Explorando la Filosofía de Platón: Ideas, Dialéctica, Ética y Política

La Dialéctica y la Gnoseología en Platón

La dialéctica se relaciona estrechamente con la gnoseología (teoría del conocimiento) en el pensamiento platónico.

La Dialéctica en el Mito de la Anamnesis

Este mito, presentado en el diálogo Menón, plantea como problema principal que al hombre no le es posible buscar ni lo que sabe (porque ya lo sabe) ni lo que no sabe (porque no sabría qué buscar). Para resolver esta aporía, Platón recurre al mito según el cual aprender no es adquirir nuevo conocimiento, sino recordar (anamnesis) lo que el alma ya sabía. ¿Pero cómo sabemos qué recordar? Platón postula la preexistencia del alma humana en un mundo anterior (el mundo de las Ideas), explicando así el origen de nuestro conocimiento, que no es obtenido primordialmente mediante las sensaciones, sino que reside en el alma. Es importante notar que los mitos platónicos ilustran ideas abstractas; la doctrina de la reminiscencia y su consecuencia lógica, la inmortalidad del alma, tienen aquí un interés más teórico y dialéctico que estrictamente religioso. Solo con el razonamiento se puede descubrir la ciencia (episteme) y la verdad. En el diálogo, Menón, interrogado por Sócrates, llega a demostrar un teorema geométrico, es decir, una verdad inteligible, aunque el objetivo inicial era definir la virtud.

La Dialéctica del Mito de la Caverna

Expuesta en La República, la dialéctica se presenta como el coronamiento de las demás ciencias. Se nos muestra como un camino de ascenso (regressus) y descenso (progressus).

  • El Regressus (Ascenso): Implica la superación de las evidencias sensibles (eikasia – conjetura, sombras en la caverna) y una eliminación crítica de la creencia (pistis – objetos sensibles). Consiste en tomar, a través del conocimiento discursivo (dianoia), las propias hipótesis en las que se fundan las ciencias (aritmética, geometría, astronomía y música) como peldaños para ascender a la esencia de las cosas, a las Ideas. El privilegio de las ciencias formales es indiscutible en Platón, aunque solo denomine verdadera ciencia (episteme) al conocimiento supremo de las Ideas. Platón jerarquiza el conocimiento: la episteme es la más perfecta manera de conocer; la segunda es el conocimiento razonado (dianoia); la tercera es la fe o creencia (pistis); la cuarta, la conjetura (eikasia). Las dos últimas comprenden la opinión (doxa) y las dos primeras, el conocimiento inteligible (Nous).
  • El Progressus (Descenso): Es el momento práctico del método dialéctico, la vuelta a la caverna. Tiene como objetivo instaurar una sociedad más justa y feliz, aplicando el conocimiento adquirido en el mundo inteligible. Se aprecia su intención de transformar el mundo mediante la razón práctica.

El Método de la Diáresis y la Symploké

En la última etapa crítica de la obra platónica (especialmente en el Sofista), el método para obtener el conocimiento verdadero y diferenciarlo del falso adquiere una nueva matización con la utilización del método de la diáresis (división) y la síntesis (composición) de las Ideas. Se exploran las relaciones de las Ideas entre sí y con los objetos sensibles en que se plasman. Se descartan dos posibilidades extremas: que ninguna Idea se relacione con otra (imposibilitaría la comunicación y el pensamiento) y que todas se relacionen con todas (impediría distinguir lo verdadero de lo falso). Solamente la tercera opción es viable: algunas Ideas se relacionan con otras. La diáresis dialéctica determina el entrelazamiento o symploké de Ideas que se da entre los conceptos genéricos o Ideas más generales. En la última parte del Sofista, Platón realiza un análisis de los juicios (en términos de nombres y verbos) que le permite distinguir entre la verdad y la falsedad. Esto conduce a admitir que, en ocasiones, la opinión (doxa) puede ser verdadera y el pensamiento discursivo (dianoia) puede ser falso; por lo tanto, habrá imágenes y pensamientos verdaderos o falsos.

La Teoría de las Ideas

Esta teoría central en la filosofía platónica tiene tres intenciones fundamentales:

  • Intención Ética: Siguiendo a Sócrates, Platón fundamenta la virtud en el saber. Para ser justo, es necesario conocer qué es la Justicia en sí. Este es el tema recurrente de los primeros diálogos, aunque en ellos no se llega a formular sistemáticamente la teoría.
  • Intención Política: Derivada de la anterior, los gobernantes han de ser los sabios, los filósofos, que se guían no por su ambición política, sino por el conocimiento de las Ideas trascendentes y absolutas (especialmente la Idea de Bien).
  • Intención Científica: La ciencia (episteme) solo puede versar sobre objetos estables y permanentes. Si queremos hacer ciencia, esos objetos han de existir. Como los objetos sensibles están sujetos a cambios continuos, se deben buscar otro tipo de objetos para la ciencia: las Ideas.

Primera Formulación de la Teoría de las Ideas

Aparece en diálogos como Fedón, Fedro y República. En ellos, Platón expone que, aunque percibimos cosas que nos parecen buenas, justas o bellas, también existe el Bien en sí, la Justicia en sí y la Belleza en sí. Además de las cosas sensibles, existen las Ideas.

Las Ideas no son simples conceptos o representaciones mentales; son realidades que existen con independencia de las cosas. Más aún, son la realidad misma; las cosas sensibles son menos reales. Cada Idea es:

  • Única
  • Eterna
  • Inmutable
  • Inalterable

Solo son captables por la inteligencia (son inteligibles), no por los sentidos (no son sensibles). Poseen los atributos del Ser de Parménides. Las Ideas son, además, causas de las cosas y fundamento de los juicios que formulamos sobre ellas.

Las cosas, en cambio, son múltiples, sometidas al cambio y al devenir (como defendía Heráclito). Al tener menos realidad, no podemos decir propiamente que son, sino que han sido o serán. Son captables por los sentidos, pero no propiamente inteligibles.

De este modo, Platón establece una duplicación del mundo:

  • El Mundo Sensible: El mundo de las cosas, dominado por el devenir.
  • El Mundo Inteligible: El mundo plenamente real de las Ideas.

La relación entre estos dos mundos es definida como participación (methexis) o imitación (mimesis). Las cosas participan de las Ideas o imitan a las Ideas. En La República, esta contraposición entre los dos mundos se ilustra mediante el Mito de la Caverna. En esta obra también se afirma la primacía de la Idea de Bien sobre todas las demás, como causa última de la verdad y del ser de todas las cosas, incluidas las del mundo sensible.

Revisión Crítica de la Teoría de las Ideas

Se produce en la etapa de los últimos diálogos, principalmente en el Parménides y el Sofista. Platón realiza una autocrítica, en parte como respuesta a la filosofía de los eleatas, con la intención de superar las dificultades que él mismo encontró en su teoría y también de superar el monismo estático de Parménides y su escuela. Estos diálogos son complejos y no existe un acuerdo unánime acerca de su interpretación.

Problemas Abordados:

  1. ¿Cuántas Ideas existen? (El problema de la extensión del Mundo de las Ideas): Si admitimos una Idea para cada tipo de cosas, ¿entonces existirían Ideas de cosas ridículas o viles (barro, pelo)? Platón había aceptado sin problemas las Ideas de objetos matemáticos y las Ideas de valores (Bien, Justicia, Belleza), pero había dudado sobre las Ideas de las cosas sensibles fabricadas o naturales.
  2. ¿Cuál es la relación entre Ideas y cosas? (El problema de la participación): En su primera formulación, Platón había hablado de participación o imitación. Pero se da cuenta de que estos conceptos plantean enormes dificultades lógicas (por ejemplo, el argumento del”tercer hombr”): si una Idea es participada por múltiples cosas, ¿se divide la Idea, rompiendo su unidad, o está presente toda entera en cada cosa? Para intentar solucionar esto, Platón exploró la posibilidad de introducir entre Ideas y cosas una realidad intermedia que sirviera de puente: las entidades matemáticas.
  3. ¿Cuál es la relación de las Ideas entre sí? (El problema de la symploké): En La República, Platón había admitido la prioridad absoluta de la Idea de Bien. Ahora, en diálogos como el Sofista, admitirá una comunicación o entrelazamiento (symploké) entre algunas Ideas (géneros supremos: Ser, Reposo, Movimiento, Identidad, Alteridad), sin que por ello pierdan su identidad propia. Claro está que ni todos los géneros pueden comunicarse y relacionarse entre sí, ni existe un único tipo de relación. Platón había concebido inicialmente el mundo de las Ideas como un mundo estático, al igual que el Ser de Parménides. En el Sofista, Platón procede a”dinamiza” el mundo de las Ideas introduciendo el Movimiento, el Reposo, la Mismidad y la Alteridad como Ideas fundamentales.

Ética Platónica

La interpretación histórica de la teoría ética platónica debe buscar sus raíces en Sócrates, cuyo énfasis en el conocimiento subjetivo es resuelto por Platón mediante la teoría, de influencia órfico-pitagórica, de la transmigración de las almas (metempsícosis) y la reminiscencia (anamnesis). Aunque Sócrates mantenía que hay una parte lógico-racional en el hombre como asiento de la verdad y la moralidad, no es probable que hubiese defendido la inmortalidad personal del alma humana en el sentido platónico.

La preexistencia e inmortalidad del alma defendida por Platón responde principalmente a motivos epistemológicos (explicar cómo es posible el conocimiento de las Ideas) y ético-políticos, más que a motivos puramente religiosos. En la doctrina de la anamnesis “pensar es recorda”), el alma recuerda Ideas que tuvo que contemplar en una vida propia fuera y antes de esta vida terrenal. Si el alma es preexistente, es capaz de entender las Ideas y, por tanto, ha de tener algo de eterno que le permita contactar con ellas.

Además, el alma así entendida debería ser unitaria. Sin embargo, en su teoría psicológica, Platón expone la existencia de una pluralidad de partes o funciones en el alma. En el Timeo (y también en La República y Fedro), expone una división tripartita del alma:

  • Alma Racional (Logistikon): Inmortal, de naturaleza divina o afín a las Ideas, diseñada por el Demiurgo y situada en la cabeza. Su virtud es la prudencia o sabiduría (phrónesis, sophía).
  • Alma Irascible (Thymoeides): Mortal (o al menos ligada al cuerpo), fuente de los afectos nobles: ira, ambición, valor, esperanza. Situada en el tórax (corazón) y separada del alma racional por el cuello. Su virtud es la fortaleza o valentía (andreía).
  • Alma Concupiscible o Apetitiva (Epithymetikon): Mortal, centrada en el bajo vientre (abdomen) y separada de la anterior por el diafragma. Aquí residen el instinto de conservación, los apetitos sexuales, el placer y el dolor sensibles. Su virtud es la templanza o moderación (sophrosyne).

Platón propone un vínculo fisiológico entre las tres partes del alma a través de la médula espinal, que une y separa a la vez el alma racional de las otras partes”inferiore”. Es el alma racional la que, a través de la médula (y la educación), debe controlar y armonizar las otras dos partes. La justicia (dikaiosyne) en el individuo consiste en esta armonía: que cada parte del alma cumpla su función bajo el gobierno de la razón.

Política Platónica

Ética y política en Platón van íntimamente relacionadas; la ética conduce a la política. En La República, define la justicia como la virtud capital, tanto para el individuo como para el Estado. Por su realización, el hombre se hace virtuoso y el Estado (la polis) se hace perfecto. La justicia no es una mera convención, sino una cualidad intrínseca del alma y de la sociedad bien ordenada. Su origen se remonta al alma misma; es una cualidad de vida del hombre que surge cuando se armonizan sus tendencias divergentes bajo el dominio de la razón. Si la justicia fuese meramente exterior al hombre, quedaría reducida a una convención o pacto social. Al ser un ideal interno, goza de la misma necesidad y objetividad que las entidades matemáticas y cabe proyectarlo sobre la vida social de los hombres.

Platón divide la sociedad ideal de acuerdo con su teoría tripartita del alma, distinguiendo tres clases sociales diferentes con funciones distintas. La pertenencia a una clase social se determina según la naturaleza (la parte del alma que predomina) de cada individuo y su educación, no según el nacimiento o privilegio:

  • Los Productores (Artesanos y Campesinos): Son aquellos en los que predomina la parte concupiscible del alma (el deseo y el instinto sobre la razón). Se dedicarían a las tareas productivas, comerciales y artesanales para el sustento material de la comunidad. Deben poseer la virtud de la templanza. Se les permite tener familia y propiedad privada, que sirven como incentivo para la producción.
  • Los Guardianes Auxiliares (Guerreros): Son aquellos en los que predomina la parte irascible del alma. Clase compuesta por los más aptos físicamente y destinada a cuidar del bien común, defendiendo la sociedad de los enemigos externos e internos. Deberán renunciar a la actividad económica. Tendrán propiedad común y familia común (comunidad de mujeres e hijos) para evitar tensiones, nepotismo y corrupción. Serán educados en la virtud de la fortaleza y la valentía.
  • Los Gobernantes (Guardianes Perfectos o Reyes-Filósofos): Son aquellos en los que predomina la parte racional del alma. Su función es organizar la sociedad y dirigir a los ciudadanos hacia el bien común. Se llega a esta clase no por herencia, sino por criterios de excelencia moral e intelectual tras un largo proceso educativo. La filosofía debe guiar su gobierno, eliminando la ignorancia y la falta de responsabilidad de los políticos comunes. Viven en comunidad, sin familia ni bienes privados. Su virtud principal es la sabiduría o prudencia.

El propio Platón, especialmente en diálogos posteriores como Las Leyes, reconoce el carácter utópico e idealista de este proyecto de La República.

Crítica a las Formas de Gobierno Existentes

A partir de este ideal de Estado justo (aristocracia del saber), Platón condena las formas de gobierno existentes como degeneraciones:

  • Timocracia: Gobierno basado en el honor militar. La justicia se resquebraja cuando los guardianes adquieren el poder no por su preparación intelectual, sino en virtud de los honores guerreros y la fuerza de las armas. Predomina la parte irascible.
  • Oligarquía: Gobierno basado en la riqueza. Se deriva de la timocracia. Es el dominio de los ambiciosos y de los adinerados. No predomina en ellos la razón, tienden hacia el éxito económico como su bien personal y no el de la comunidad. Predomina la parte concupiscible (avaricia).
  • Democracia: Gobierno del pueblo. Parece la forma ideal porque reparte lo igual entre los iguales, pero es condenable para Platón porque no reconoce un orden jerárquico natural ni la autoridad del saber. Se valora la libertad por encima de todo, lo que lleva al desorden y a que cualquier opinión sea considerada válida. Los sabios y los más dotados son relegados o ignorados. Predomina la parte concupiscible (deseos ilimitados).
  • Tiranía: La peor forma de gobierno. Surge de la descomposición de la democracia, cuando las tensiones internas llevan al pueblo a encumbrar a un líder fuerte que promete orden. Este líder acaba instaurando la corrupción y el despotismo, gobernando en función de sus criterios personales y su propio interés, y no del bien común. Es la máxima expresión del dominio de los apetitos más bajos.

La Physis (Naturaleza) en Platón

Platón, influido por Sócrates e inmerso en la polémica contra los sofistas, no se ocupa de la physis (naturaleza) de forma central en los primeros periodos de su actividad literaria, principalmente porque consideraba que el conocimiento de lo sensible (cambiante y múltiple) no puede ser objeto de auténtico conocimiento (episteme), reservado para las Ideas inmutables.

Sin embargo, en su vejez, Platón dedica una obra fundamental al estudio de la physis: el Timeo. Una posible revolución interna del pensamiento platónico desemboca en la necesidad de abordar explícitamente el problema de la relación entre el mundo sensible y el mundo inteligible, buscando una superación del dualismo inicial mediante una relación dialéctica y ordenada entre ambos mundos. La relación entre ambos mundos es compleja, y así el Timeo se convierte en uno de los textos más oscuros y objeto de múltiples interpretaciones.

El Timeo es, en gran medida, una exposición cosmológica en contraposición al atomismo mecanicista de Demócrito, teoría que estaba alcanzando gran prestigio y exigía una respuesta teleológica (que explicara el orden del universo en función de fines). Los pitagóricos habían acumulado, en la primera mitad del siglo IV a. C., un enorme cúmulo de material científico (matemático, astronómico) que le sirvió a Platón como base para dar una explicación matemática y finalista del cosmos, alternativa a las teorías mecanicistas.

Elementos de la Cosmología Platónica (Timeo)

La naturaleza es una, pero su constitución es plural. Los elementos que maneja Platón en su cosmología son varios:

  • El Demiurgo: Un entendimiento ordenador, una causa inteligente y bondadosa, de carácter divino pero no creador ex nihilo. Actúa sobre una materia preexistente, ordenándola según el modelo de las Ideas.
  • La Materia Primordial (Receptáculo o Chora): Especie de espacio o sustrato material informe. Carece de figura o cualidades definidas por sí misma. Es una masa plástica que contiene”vestigio” elementales (partículas invisibles e infinitas) en perpetuo movimiento irregular o caótico antes de la intervención del Demiurgo.
  • Las Ideas: Los modelos eternos e inteligibles de las cosas. Son el fundamento ontológico y el paradigma según el cual el Demiurgo ordena el mundo sensible. Son múltiples y están ligadas por la symploké.
  • Los Números y las Figuras Geométricas: Entidades intermedias entre las Ideas y las cosas sensibles. Marcan las leyes matemáticas y la estructura inteligible que subyace al orden natural.

El alma y el cuerpo del mundo no son simples, sino una mezcla armoniosa de los elementos ontológicos originarios. El Demiurgo formó primero el Alma del Mundo (mezclando principios de lo Mismo, lo Otro y la Esencia) que, al ser infundida en la materia, produjo en los componentes materiales un movimiento regular y finalístico, constituyendo así el Cuerpo del Mundo (la physis ordenada o cosmos).

La índole fundamental del mundo visible consiste en haber sido ejecutado conforme a pautas matemáticas (números y figuras). El cuerpo del mundo fue dispuesto geométricamente. Utilizando la estereometría (geometría de sólidos), atribuida en parte a su discípulo Teeteto, Platón asoció los cuatro elementos de Empédocles con cuatro de los cinco sólidos regulares:

  • Fuego = Tetraedro (Pirámide)
  • Tierra = Hexaedro (Cubo)
  • Aire = Octaedro
  • Agua = Icosaedro
  • El Dodecaedro, la forma más próxima a la esfera, fue asociado al conjunto del universo.

Introducción a Platón

Platón es una figura cumbre de la filosofía occidental, padre de la , que postula la existencia de un mundo inteligible como la verdadera realidad, frente al mundo sensible de las apariencias. Es también el fundador de la Academia de Atenas, considerada la primera institución de educación superior de Occidente.

Biografía

Su verdadero nombre fue Aristocles de Atenas (c. 427-347 a. C.).”Plató” fue un sobrenombre que significa”el de anchas espalda”. Provenía de una influyente familia aristocrática ateniense. En su juventud, frecuentó el círculo de Sócrates, cuya condena a muerte en 399 a. C. le marcó profundamente y le apartó de una posible carrera política directa, orientándole definitivamente hacia la filosofía. Tras la muerte de Sócrates, Platón viajó extensamente (Egipto, Cirene, Italia), entrando en contacto con importantes escuelas filosóficas, especialmente con los pitagóricos en Sicilia, cuya influencia (matemáticas, inmortalidad del alma) es notable en su obra. Fundó la Academia alrededor del 387 a. C., donde la conversación filosófica y la investigación fueron la actividad central durante casi nueve siglos.

Obras (Diálogos)

Se conservan unos 43 escritos atribuidos a Platón, de los cuales unos 30 se consideran auténticos (26 diálogos, la Apología de Sócrates y algunas cartas, como la VII, VI y VIII). Su obra se presenta mayoritariamente en forma de diálogo, un género literario que refleja el método filosófico socrático. Se suelen clasificar cronológicamente en varios periodos:

  1. Diálogos Socráticos o de Juventud: Sócrates es el personaje central y el método es predominantemente la refutación (elenchos). Su contenido es principalmente ético, buscando definiciones de virtudes (ej. Apología, Critón, Laques, Cármides, Eutifrón, Protágoras – sobre la virtud).
  2. Diálogos de Transición: Platón empieza a desarrollar sus propias ideas, aunque Sócrates sigue siendo protagonista. Se inicia la Teoría de las Ideas y temas políticos (ej. Gorgias – sobre la retórica y la justicia, Menón – sobre la virtud y la reminiscencia, Crátilo – sobre el lenguaje).
  3. Diálogos Doctrinales o de Madurez: Se exponen las doctrinas centrales de Platón: Teoría de las Ideas, teoría del alma, teoría del Estado ideal. Sócrates sigue siendo el personaje principal (ej. Banquete – sobre el amor, Fedón – sobre la inmortalidad del alma, República – sobre la justicia y el Estado ideal, Fedro – sobre el amor y la belleza).
  4. Diálogos Críticos o de Vejez: Platón revisa y critica sus propias teorías, especialmente la Teoría de las Ideas. Incorpora y discute toda la tradición filosófica griega. Los diálogos son más complejos y abstractos (ej. Parménides – crítica a la Teoría de las Ideas, Teeteto – sobre el conocimiento, Sofista – sobre el ser y las Ideas, Político, Filebo – sobre el placer y el bien, Timeo – cosmología, Leyes – revisión más pragmática de la política).

Contexto Filosófico: Sócrates y los Sofistas

Sócrates (c. 470-399 a. C.)

Pertenece al ámbito filosófico y cultural de los sofistas, a quienes combatió enérgicamente. Con ellos comparte su interés por el hombre, la política y la moral, abandonando el estudio predominante de la physis de los presocráticos. Aunque los temas sean comunes, difiere radicalmente de los sofistas en varios puntos cruciales:

  1. Adopta un método nuevo: el diálogo (método socrático). Consta de dos partes:
    • Ironía: Fingiendo ignorancia “Solo sé que no sé nad”), refuta las opiniones infundadas de su interlocutor, llevándolo a reconocer su propia ignorancia como punto de partida para buscar la verdad.
    • Mayéutica: El arte de”dar a lu” las ideas. Mediante preguntas hábiles, Sócrates ayuda a su interlocutor a extraer de dentro de sí mismo las respuestas correctas y a alcanzar definiciones universales (especialmente de conceptos morales).
  2. Adopta una actitud antirrelativista e intelectualista respecto a la moral.
    • Antirrelativismo: Los sofistas (como Protágoras) insistían en la relatividad de las normas y valores (justo/injusto, bueno/malo), a menudo basándose en la diversidad de costumbres (nomos). Para Sócrates, si cada hombre entiende por justo o bueno una cosa distinta, la comunicación y el entendimiento moral entre los hombres serían imposibles. Defiende la existencia de conceptos morales universales y objetivos que pueden ser conocidos mediante la razón.
    • Intelectualismo Moral: Es necesario definir correctamente los conceptos morales (justicia, virtud, bien) para poder obrar correctamente. Sócrates identifica virtud con saber: solo quien sabe qué es la justicia puede obrar justamente; nadie obra mal voluntariamente, sino por ignorancia del bien.

Los Sofistas

Fueron un grupo de filósofos y maestros de retórica que florecieron en Atenas durante la segunda mitad del siglo V a. C. Se centraron en la educación para la vida pública y política en el contexto de la democracia ateniense. Algunos de los más destacados fueron:

Protágoras de Abdera (c. 490-420 a. C.)

Es protagonista de dos diálogos platónicos que exponen su doctrina. Su pensamiento suele clasificarse como relativismo, resumido en su famosa frase: . Esto implica que no hay una verdad absoluta, sino que la verdad es relativa a cada individuo o grupo. También mostró agnosticismo respecto a los dioses. Su relativismo, aplicado a la ética y la política, conlleva la idea de que las leyes (nomos) son convencionales y no basadas en una naturaleza (physis) universal.

Gorgias de Leontini (c. 485-380 a. C.)

Famoso por su habilidad retórica. Llegó a adoptar una postura escéptica radical, posiblemente influido por la dialéctica de Zenón de Elea. En su obra Sobre el no ser o sobre la naturaleza, argumentó tres tesis:

  1. Nada existe.
  2. Suponiendo que algo existiera, no se podría conocer.
  3. Suponiendo que se pudiera conocer, no se podría comunicar a los demás.

Su postura es una negación de la posibilidad de alcanzar una verdad objetiva y comunicarla mediante el lenguaje. Consideraba que las palabras no pueden representar adecuadamente la realidad (si es que existe) ni nuestros pensamientos o percepciones.

Hippias de Elis

Famoso por su vasto saber y sus discursos. Es relevante por su contribución a la distinción Physis (Naturaleza) – Nomos (Ley/Convención). Sostenía que las leyes de las polis (nomos) son producto del acuerdo o la convención entre los hombres, a menudo tiranizando la naturaleza (physis), que sí sería común a todos. Esta distinción fue crucial en el debate ético-político de la época.

Antifonte de Atenas

También trabajó sobre la oposición physis-nomos. Consideraba el nomos como algo mutable, contingente y a menudo contrario a la physis, que es lo estable y necesario. A partir de la idea de una naturaleza común, llegó a conclusiones igualitaristas y cosmopolitas, afirmando que”por naturaleza (physis), todos los hombres son iguales en todo, bárbaros y griego”.