es básicamente teológica, pero fue uno de los iniciadores de la teología natural, ya que, una vez aceptadas las verdades por la fe, intenta encontrar las razones necesarias. Lo que ciertamente se echa de menos en la suya es una filosofía de la naturaleza, a la que sólo se refiere como creación divina. Aparte de este esfuerzo por la explicación racional, la parte más fecunda y original del pensamiento de San Anselmo se encuentra en sus demostraciones de la existencia de Dios. Estas figuran básicamente en sus dos obras más importantes, Monologium y Proslogion. En la primera, da tres demostraciones inspiradas en San Agustín, y en la segunda expone la famosa prueba que Kant llama “ontológica” y que constituirá su principal contribución a la filosofía. Por su rigor constructivo y por su solidez, las exposiciones del Monologium superan las de San Agustín. Anselmo hace ver que estas diferencias de grado no serían posibles si no fuera por relación con la existencia de un grado supremo o máximo, que es Dios. Reconoce, sin embargo, que estas pruebas resultan complicadas y, por ello, busca una más simple, que se baste a sí misma y sea el fundamento de todas las demás.

Pasos lógicos:

  • Dios es lo más grande que lo que nada puede pensarse;
  • En esta definición todo el mundo debe estar de acuerdo y, por tanto, tenemos idea de Dios en nuestra mente;
  • Pero lo más grande que lo que nada puede pensarse debe existir, no sólo en la mente, sino también en la realidad, porque si pensáramos que no existiera, no estaríamos pensando lo más grande que lo que nada puede pensarse;
  • Por lo tanto, Dios existe, no sólo en la idea, mentalmente, sino en la realidad, extramentalmente.

El Averroísmo Latino

El averroísmo latino adopta la interpretación averroísta del aristotelismo a pesar de las posibles contradicciones con el dogma. Este mundo se ha dado cuenta a un movimiento no muy definido donde se incluyen una serie de filósofos que aceptaron la interpretación que Averroes hizo de Aristóteles sin preocuparse de si sus tesis estaban o no de acuerdo con los dogmas cristianos. A este movimiento se le atribuían una serie de tesis incompatibles con la fe cristiana que fueron condenadas públicamente. Las más importantes: el mundo es eterno y, por tanto, no es un acto de creación libre de Dios; Dios no es causa eficiente de los procesos naturales, en todo caso sólo es causa final, por lo que la naturaleza es un encadenamiento de causas que producen sus efectos de forma determinística (el llamado necessitarisme); no hay providencia divina; sólo existe un entendimiento racional para todos los seres humanos, que es inmortal; el alma individual de cada ser humano es mortal como el cuerpo. Todas estas afirmaciones corresponden a la visión necessitarista greco-árabe y se oponen a las doctrinas cristianas de la libertad y la providencia divina. Para eludir la condena de la Iglesia, parece que los averroístas se defendieron con el subterfugio de la llamada teoría de la doble verdad: se puede dar el caso de que una afirmación sea verdad según la razón, pero que, según la fe, sea verdad a su contraria.

Esencia y Existencia según Santo Tomás de Aquino

Tomás asimila las teorías aristotélicas para dar razón de la realidad: en toda realidad individual podemos distinguir los accidentes y la sustancia. La materia es vista como potencia y la forma, como acto que hace que la sustancia sea de esta clase, es decir, la esencia de la cosa, lo que hace que sea lo que es. Santo Tomás creyó que de esta manera los seres del mundo aparecían como necesarios y no como contingentes, como productos de la creación libre de Dios. Había que hacer un análisis más profundo. Podemos imaginarnos un mundo donde no hubiera hombres y hubiera en su lugar centauros y sirenas. De unos y otros, tenemos la noción de que son (esencia), lo que no supone que existan efectivamente (existencia). Esencia y existencia es una distinción más profunda que la de materia para la comprensión de lo real. Así, la materia (potencia) es determinada por la forma (esencia), que es el acto que la hace ser tal cosa, pero esta forma (esencia) es sólo posibilidad (potencia) respecto de la existencia, el hecho de que sea efectivamente. Tomás derivó de todo este análisis la contingencia de todos los seres compuestos: si la esencia es sólo posibilidad de ser, la razón de que sean efectivamente no está en ellos mismos, no son necesarios.

Tomás de Aquino: Las Cinco Vías para Demostrar la Existencia de Dios

La primera vía es la del movimiento. En la experiencia nos muestran seres que se mueven y que cambian, pero necesitan unos motores para moverse y los motores necesitan otros motores, y así sucesivamente. O bien se admite una cadena infinita de seres que se mueven unos a otros, lo que implica renunciar a la explicación del movimiento, porque si no hay un primer motor tampoco habrá los siguientes, o bien se admite la existencia de un primer motor.

La segunda vía se refiere a la causa eficiente. Parte de la noción de causa eficiente. En efecto, encontramos en las cosas sensibles que hay un orden de causas eficientes, pero no se encuentra nada que sea causa eficiente de sí mismo porque esto no es posible, pues sería antes de él mismo, lo cual es imposible. Consecuentemente, es necesario poner alguna causa eficiente primera, la que todos llamamos Dios.

La tercera vía trata de lo posible y lo necesario. Todos los seres que conocemos son contingentes, podrían no existir. Todo ser que puede no existir, alguna vez no ha existido. Si no hubiera ningún ser necesario, ahora no existiría nada.

La cuarta vía se basa en los diversos grados de perfección que se dan en los seres de nuestra experiencia, hay grados de perfección porque existe la perfección absoluta. Si no, ¿cómo podríamos decir que una cosa es más perfecta que otra?

La quinta vía se refiere al gobierno del mundo: éste no es azaroso, sino ordenado teleológicamente: hay una inteligencia superior en el mundo que lo haya ordenado.