Filosofía Clásica y Medieval: Descartes, Hume, San Agustín y Santo Tomás

Descartes y el Racionalismo

1. El Método Cartesiano

Descartes está convencido de que la filosofía puede convertirse en una ciencia. El punto de partida es que la ciencia progresa y la filosofía no. Seguimos planteando los temas que planteaban Platón y Aristóteles. Se trata de construir una especie de ciencia universal, de sabiduría que se ocupe de todo.

Los seres humanos podemos alcanzar la verdad, podemos alcanzar un conocimiento objetivo, válido para todos. Además, tenemos la facultad para alcanzar este conocimiento. Esta facultad es la razón, es exclusiva de los seres humanos y es la misma para todos.

Si la razón no ha alcanzado todavía el conocimiento objetivo es porque la utilizamos mal. Tenemos que encontrar un método que nos permita utilizar bien la razón. Hay que elaborar un método tomando como modelo las matemáticas.

Este modelo se incluye en una obra titulada “Reglas para la dirección del espíritu”, y tiene los siguientes pasos:

  1. Evidencia: se trata de no aceptar nada de lo que no estemos seguros. Una idea es evidente cuando es clara y distinta. Esto significa lo siguiente: claridad se refiere a lo que conocemos ahora y distinto es lo que se diferencia de otras ideas.

A la evidencia se llega de dos maneras:

  • Por intuición: es conocer algo directamente. Por intuición conocemos las primeras certezas de la filosofía.
  • Por deducción: es pasar de unas verdades a otras.

En filosofía, una vez alcanzadas las primeras certezas, podemos deducir las demás verdades.

  1. Análisis: consiste en dividir los pensamientos para que cada una de sus partes sea más fácil de conocer.
  2. Síntesis: consiste en pasar de lo más simple a lo más complicado.
  3. Enumeración: hay que repetir los razonamientos tantas veces como sea necesario. Esto demuestra que Descartes no se fía de la memoria.

Descartes quiere construir una filosofía rigurosa que sea similar a la ciencia, que se ocupe de las primeras verdades de todo.

2. Las Meditaciones Metafísicas

  • Primera meditación: la duda

La obra más importante es la Meditación Metafísica. En esta obra se incluyen las primeras certezas de su filosofía. Estas meditaciones son seis.

El tema de la primera meditación es la duda. Descartes está convencido de que hay verdades absolutas, es decir, afirmaciones indudables. Para llegar a esto, lo que hace es dudar de todo.

La duda de Descartes pasa por estas fases:

  1. Se duda de los sentimientos: alguna vez me han engañado y nada me garantiza que no lo hagan siempre.
  2. Muchas de las cosas que admito ahora como ciertas pueden no serlo, porque puedo estar soñando. No tengo criterios claros para distinguir la vigilia del sueño. La única forma de diferenciar la vigilia del sueño es la memoria, pero Descartes no se fía de la memoria.
  3. Dios engañador: en este nivel todavía hay cosas indudables, ejemplo: las matemáticas. Soñando o despierto se mantienen las verdades matemáticas.

Es evidente que incluso en matemáticas me equivoco. Si Dios existe y permite que me equivoque, nada me garantiza que no lo haga continuamente. En el caso de que Dios no exista, menos aún puedo fiarme de la naturaleza.

Conclusión, dudo de todo, he alcanzado la duda universal.

  1. El genio maligno: podemos suponer la existencia de un ser empeñado en hacer que nos equivoquemos. Lo que pretende Descartes con esto es no estar seguro de nada, duda universal.

Esta duda no es escéptica. Un escéptico se queda en la duda porque no está seguro de nada. Por el contrario, para Descartes, la duda es un medio para alcanzar lo indudable, es una duda metódica. Esta duda consiste en ni afirmar ni negar. Si algo es dudoso no se utiliza en filosofía, pero ni se afirma ni se niega.

  • Segunda meditación: el cogito

De lo que trata ahora es de encontrar algo de lo que no se pueda dudar, algo indudable. Todo puede ser falso, nada de lo que creo puede ser cierto, pero hay algo indudable y lo indudable es que estoy pensando. Las cosas que no existen no piensan. Conclusión, pienso, luego existo, es decir, cogito ergo sum.

Ya tenemos una primera certeza, la evidencia del yo pensante. Todo puede ser falso, pero yo estoy pensando o dudando. Es decir, ningún escéptico puede combatir esto.

Esta primera certeza se caracteriza por lo siguiente: solo estoy seguro de pensar. Todavía no estoy seguro de tener un cuerpo, entonces existiré todo el tiempo que dure mi pensamiento.

  • Tercera meditación: Dios

Hasta ahora solo tengo una certeza, el cogito. Lo que voy a hacer es analizar la certeza para ver si puedo encontrar otras. Lo que caracteriza esta certeza es que es clara y distinta. Es clara porque la conozco ahora y distinta porque se diferencia de otras ideas.

Hasta ahora solo estoy seguro de mi pensamiento. Para Descartes, el pensamiento es cualquier actividad mental, es decir, entiende como pensamiento en un sentido general. En el pensamiento está:

  1. La voluntad: es la capacidad de afirmar y de negar algo.
  2. El entendimiento: es el conocimiento, la intuición.

Se trata de analizar las ideas que hay en mi pensamiento y establecer cuál es su origen. Las ideas son de tres tipos:

  • Ideas innatas: son las que han nacido conmigo, por tanto, se refieren a verdades que todos entendemos. Ejemplo: la noción del triángulo.
  • Ideas adventicias: las que parecen que vienen del exterior.
  • Ideas ficticias: son ideas inventadas. Ejemplo: sirenas.

El problema ahora es buscar el origen de todas las ideas. Todas pueden tener su origen en mí, las he podido inventar yo. Se refieren a seres iguales o menos perfectos que yo. Hay una que no me he podido haber inventado y se refiere a un ser absolutamente perfecto. Por tanto, Dios tiene que existir, es quien ha puesto en mí esa idea y es Dios quien lo ha hecho.

Después de este argumento, Descartes utiliza otro para demostrar la existencia de Dios.

El segundo argumento de que Dios existe tiene los siguientes pasos:

  1. Tengo en mí la idea de un ser perfecto. Existo como algo que piensa y me reconozco como un ser imperfecto.
  2. Un ser imperfecto no es un ser por sí mismo sino por otro.
  3. Es imposible la sucesión infinita de causas.
  4. Tiene que existir un ser fuera de mí que reúne todas las perfecciones, con lo cual Dios existe.

Una vez demostrado que Dios existe, es bueno y no nos puede engañar. Por tanto, queda superado el motivo de duda de la primera meditación. A partir de ahora, todo lo que sea evidente tiene que ser cierto.

  • Cuarta meditación: el problema del error

Tenemos que hacer compatible lo siguiente: por un lado, Dios existe, es bueno y no nos puede engañar. Por otro lado, es evidente que yo cometo errores.

La causa de esto no puede ser Dios. La causa es la desproporción entre dos facultades que son la voluntad y el entendimiento. La voluntad es ilimitada, podemos querer cualquier cosa. El entendimiento sí tiene límites, no podemos conocerlo todo. El error aparece cuando la voluntad va más allá de los límites del entendimiento. Hablamos de cosas que no conocemos.

  • Sexta meditación: la realidad material

Hasta ahora tenemos dos realidades o dos sustancias que son: la sustancia pensante (yo soy algo que piensa) y Dios.

Además de esto, estoy convencido de que hay realidades o sustancias materiales, las conozco a través de los sentidos, pero he dudado de ellos en la primera meditación.

Que existen cosas materiales, me parece bien, y lo creo desde siempre. Y en algo tan evidente Dios no puede engañarme. Conclusión: la realidad material existe y afecta a mis sentidos.

En la filosofía de Descartes hay tres sustancias que son: sustancia pensante, sustancia material y Dios.

Hume y el Empirismo

1. Elementos del Conocimiento: Impresión e Idea

Hume pertenece a la escuela filosófica del Empirismo. Esta escuela filosófica es contemporánea del Racionalismo de Descartes, y defiende ideas contrarias a este.

El Racionalismo defiende la importancia de la razón, mientras que el Empirismo defiende la importancia del conocimiento sensible.

Para Hume, en el pensamiento hay dos tipos de contenidos: las impresiones (conocimiento que procede de los sentidos) y las ideas (es la copia de las impresiones del pensamiento).

La diferencia entre las dos es la claridad de las impresiones. Las ideas siempre tienen su origen en una impresión.

Aquí hay una diferencia fundamental entre Hume y Descartes: para Descartes todo lo que hay en el pensamiento son ideas, y para Hume en el pensamiento hay ideas e impresiones.

2. Conocimiento de Hechos y Relación entre Ideas

Todo conocimiento se inicia en los sentidos, en las impresiones. Teniendo esto en cuenta, hay dos tipos de conocimiento:

  1. Conocimiento de hechos: se basa en la observación. Establece relaciones entre los hechos que observamos.
  2. Conocimiento de relaciones entre ideas: toda idea tiene su origen en una impresión, pero podemos estudiar las relaciones entre sí, sin tener en cuenta la experiencia.

Esto es lo que hacen las matemáticas y la lógica.

El conocimiento siempre tiene un límite que es la experiencia. Si vamos más allá de la experiencia, nuestro conocimiento no tiene fundamento.

3. El Límite de Nuestro Conocimiento: La Idea de Causa

Teniendo en cuenta que todo procede de la experiencia, tenemos un criterio muy claro para saber si una idea es verdadera. Si tengo una idea y puedo encontrar la impresión de la que procede, es verdadera, y será falsa o sin fundamento en caso contrario.

Aquí hay una diferencia fundamental entre Descartes y Hume. Según Descartes, el criterio de certeza es la claridad y la distinción. Según Hume, el criterio son las impresiones o las experiencias.

Si aplicamos el criterio de Hume al conocimiento de hechos, solo podemos estar seguros de lo que estamos percibiendo y lo que hemos percibido, es decir, los hechos pasados y los hechos presentes. Pero no puedo estar seguro de los hechos futuros.

Ahora bien, es evidente que en nuestra vida cotidiana contamos con que en el futuro se van a producir ciertos hechos, por ejemplo, “pongo agua en el fuego porque espero que se caliente”.

Esta suposición se basa en la relación causa y efecto, consideramos que la primera es la causa y el segundo el efecto, y creemos que si se da el primero se dará el segundo. Hay una relación de necesidad. Para Hume, esto es una suposición sin fundamento, esa relación de necesidad no se percibe, la base de esto es la costumbre. Estoy acostumbrado a ver los dos hechos en orden y creo que uno es la causa de otro, pero creo que esto no se corresponde con una impresión.

4. Los Límites de la Inferencia Causal

La relación causa-efecto nos sirve en nuestra vida cotidiana, pero tiene unos límites. Podemos pasar de una impresión a otra impresión, del fuego al agua que se calienta, pero no podemos pasar de una impresión a algo de lo que no hay impresión.

Si aplicamos este criterio, ponemos en duda tres afirmaciones clásicas de la filosofía:

  1. La realidad exterior: esto quiere decir que suponemos que las cosas existen, aunque no las veamos. Vemos cualidades en los objetos y suponemos que hay algo más aparte de las cualidades. Esto es lo que se llama la sustancia, que es lo que está por debajo de las cualidades que yo percibo. Es una suposición sin fundamento.
  2. Dios: hasta ahora se ha demostrado la existencia de Dios por la causalidad. Observamos el mundo y suponemos que tiene que tener una causa, que es efecto de algo anterior. Según Hume, esto no tiene fundamento. Pasamos de algo que se percibe, el mundo, a algo de lo que no tenemos experiencia, Dios. Conclusión, no se puede demostrar que Dios existe.
  3. La identidad personal: uno de los fundamentos de la filosofía es el “yo”. Era el punto de partida en la filosofía de Descartes. Según Hume, lo único que tenemos son vivencias y suponemos que todas estas vivencias le pasan al mismo sujeto que soy yo. Conclusión, de lo único que puedo estar seguro son de las vivencias. Suponer que además hay algo en mi mente que no ha cambiado no tiene fundamento. Por mucho que busque dentro de mí, no encuentro una impresión que se corresponda con esto.

5. Resultados de la Filosofía de Hume

Aplicando el criterio empirista, la filosofía de Hume lleva al Fenomenismo y al Escepticismo.

El Fenomenismo consiste en quedarse en los fenómenos, es decir, en lo que tenemos delante, lo que estamos percibiendo ahora mismo. Salirse de esto es hacer una filosofía sin fundamento.

El Escepticismo es no aceptar nada como cierto. Incluso lo que la filosofía consideraba indudable, Dios o la identidad personal, son suposiciones sin fundamento. El punto de partida de la filosofía moderna, pienso, luego existo de Descartes, se pone en duda.

San Agustín: Dios y el Mundo

La Existencia de Dios

San Agustín demuestra que Dios existe de varias maneras:

  1. Consenso universal: la mayoría de los seres humanos creen en un ser superior. En consecuencia, esta existencia debe estar justificada.
  2. El orden del universo: el Universo está ordenado (día y noche; estaciones; meses; etc.). Tiene que haber una inteligencia superior que ordene el Universo.
  3. Las verdades eternas: en nuestra conciencia se revelan verdades que están muy por encima de nosotros. Estas verdades no me las he podido haber inventado yo, alguien las ha puesto en mí y es un ser superior.

Los Atributos de Dios

Una vez demostrado que Dios existe, podemos establecer sus cualidades. Pero Dios es incomprensible.

  1. Dios es inmutable. No cambia, es eterno, está fuera del tiempo.
  2. Dios es la bondad suprema. No puede haber nada mejor que él.
  3. Dios es uno solo, pero tiene tres personas. Este es el misterio de la Santísima Trinidad.

El Creacionismo

Las cosas del mundo cambian, es decir, a nuestro alrededor encontramos el nacimiento y la muerte. Por tanto, el mundo tuvo un principio y tendrá un final. El principio es la creación de Dios. Dios creó el mundo a partir de la nada. A partir de este momento (la creación), Dios se separa del mundo y esto se llama ser un ser trascendente. A pesar de esto, Dios se ocupa de nosotros y esto se llama la Providencia.

Cuando Dios creó el mundo, lo hizo con un modelo. El modelo son las ideas ejemplares que están en su mente. El mundo de las ideas de Platón se identifica con la mente de Dios en San Agustín.

Para poder explicar la aparición de seres humanos, San Agustín utiliza la idea de las razones seminales. Esto son como semillas que Dios ha puesto en el mundo y que van apareciendo cuando procede. Esta idea la toma de los estoicos.

El Problema del Mal

El punto de partida es el siguiente: Dios ha creado el Universo, Dios es absolutamente bueno y en el Universo, en el mundo, hay mal, hay sufrimiento. Esto puede parecer una contradicción y San Agustín da la siguiente solución: el mal no es algo positivo, el mal es la ausencia del bien. El mal aparece cuando nos alejamos de Dios.

El Universo en su totalidad es perfecto, si existe el mal es para que nos demos cuenta del bien.

Hay que tener en cuenta que San Agustín, antes de ser cristiano, era maniqueo, es decir, pensaba que hay dos dioses, uno del bien y otro del mal. Los dos tienen la misma fuerza y están siempre luchando entre sí.

Santo Tomás: El Conocimiento de Dios

Tipos de Demostraciones de la Existencia de Dios

La existencia de Dios es un preámbulo de fe, esto quiere decir que creemos en su existencia y además lo podemos demostrar de manera racional. Las pruebas que podemos dar de que Dios existe son de dos tipos:

  1. Pruebas a priori: parten de la idea de Dios. Analizamos la idea que todos tenemos de Dios y llegamos a la conclusión de que tiene que existir necesariamente. Esto se llama argumento ontológico y fue elaborado por San Anselmo. De acuerdo con este argumento, decir “Dios no existe” es una contradicción, por tanto, la contraria es necesariamente verdadera. Dios, ser que reúne todas las perfecciones.

Santo Tomás está en desacuerdo con esto, no se puede pasar del pensamiento a la realidad.

  1. Pruebas a posteriori: el punto de partida es lo que Dios ha hecho y de ahí llegamos a su existencia.

Estas pruebas son las que utiliza Santo Tomás.

Las Cinco Vías: Estructura Argumentativa

Santo Tomás utiliza cinco argumentos para demostrar que Dios existe y esto se llama las cinco vías:

  1. Vía del movimiento: el estado natural de los cuerpos es el reposo. Si un cuerpo se mueve, tiene que ser movido por otro. Lo que se mueve es el móvil y lo que da movimiento es el motor. La relación de móvil a motor no se puede prolongar al infinito. Conclusión: tiene que haber un primer motor que ha dado su movimiento a todo lo demás. Este primer motor es inmóvil y los hombres lo llaman Dios.
  2. Vía de la causalidad: observamos seres que no pueden ser causa de sí mismos. Todo lo que vemos son efectos de una causa anterior, a su vez esa causa es efecto de otra anterior. Esta relación no se puede prolongar hasta el infinito, tiene que haber una primera causa de todo lo demás. La primera causa es incausada, a la que los hombres llaman Dios.
  3. Vía de la contingencia: observamos a nuestro alrededor seres contingentes, es decir, existen, pero no podían existir. Si todos los seres fueran contingentes, el mundo no tendría razón de ser. La pregunta ¿Por qué existe el mundo? No tendría respuesta. Tiene que haber un ser necesario, que no podría no existir. A este ser necesario que da su razón al mundo, los seres lo llaman Dios.
  4. Vía de los grados de perfección: observamos a nuestro alrededor seres con distintos grados de perfección. Unos son más perfectos que otros. Para que esto sea posible, tiene que existir la perfección en grado absoluto. Tiene que haber un ser que tiene todas las perfecciones y a este ser los hombres lo llaman Dios.
  5. Vía de la finalidad: observamos a nuestro alrededor que los seres que no tienen inteligencia están ordenados. En todo el Universo hay un orden. Tiene que haber una inteligencia superior que ordene el mundo. A esta inteligencia ordenadora de todo el Universo, los hombres la llaman Dios.