Exploración del Pensamiento de Immanuel Kant: Razón, Ética y Conocimiento

Immanuel Kant: Vida y Contexto Filosófico

Immanuel Kant, figura cumbre de la filosofía del siglo XVIII, nació en la Prusia de la Ilustración. Inicialmente influenciado por el racionalismo dogmático, la lectura de David Hume lo llevó a despertar de este “sueño dogmático”. Isaac Newton también ejerció una profunda influencia en su pensamiento, aspirando a trasladar el rigor de la física newtoniana a la filosofía, buscando establecerla como un conocimiento fiable. Entre sus obras más destacadas se encuentran: Crítica de la razón pura, Crítica de la razón práctica y La paz perpetua.

El Criticismo Kantiano: Una Filosofía de la Razón

Como pensador ilustrado, Kant otorgó un papel central a la razón, pero consideró esencial estudiar sus límites y condiciones de posibilidad. Este enfoque, conocido como criticismo kantiano, se caracteriza por abordar la filosofía como una crítica de la razón en sus dos vertientes: la teórica (conocimiento) y la práctica (moral). A través de esta crítica, Kant buscó sintetizar las principales corrientes filosóficas de la modernidad: racionalismo, empirismo e Ilustración. Su objetivo era responder a las preguntas fundamentales de la razón, expresadas en sus célebres cuatro interrogantes:

  • ¿Qué puedo saber? (Metafísica)
  • ¿Qué debo hacer? (Moral)
  • ¿Qué me cabe esperar? (Teología)
  • ¿Qué es el hombre? (Antropología)

Teoría del Conocimiento: Fenómeno y Noúmeno

El Giro Copernicano en la Filosofía

En el ámbito del conocimiento, Kant distingue dos realidades: el noúmeno (la cosa en sí), incognoscible y solo pensable, y el fenómeno, aquello que el ser humano puede conocer y sobre lo cual puede emitir juicios. El pensamiento se expresa a través de juicios, cuyo análisis lingüístico es crucial. Según la relación sujeto-predicado, los juicios se clasifican en:

  • Analíticos: El predicado está contenido en el sujeto; son universales, necesarios y no extensivos.
  • Sintéticos: El predicado no está contenido en el sujeto; no son universales ni necesarios, pero sí extensivos.

Según su relación con la experiencia, se distinguen:

  • Juicios a priori: Independientes de la experiencia; son necesarios y universales.
  • Juicios a posteriori: Derivados de la experiencia; son contingentes y revisables.

Kant introduce un “giro copernicano” en la filosofía al considerar la contribución activa del sujeto al proceso de conocimiento. De esta combinación, surgen tres tipos de juicios:

  • Juicios analíticos a priori
  • Juicios sintéticos a posteriori
  • Juicios sintéticos a priori: Proporcionan conocimiento nuevo y universal, siendo la base de la ciencia.

En Crítica de la razón pura, Kant aborda el problema del conocimiento y establece los límites de un conocimiento científico de la naturaleza. Examina la aplicabilidad de los juicios sintéticos a priori en matemáticas, física y metafísica, concluyendo que, si bien son aplicables en las dos primeras, no lo son en la metafísica, descalificándola como ciencia.

Las Facultades del Conocimiento

Kant identifica tres facultades que intervienen en el conocimiento:

  • Sensibilidad (Estética trascendental): Organiza las experiencias sensoriales a través de las intuiciones puras de espacio y tiempo, construyendo la representación mental del fenómeno.
  • Entendimiento (Analítica trascendental): Organiza el conocimiento fenoménico mediante conceptos puros a priori o categorías del entendimiento, permitiendo comprender las leyes de la naturaleza.
  • Razón (Dialéctica trascendental): Es la facultad superior que busca un fundamento último de los hechos y las acciones.

Metafísica: Los Límites de la Razón

De la razón surge la metafísica, que busca estudiar las realidades trascendentes (Dios, Alma, Mundo) más allá de la experiencia, en el ámbito nouménico. Sin embargo, al intentar aplicar las categorías del entendimiento a objetos no empíricos, la razón cae en contradicciones, invalidando la metafísica como conocimiento legítimo. A pesar de ello, la búsqueda de un saber incondicionado es inherente a la razón, y las ideas metafísicas representan un ideal de conocimiento absoluto, aunque inalcanzable, que impulsa el progreso científico.

Ética Kantiana: El Deber y el Imperativo Categórico

Crítica a las Éticas Materiales

Kant distingue entre éticas materiales y ética formal. Critica las éticas materiales por ser empíricas, basar sus preceptos en imperativos hipotéticos (condicionados a un fin) y promover una moral heterónoma (normas impuestas desde el exterior). En contraste, propone una ética formal que responda a la universalidad y autonomía.

La Ética Formal y el Imperativo Categórico

Las éticas formales kantianas se fundamentan en el deber: el sujeto debe actuar por deber, no conforme al deber ni contra él. La ética se basa en la razón, compartida por toda la humanidad, y en la buena voluntad. Kant formula una única ley moral: el imperativo categórico, que se expresa de tres maneras:

  • Obra solo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne ley universal.
  • Obra como si por medio de tus máximas fueras siempre un miembro legislador en un reino universal de los fines.
  • Obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre a la vez como fin, nunca meramente como medio.

Teología: La Existencia de Dios como Postulado de la Razón Práctica

En teología, Kant postula la existencia de una vida futura donde Dios recompensa a quienes han vivido éticamente. La figura de Dios es necesaria para dar sentido último a la ética kantiana. Aunque su existencia puede ser racionalmente concebida, no puede ser demostrada, asociándose así a la metafísica.