Visión General
La filosofía contemporánea se desarrolla desde la segunda mitad del siglo XIX hasta la actualidad. La diversidad de enfoques, sistemas y escuelas dificulta presentar un panorama general, pero todas comparten un elemento: remiten al pensamiento moderno y su culminación en el proyecto ilustrado.
Destacamos dos aspectos centrales de la filosofía moderna que rechaza la filosofía contemporánea:
- La razón, entendida como instancia universal, fuente del conocimiento verdadero, la moral y el progreso.
- El sujeto, definido por su capacidad cognoscitiva.
Reacción al Sistema Hegeliano
La filosofía contemporánea es una reacción contra el sistema de Hegel, aunque recoge algunos de sus análisis y planteamientos. En el sistema de Hegel, sujeto, razón y realidad se identifican: “todo lo racional es real” y “todo lo real es racional”. Su idealismo abarca toda la realidad, es un idealismo absoluto. Las categorías de la razón son las determinaciones de lo real, pensar y ser son la misma cosa.
La realidad es dinámica y tiende a la superación y realización. Hegel lo llama dialéctica. La naturaleza dialéctica de lo real y el pensamiento supone un desarrollo constante y despliegue de la idea, el espíritu y sujeto de lo real.
La historia tiene una lógica interna, un fin: el espíritu absoluto que se conoce a sí mismo, autoconciencia de la libertad.
Marx y la Praxis
Marx reclamó la importancia de la praxis frente a la teoría de Hegel. El objetivo debe ser la transformación y no la descripción del mundo. El conocimiento filosófico de las estructuras económicas servirá para actuar en favor de la justicia e igualdad entre los hombres y señalan el nacimiento de una nueva historia de la humanidad.
Nietzsche y la Crítica a la Cultura Occidental
Nietzsche critica la cultura occidental que corrompió el espíritu noble. La filosofía que surge es el efecto de un mundo decadente en el que es insoportable el devenir de lo real. La creatividad y sensibilidad permitían superar el nihilismo y buscar una nueva base para la ética.
El Siglo XX y la Filosofía Analítica
El siglo XX comenzó en un ambiente de confianza en las posibilidades de las ciencias y sus aplicaciones tecnológicas. La filosofía analítica defendía que el único ámbito de conocimiento es la ciencia.
Podemos señalar 3 aspectos:
- Desconfianza hacia la especulación filosófica y adopción de la ciencia como modelo de conocimiento.
- Rechazo de la metafísica.
- La filosofía tiene como objetivo el análisis del lenguaje. Su función es clarificar conceptos, métodos, ideas. No proporciona conocimiento sino reflexiones sobre los modos de conocimiento.
La Fenomenología de Husserl
La fenomenología de Husserl es una corriente abierta al positivismo y a la visión reduccionista del saber y la realidad. Para Husserl, la interpretación positiva del conocimiento ha llevado a despreocuparse del sentido de la existencia. Es necesario encontrar una ciencia fundamental (fenomenología) que sirva de fundamento y de sentido a la historia y la humanidad.
El Giro Lingüístico
Entre la filosofía analítica y la fenomenología hay un punto en común: la importancia del lenguaje (giro lingüístico).
El Existencialismo
El existencialismo desconfía de la razón que ha llevado a un mundo deshumanizado en el que la libertad y el progreso han fracasado. Esta corriente antiesencialista y antiidealista aborda la existencia desde la singularidad de lo vivido.
La Escuela de Frankfurt
Dentro de la tradición marxista, la Escuela de Frankfurt propone un análisis crítico de la sociedad para conseguir la liberación y emancipación. Esta sociedad tiene que aceptar la pluralidad en todos los sentidos.
Nuevas Corrientes: Feminismo, Ecologismo y Antiglobalización
El feminismo, el ecologismo y la antiglobalización intentan dar respuesta a la cultura dominante.
La Filosofía Española
La filosofía española planteó un proyecto educativo, reformista y regeneracionista destacando el krausismo. Tras la Guerra Civil y el franquismo, la monarquía puso en contacto la filosofía española con los pensamientos actuales.
Materialismo: Marx y la Alienación
Análisis del Materialismo
Para Marx, la historia se caracteriza por ser la sucesión de los diferentes modos de producción, el último de los cuales, en el que hoy día estamos insertos y el causante de nuestra alienación, es el modo de producción capitalista.
El concepto modo de producción hace referencia a la totalidad del sistema social, tanto a la estructura económica como a los niveles jurídico, político y cultural. Así, en todo modo de producción podemos distinguir dos grandes niveles:
- La infraestructura o estructura económica: es la base fundamental sobre la que descansa todo el proceso de producción, al cual condiciona. Está constituida por las fuerzas productivas y las relaciones de producción. Según el grado de desarrollo de las fuerzas productivas, se establecen determinadas relaciones entre los propietarios de los medios de producción y los productores.
- La superestructura: designa el conjunto de representaciones o ideas que configuran la conciencia del ser humano, las instituciones jurídicas y políticas propias de cada sociedad. La ideología dominante en cada momento corresponde a la ideología de la clase dominante, y tiende a justificar la estructura económica del momento.
El Motor de la Historia: La Lucha de Clases
El factor determinante de la historia es la relación entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción. Es, precisamente, la contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción, es decir, la lucha de clases, lo que constituye el motor de la historia.
El Comunismo como Final de la Historia
El conflicto estalla por el desarrollo normal de las fuerzas productivas, las cuales, en determinado momento, encuentran en las relaciones de producción existentes un obstáculo. Se inicia entonces una fase de revolución social que transforma también la superestructura ideológica. En el seno del capitalismo se crean las condiciones de su superación. El final al que se dirige la historia es la desaparición de las clases y la instauración del comunismo. Este final será acelerado por la acción revolucionaria del proletariado. En ese momento, desaparecerá la alienación y será posible la realización plena del ser humano, lo cual solo se alcanzará cuando desaparezca la propiedad privada y los medios de producción sean comunes. Nadie tendrá entonces intereses particulares y no existirán las clases sociales.
Comentario sobre Marx (COM)
- (A) Filósofo, sociólogo y economista alemán del siglo XIX. El objetivo era analizar críticamente la sociedad burguesa capitalista con el fin de transformarla y superar la alienación y la explotación de la mayor parte de la población.
- (I) La enajenación en el trabajo consiste en que el trabajo es externo al trabajador; en él no se siente feliz ni libre. • el trabajo no es voluntario, sino forzado, pues solo es un medio para satisfacer las necesidades y supone autosacrificio y mortificación. • Dicho trabajo no pertenece al trabajador, sino al capitalista que posee los medios de producción. el trabajador no es dueño de sí mismo, pertenece a otro.
- (EI) Uno de los conceptos fundamentales de la filosofía marxista es el concepto de alienación, que hace referencia a la pérdida de libertad por el ser humano en el modo de producción capitalista. En el texto se habla de la alienación del trabajo, de la que se derivan otras formas de alienación.
Análisis de la Alienación
Para Marx, el trabajo constituye la esencia del ser humano, es imprescindible para realizarnos como individuos completos. Pero, en el mundo capitalista, el trabajo es externo al trabajador; es decir, es exterior a su ser. Por ello, no lleva a la afirmación del individuo, ni a su felicidad, ni a su libertad. Por el contrario, supone su negación, su infelicidad y una mortificación para su cuerpo y para su espíritu. Así, es un trabajo forzado, no libre, que solo se cumple por coacción. El trabajador lleva a cabo su actividad laboral para obtener un salario con el que satisfacer sus necesidades. Se ve forzado a trabajar, pero en el trabajo está enajenado, es una actividad que le supone un sacrificio. De hecho, la prueba fundamental de que es un trabajo alienante es que, en su actividad, el trabajador se pierde a sí mismo, ya que tanto el tiempo que está trabajando como el producto de su actividad pertenecen al burgués dueño de los medios de producción. La alienación económica promueve otras formas de alienación: la alienación social, que se deriva de la inevitable división de la sociedad en clases enfrentadas; la alienación política, fruto de la separación entre la «sociedad civil y el Estado, y, por último, la alienación religiosa (a la que hay una referencia en el texto) y la alienación filosófica, que tienen que ver con la conciencia ideológica del ser humano. Marx persigue la superación de la alienación, objetivo que solo será realidad cuando desaparezca la propiedad privada de los medios de producción y, con ella, las clases sociales; es decir, cuando se supere el sistema capitalista.
Nietzsche: La Transvaloración de los Valores
Comentario sobre Nietzsche (CON)
- (A) Filósofo alemán del siglo XIX. Criticó la cultura occidental, contaminada por la filosofía platónica y la religión judeocristiana.
- (I) 1) El camello se humilla y se burla de su propia sabiduría. 2) El león quiere conquistar su libertad y se enfrenta al deber. 3) El niño, inocente y sin prejuicios, crea nuevos valores.
- (EI) En el texto se recoge la propuesta de Nietzsche para superar la decadencia de la civilización occidental. En estas líneas, Nietzsche describe la evolución histórica de la moral humana. En un primer momento, con el triunfo de la moral judeocristiana, el ser humano acepta (carga) los valores de una religión contraria a la vida, a la tierra, a los instintos y apoyada en una falsa interpretación de la realidad, ya que parte de la existencia de un mundo perfecto, eterno, más allá de lo sensible.
El Camello, el León y el Niño
El camello, animal domesticado y dirigido por otro, representa la resignación y la humillación del cristianismo. Pero, en el desierto, el camello se convierte en león; es decir, el ser humano reclama su libertad y, para ello, niega esas normas impuestas desde la religión. Por eso, el león es la imagen del gran negador, el nihilista que ha perdido el sentido de la existencia, pues se ha quedado sin unos valores que eran ilusorios, falsos. Para Nietzsche, el último reducto de la religión es la moralidad, el «Tú debes»; este es el gran dragón. Así, el deber moral lleva implícita la oposición a la vida. El león representa el estado de pesimismo y decadencia de la civilización occidental, consciente del sinsentido de los valores tradicionales, pero incapaz de inventar otros nuevos. Solo la aparición de un nuevo hombre, representado por el niño, abrirá la posibilidad de crear nuevos valores y, con ellos, una nueva humanidad «fiel a la tierra», es decir, que acepte la vida y la realidad como cambio y temporalidad. El niño llevará a cabo la «transvaloración de los valores»; este es el significado de ese «santo decir sí» del texto: la creación de una nueva moral que afirme la vida. La condición para que pueda iniciarse esta nueva etapa de la humanidad es el reconocimiento de que «Dios ha muerto»; es decir, la superación del cristianismo y de la cultura decadente que lo han acompañado, ya que ambos niegan la vida.
Nietzsche y la Tragedia Griega (NIT)
Nietzsche destaca que los griegos se enfrentaron a la cambiante y contradictoria vida mediante el arte. Así, la tragedia griega surgió de la fusión de dos elementos contrapuestos:
- Lo dionisíaco: Dionisos, el dios del vino, de la embriaguez y de la vegetación, representa la oscuridad, la voluntad irracional, el exceso.
- Lo apolíneo: Apolo, dios del Sol y de la luz, representa la razón, el orden.
Ambos elementos son necesarios para la creación de una obra de arte; el fondo esencial de la tragedia es lo dionisíaco, que simboliza la vida y su constante devenir. Con Sócrates y su búsqueda de conceptos universales, de la verdad, triunfa el hombre teórico». Con su discípulo Platón, el diálogo sustituye a la tragedia, y el saber científico es el único medio para comprender la realidad. Por ello, Nietzsche considera que Sócrates y Platón son los grandes corruptores de la filosofía occidental:
- Sócrates hizo triunfar la razón contra la vida, Apolo sobre Dionisos.
- Platón introdujo el mayor de los errores: inventó un mundo de conceptos inmateriales, que no se pueden captar por los sentidos (nunca verdad) y lo enfrentó al mundo aparente, al mundo de lo material y sensible, aunque, según Nietzsche, solo este último es real.
La Crítica a la Metafísica
A partir de ahí, los conceptos metafísicos que han ido apareciendo a lo largo de la historia son engaños del lenguaje, proceden del desprecio hacia los sentidos y de la sobrevaloración de la razón. Para Nietzsche, esta falsa filosofía revela temor y odio hacia la vida, es la expresión del espíritu de la decadencia incapaz de aceptar que no hay nada eterno. Contra la ilusión del mundo verdadero», debemos aceptar el testimonio de los sentidos: lo real es devenir, fenómeno, apariencia. En consecuencia, el ser humano no puede llegar a verdades absolutas. La confianza en que tales verdades existen es fruto de que el hombre se siente perdido ante la pluralidad de impresiones de la vida, e inventa los conceptos para clasificar y ordenar la cambiante realidad, pero esto solo son metáforas. El uso de esas metáforas lleva al hombre a pensar que expresan la verdad. Pero la vida y la realidad no son conceptos ni pueden quedar expresadas en ellos, pues, mientras que los conceptos son fijos, vida y realidad están en constante devenir. De ahí que Nietzsche afirme que ‹La verdad es aquella clase de error sin la que una determinada especie de seres vivos no podría vivir›. En oposición al dogmatismo metafísico, que, según Nietzsche, ha caracterizado la filosofía tradicional, defiende que no hay una única interpretación verdadera de cuanto existe, sino múltiples y cambiantes perspectivas. Nietzsche dedica especial atención a la moral. Según él, la moral tradicional es una moral antinatural, pues se opone a la vida. Su raíz está en la religión judeocristiana, que establece sus normas en contra de los instintos vitales. El platonismo está en la base de esta moral contranatural: el mundo de las ideas de Platón se convirtió en el más allá que espera al ser humano. Nietzsche aborda la crítica de la moral vigente a partir del estudio del origen de los conceptos morales. Para ello, emplea el método genealógico, consistente en una investigación etimológica y sociohistórica de la evolución de esos conceptos.
El Origen de la Moral
En su investigación filológica en diversas lenguas, Nietzsche cree hallar el resultado siguiente: en todas las lenguas, ‹bueno› significó primitivamente lo noble y aristocrático, contrapuesto a ‹malo› en el sentido de ‘simple, vulgar, plebeyo’. De la mano de los judíos y, posteriormente, de los cristianos, surgió una nueva contraposición moral que desplazó a la anterior: los que eran considerados malos se rebelaron y se llamaron a sí mismos buenos, y denominaron malvados a los aristócratas. Por tanto, la moral surgió como resultado de la rebelión de los esclavos y es producto del resentimiento de quien no puede aceptar la vida ni los valores que la acompañan. La moral del resentimiento es una moral de venganza contra los fuertes, pretende la igualdad y exalta la humildad, la resignación, la compasión. La conciencia moral y el sentimiento de culpa son los instrumentos del sacerdote que guía al rebaño de fieles. La aspiración de alcanzar la felicidad en el más allá mantiene vivos los valores contranaturales propios del cristianismo. Hasta ahora ha triunfado la moral de los esclavos, la moral del rebaño, pero esta lucha no ha terminado, y es inevitable la destrucción de los valores hasta ahora vigentes: Los valores creados por la cultura occidental son falsos, pues niegan la vida. Cuando se derrumben y se derrumbarán porque son ilusorios, llegará el nihilismo; es decir, la civilización occidental se quedará sin valores, se perderá el sentido de la existencia y no habrá una meta para el ser humano. Tal estado no ha llegado todavía, pero se anuncia en el pesimismo, en la decadencia y el agotamiento generales. Además de este aspecto negativo y pasivo, Nietzsche subraya que el nihilismo, aunque incapaz de crear, pondrá las condiciones para que se generen nuevos valores.
Schopenhauer: La Voluntad de Poder (SH)
La Voluntad de Poder como Motor de la Vida
La vida es voluntad de poder: término que en Nietzsche se refiere a las fuerzas y energías que contribuyen al dinamismo de la vida. Esta revela, en todas sus manifestaciones, voluntad de poder; es decir, ansia de transformación, deseo de renovarse, de superarse; en definitiva, es voluntad de crear. Más que una «facultad» del hombre, la voluntad de poder es todo el conjunto de fuerzas y pulsiones que se dirigen hacia el poder y la superación. Así, la voluntad de poder es voluntad creadora de valores. Hasta ahora, la humanidad ha valorado todo lo que se opone a la vida; la moral vigente procede de un espíritu enfermo y decadente. Hay, pues, que invertir los valores y afirmar de nuevo la vida: transvaloración de los valores es la expresión con la que Nietzsche hace referencia a esa inversión moral que le parece imprescindible. En este sentido, Nietzsche se llama a sí mismo inmoralista, porque su moral es una exaltación de la vida e invierte los valores tradicionales. La máxima afirmación de la vida se expresa en la teoría del eterno retorno. El superhombre que está al llegar es un nuevo hombre, inocente, que enunciará esta nueva moral. Es el fruto de tres transformaciones del espíritu, simbolizadas por el camello, el león y el niño:
- El camello se arrodilla para cargar con el peso de la moral tradicional y sus normas. Obedece ciegamente. Simboliza la degeneración de la humanidad, consecuencia de la domesticación del hombre por el cristianismo.
- El camello se transforma en león cuando arroja los antiguos valores y quiere conquistar su libertad. Pero el león no es capaz de crear nuevos valores; para ello es necesario que el espíritu se transforme en niño.
- El superhombre tiene la inocencia del niño, está más allá del bien y del mal, es el primer hombre, puede crear valores, vive fiel a la tierra; es decir, a la vida, al devenir. El superhombre logrará recuperar los instintos vitales y llevará a cabo la transvaloración de los valores. La condición para la aparición del superhombre es la «muerte de Dios», la desaparición del mayor concepto antitético de la vida. De este modo, la «muerte de Dios», la destrucción del cristianismo, expresión de la cultura decadente, es la condición de la aparición del superhombre y de la nueva moral.