¡Define tu Filosofía!
Duda Metódica
¿Por qué dudar?
Porque los sentidos me engañan, porque no sé si estoy despierto o no, y porque puede existir un genio maligno que me haga creer que algo es indudable cuando no lo es (hipótesis del genio maligno). La duda es preliminar a la búsqueda de la certeza absoluta, es necesario dudar de todo lo que se pueda y tratar como falso aquello de lo que se duda. La duda cartesiana es:
- Universal: se aplica a todo lo que puede ser dudado.
- Metódica: no es por amor a la duda, sino una etapa preliminar en la búsqueda de la certeza.
- Teorética: no aplicable a la conducta moral.
- Provisional: las proposiciones de las que se dudaba pueden demostrarse que son ciertas.
- Hiperbólica: es exagerada por la hipótesis del genio maligno.
Método Cartesiano
Son una serie de reglas, las cuales a través de su uso se puede determinar si algo es falso o verdadero. Esta técnica no sustituye las capacidades mentales humanas (intuición y deducción).
La intuición es la concepción que aparece tan sin esfuerzo y distintivamente que quedamos libres de duda. Permite que la razón capte conceptos simples, ideas, sin probabilidad de duda o error (principios matemáticos). La deducción es la inferencia a partir de otros hechos conocidos con certeza, permite que la razón descubra las conexiones entre las ideas simples.
Estas capacidades son dos caminos para alcanzar el conocimiento, pero no son el método cartesiano. Este conocimiento puede captar la realidad de forma racional, pues es el único evidente y capaz de manifestar la verdad de las cosas.
Las reglas del método son 21. Descartes las nombra todas en “Reglas para la dirección del espíritu”, y hace un resumen de ellas (en 4) en el “Discurso del método”. Son las siguientes:
- No aceptar algo como verdadero a menos que todas las evidencias lo indiquen.
- Análisis: descomponer el problema en sus elementos más pequeños.
- Ordenar los conocimientos según un orden, y suponiendo uno en aquellos que naturalmente no lo tenían (síntesis).
- Hacer enumeraciones, hasta tener la seguridad de no haber omitido nada.
Ideas Innatas
Descartes defiende que podemos construir la metafísica y la física por deducción lógica a partir de ciertas ideas innatas, implantadas en la mente por la naturaleza, o por Dios. Todas las ideas claras y distintas son innatas, al igual que el conocimiento científico es de ideas innatas, o por medio de estas.
Las ideas innatas son formas de pensamiento a priori, que la razón tiene en sí misma, y se diferencian de las adventicias (causadas por la percepción sensible) y de las facticias (construcciones de la imaginación).
La 1ª idea innata es la existencia del yo. Por mucho que dude, tengo que existir, pues si no existiese no podría dudar. Esta verdad es inmune a la duda natural y a la hiperbólica por la hipótesis del genio maligno, pues si me engaño, tengo que existir para ser engañado. Tampoco puedo concebir mi propia no-existencia, pues no concebir es existir. También, si pienso que siento el sol, aunque no haya sol, puedo determinar la existencia de la mente que piensa “me está dando el sol”.
La segunda idea innata es la existencia de Dios. Es necesario probar la existencia de Dios sin referirse al mundo exterior, por lo que tiene que ser un argumento a priori. Todas las ideas son causadas, y como algo perfecto no puede proceder de algo menos perfecto, tiene que haber tanta realidad en la causa eficiente como en su efecto. La idea de Dios no la he podido crear yo. Dios es una sustancia omnisciente, eterna, todopoderosa, que nos ha creado a todos, y yo, que soy una sustancia finita, no puedo poseer la idea de una sustancia infinita. Aunque sólo puedo conocer mi finitud comparándome con Dios. Las perfecciones que atribuyo a este pueden estar en potencia en mí, pero la potencialidad es capacidad de mejorar, por lo tanto, imperfección.
También añade un argumento ontológico: Si Dios posee todas las cualidades, y existir es una cualidad, Dios ha de poseerla, luego Dios existe.
La 3ª idea innata es la existencia del mundo. Si Dios y yo existimos, el mundo también debe de existir, ya que lo muestran los sentidos y todos los hombres creen espontáneamente. Hace falta un soporte físico para la existencia de mi yo, también, de no existir el mundo, Dios nos engañaría, cosa que se opone a su bondad y veracidad.
Las conclusiones a las que llega Descartes es que la experiencia sensible proporciona las ocasiones de que la mente reconozca aquellas ideas que saca de sus propias potencialidades. Por la experiencia adquirimos conocimiento de que hay objetos externos que se corresponden con nuestras ideas. El conocimiento solo merece ese nombre cuando es lógicamente necesario y universalmente válido. También es necesario contar con la existencia de Dios, como prueba de que la razón no se equivoca, sólo así, la correspondencia entre el orden racional y el real no será un engaño.
Teoría de la Sustancia
La sustancia es aquello que existe por sí mismo, por lo que sólo puede existir una sustancia: Dios. Descartes admite otras dos sustancias finitas: la mente (pensante) y el cuerpo (extensa). Estas sustancias tienen una serie de propiedades.
Las propiedades esenciales (la del cuerpo es la extensión; ocupar un lugar, y la de la mente es el pensamiento), y las accidentales (del cuerpo son la posición, el movimiento… De la mente son el amar, el odiar, el comparar… Establece que el sentimiento es la emoción más el pensamiento). La unión mente-cuerpo es accidental, platónica. Ambos interactúan por la glándula pineal, sede del alma.