Explorando la Filosofía Antigua y Medieval: Un Recorrido Histórico

La Filosofía en la Edad Antigua

A partir del siglo -VI, en la antigua Grecia, junto al mito, la religión y la poesía surgió otro modo de explicar el mundo y la vida social y política: el logos, el pensar racional, la filosofía. Este proceso se produce en la ciudad; el desarrollo de la filosofía es paralelo al desarrollo de las formas de vida sociales y políticas griegas.

Primer Periodo: Del Mito al Logos

El primer periodo se caracteriza por el paso del mito al logos. Destacan en este periodo los presocráticos, los sofistas y Sócrates.

En el siglo -VI, en la ciudad de Mileto (Asia Menor) la naturaleza, la physis, es la preocupación fundamental. ¿Cuál es el origen, el “arjé” de todo? Las respuestas serán variadas: Según Tales, el agua, según Anaximandro, el “ápeiron” y según Anaxímenes, el aire.

En el sur de Italia la preocupación fundamental es el ser. ¿Qué es lo que hay? Estos pensadores son mucho más abstractos y metafísicos que los milesios. La escuela pitagórica dirá que el fundamento de todo lo que existe está en los números, en las matemáticas. Parménides afirma que el ser es único, inmutable, eterno y necesario, negando por tanto el cambio.

También en este siglo Heráclito, en la ciudad de Éfeso, desarrolló su dialéctica sobre la naturaleza partiendo de la obra milesia y pitagórica. Según él todo está en permanente cambio y mutación. Frente al ser estático de Parménides, Heráclito plantea el devenir del ser. Claro que, si todo cambia, se cuestiona la posibilidad del ser humano de conocer el mundo de una manera absoluta.

El ser estático de Parménides dejaba sin explicar el cambio evidente en la naturaleza; el devenir del ser de Heráclito cuestionaba el conocimiento humano. Intentando superar este problema, la filosofía plantea la necesidad de varios “arjés” (no uno solo), cada uno de los cuales posee las características de Parménides y de cuya combinación surge el movimiento y el cambio. Por eso a estos pensadores se les llama pluralistas.

En esta línea, y ya en el siglo -V, Empédocles habla de los cuatro elementos: fuego, aire, tierra y agua; Demócrito será el primer pensador que habla de átomos y vacío para explicar el origen de todas las cosas, dando una explicación en la que no hay huella de animismo o teleología.

Pero también en el siglo -V la reflexión filosófica se dirige hacia la naturaleza del ser humano, la ética y la política. ¿Cómo podemos vivir mejor en la polis? Los sofistas, eran extranjeros llegados a Atenas para enseñar oratoria y retórica, necesarias ambas para participar en la asamblea. Defendían el relativismo y el convencionalismo morales. Oponiéndose a ellos, Sócrates buscaba las definiciones universales de los valores morales y defendía el intelectualismo moral. El método socrático para avanzar hacia este conocimiento universal tiene dos fases: la ironía, que nos hace conscientes de nuestra ignorancia, y la mayéutica, mediante la cual podemos sacar de nuestro interior la verdad que todos poseemos; este proceso sólo es posible a través del diálogo.

Segundo Periodo: La Filosofía Clásica

El segundo periodo, la filosofía clásica, corresponde a la decadencia de la democracia ateniense. Destacan las dos grandes figuras del pensamiento griego: Platón y Aristóteles.

Platón (siglos -V y -IV) integró dos tendencias del pensamiento anterior: la que se ocupaba de la naturaleza (presocráticos) y la que se centraba en los principios éticos y políticos (sofistas y Sócrates). Ante la decadencia de la democracia ateniense, Platón aspira a construir una utopía, un mundo ideal de convivencia racional y de justicia basándose en un conocimiento de las esencias eternas e inmutables de todas las cosas. Conocer la auténtica realidad, las ideas, nos permitirá llevar una vida virtuosa y construir una ciudad justa. En la Academia pretendía educar a los futuros sabios-gobernantes. Y allí se formó Aristóteles.

Sin embargo, Aristóteles (siglo -IV) se opondrá a su maestro Platón, negando la existencia del mundo de las ideas, dando por tanto mayor importancia al mundo sensible. La perfección está en la naturaleza; todos los seres naturales tienen una naturaleza interna que les lleva a realizarse para cumplir con la finalidad que llevan en su interior. También en política rechazó la utopía platónica, imaginaria e ideal, y prefirió ocuparse del modo de perfeccionar el modo de vida existente en la realidad: la polis.

Tercer Periodo: La Búsqueda Individual

Finalmente, el tercer periodo: la polis como forma de vida está definitivamente destruida. El mundo no puede ser controlado por el ser humano y lo único que cada uno puede hacer es buscar su propia salvación individual al margen de la colectividad. El individuo busca su felicidad en armonía con el cosmos del que se siente un elemento integrante. Destacan el epicureísmo, el estoicismo y el escepticismo. Ya en la época helenística, la filosofía se cruza con el cristianismo. A partir de entonces surgirá otra etapa: la Edad Media.

Desarrollo de la Filosofía en la Edad Media

Cristianismo y Filosofía

El cristianismo era una religión producto de la vida religiosa del judaísmo del siglo I que, reducida a lo esencial, se fundaba sobre el mensaje de salvación anunciado oralmente por Jesucristo. Para los primeros teóricos del mensaje cristiano se presentaban varias tareas:

  • La selección y formación del canon doctrinario definitivo
  • La resolución de las diferencias entre el Antiguo y Nuevo Testamento
  • Defenderse de los ataques que deformaban el mensaje evangélico.

El cristianismo supone la aceptación de:

  • El creacionismo
  • El monoteísmo
  • El sentido lineal y finalista de la historia
  • Una nueva concepción del hombre
  • La inmortalidad del alma
  • El principio de fraternidad

Del encuentro con la Filosofía surgirá un nuevo modo de pensamiento que se llamará Filosofía Cristiana y caracterizará toda una larga época: la Edad Media (s.IV-XIV aprox.). En rigor, no habría una filosofía cristiana, sino un uso cristiano de la Filosofía. En este uso cristiano de la Filosofía, a cambio, el virus del análisis racional, inoculado tras su encuentro con la Filosofía, se hará manifiesto en las relaciones entre razón y fe en la Escolástica.

Los cuatro primeros siglos de Cristianismo constituyen un período preparatorio para la Filosofía Medieval. La Filosofía Medieval suele dividirse en dos grandes etapas:

La Filosofía Patrística

El pensamiento de los Padres de la Iglesia: Justino, Clemente, Orígenes, Gregorio de Nisa, Tertuliano o Agustín de Hipona. Se ve en la necesidad de compaginar sus enseñanzas con el pensamiento dominante culto de Occidente: la filosofía griega.

El objetivo de la Filosofía Patrística no es la filosofía, sino la apología y la catequesis de la fe. Los Padres de la Iglesia se centraron en la formulación doctrinal de las creencias cristianas. La formulación definitiva del cristianismo, su conceptualización “filosófica” de la revelación bíblica. Concilio de Nicea (325) y en el Concilio de Calcedonia (425), donde se decidió qué era dogma de fe sagrado e indiscutible y qué herejía o alejamiento de la fe, perseguible hasta la muerte de sus adeptos.

Entre los Padres de la Iglesia destaca el norteafricano Agustín de Hipona, que desde el siglo IV determinó el que iba a ser el cauce por el que discurriese el pensamiento medieval, es como el sello cultural de la época hasta el siglo XIII. Para el agustinismo no hay separación entre Filosofía y Teología, entre fe y razón: ambas colaboran solidariamente en el esclarecimiento de la verdad. La razón sirve a la fe y la fe ilumina a la razón. Existe una sola verdad, la revelada por la religión, y la razón puede contribuir a conocerla mejor. Sin la creencia en los dogmas de la fe no podremos llegar a comprender la verdad, Dios y todo lo creado por Dios (la sabiduría de los antiguos no sería para él más que ignorancia). La razón sola sin la fe no puede alcanzar la verdad, que es Dios. Por tanto, la razón presupone a la fe. Esta mutua colaboración suele expresarse en la fórmula o consigna agustiniana: “Intellige ut credas, crede ut intelligas”, “Entiende para creer y cree para entender”.

La Filosofía Escolástica

Su nombre indica que era la filosofía que se enseñaba en las escuelas del siglo IX al XIV/XV. Las principales controversias fueron las relaciones entre razón y fe. Destacan Tomás de Aquino (XIII) y Guillermo de Ockham (XIV).

El argumento ontológico lo desarrolla en su Proslogium y consiste en demostrar a priori la existencia de Dios tanto en el pensamiento como en la realidad partiendo del concepto o idea de Dios.

La filosofía aristotélica era desconocida para el occidente cristiano a excepción de la traducción de su Lógica que hiciera Boecio en el siglo IV. Gracias a Averroes, filósofo cordobés más influyente del mundo árabe (siglo XII) se conoce a Aristóteles en el occidente cristiano. Se vierte la obra de Aristóteles del árabe al latín en la Escuela de Traductores de Toledo. La llegada de la Filosofía Aristotélica fue un acontecimiento fundamental que conmocionó toda la cultura occidental, puesto que el aristotelismo afirmaba la eternidad del mundo (frente al creacionismo ex nihilo cristiano), que el alma de cada hombre es mortal (lo que niega la posibilidad de la salvación). Triunfó en el centro cultural más importante de la época, la Universidad de París.

La respuesta del pensamiento cristiano frente a la teoría de la doble verdad del averroísmo latino fue la solución aportada por Tomás de Aquino. Tomás de Aquino, gran figura de la filosofía escolástica intentará ganar el pensamiento del pagano Aristóteles para el cristianismo mediante la síntesis de aristotelismo y cristianismo. Tomás de Aquino es el gran comentador latino del estagirita, pero también uno de sus grandes deformadores introduciendo doctrinas extrañas a su pensamiento primitivo desde una interpretación platónico-cristiana.

En cuanto a uno de los problemas más acuciantes de la época, las contradicciones entre fe y razón, Tomás de Aquino separó razón (abstracción) de fe (revelación), afirmando la existencia de un ámbito de confluencia común: los preámbulos de la fe, con ello elimina la contradicción entre razón y fe. Así, puede distinguir entre la Teología natural (preámbulos) y Teología sagrada (artículos de fe por revelación). Pero la razón o filosofía queda de este modo subyugada y subordinada a la Teología y a la fe.

En la crisis de la Escolástica en el siglo XIV encontramos el importantísimo giro del pensamiento escolástico que representa Guillermo de Ockham. Los escolásticos del siglo XIV con Ockham a la cabeza desconfían de tales síntesis y, sin caer en el averroísmo latino, realizan una radical separación entre razón y fe, entre filosofía y teología. Por eso Ockham ya no es un pensador sistemático, sino ante todo crítico. Y su crítica conducirá a la independización de la filosofía del yugo de la fe.