Contexto Filosófico de Platón
La filosofía de Platón está profundamente influenciada por sus predecesores. Su primer maestro, Crátilo, discípulo de Heráclito, le transmitió la concepción del mundo sensible como un perpetuo fluir. Sin embargo, Platón diferenciaba que el mundo sensible no es la verdadera realidad. También Parménides influyó en las ideas platónicas, especialmente en la división del conocimiento en racional y sensible. Otro referente importante fue Pitágoras, de quien tomó la importancia de las matemáticas, la creencia en la inmortalidad del alma, la reencarnación y la concepción dualista del hombre.
La influencia más determinante fue la de su maestro Sócrates, a quien se refiere en el Fedón como “el mejor hombre, el más inteligente y el más justo”. Todo el pensamiento platónico está teñido de socratismo. De él proviene la preferencia por los diálogos, siendo Sócrates el protagonista en la mayoría de ellos. Platón recoge de Sócrates el intelectualismo moral, la valoración de la razón frente al conocimiento engañoso de los sentidos, la búsqueda del concepto universal y su definición, el recurso a la mayéutica, la preocupación por la educación de los ciudadanos y el gobierno de la polis, y la lucha contra el relativismo y escepticismo de los sofistas, que combate con su teoría de las Ideas.
Dualismo Ontológico: Mundo Sensible e Inteligible
Platón desarrolló la Teoría de las Ideas, según la cual existen dos mundos o ámbitos distintos:
- Mundo Sensible: Compuesto por las cosas materiales y cambiantes, que dan lugar al conocimiento de opinión (doxa).
- Mundo Inteligible: Compuesto por las Ideas, realidades inmateriales e inmutables que solo se pueden conocer por la razón.
Este es el dualismo ontológico platónico, la división de la realidad en dos ámbitos. Entre estos dos mundos hay una relación de participación (méthesis) e imitación (mímesis). El mundo sensible participa del mundo inteligible: las cosas son lo que son porque participan de las Ideas. El mundo material imita el mundo de las Ideas.
El Mundo de las Ideas
Platón afirmaba que había emprendido una “segunda navegación”, es decir, pensar sin la ayuda de las imágenes de los sentidos, lo que dio lugar a la Teoría de las Ideas. Las Ideas platónicas son el concepto y la definición que Sócrates buscaba. Para Platón, esos conceptos se hallarían en el alma, existían en el Mundo de las Ideas, donde solo el alma podía acceder. El alma ya ha visto allí las Ideas y busca recordarlas. En este mundo vemos que:
- El alma tiene la capacidad de encontrar la Idea al convivir con ella en el mundo sensible.
- El alma contiene ideales de justicia, bien, amor, etc.
- En el alma radican los principios lógico-matemáticos.
El Mundo de las Ideas está en este mundo, pero en otro ámbito distinto. Nuestra alma-entendimiento es el verdadero lugar de lo inteligible. Las Ideas platónicas tienen una realidad en sí, trascienden lo sensible, son esencias separadas de las cosas. Las Ideas son realidades más plenas y perfectas que las cosas sensibles, que las imitan y son trascendentes. Las características de las Ideas son: eternas, inmutables, únicas, inteligibles, perfectas, causa y modelo de lo sensible.
Teoría de la Reminiscencia
Para Platón, “entender” es despertar en el alma un conocimiento que ya poseía. El alma tiene la facultad de sacar de sí misma lo que pertenece a su propia naturaleza: las Ideas y los principios lógico-matemáticos. El alma forma las Ideas a partir de su propia actividad racional: las cosas materiales son recordatorios. Se podría llegar a conocer las Ideas directamente, puesto que conocerlas no es sino recordarlas gracias a la dialéctica. El aprendizaje es desvelar lo que estaba oculto.
Jerarquía de las Ideas
Las Ideas están ordenadas jerárquicamente, en una figura piramidal donde en la base se encuentran las Ideas elementales y en la cúspide una sola Idea suprema. En La República, la Idea del Bien es comparada con el sol. En Parménides, se habla de la Idea del Uno, ya que lo múltiple no puede existir sin el Uno. En El Sofista, la Idea suprema es la Idea del Uno o un conjunto de Ideas supremas: ser, reposo, movimiento, lo idéntico y lo diverso. El Mundo de las Ideas se presenta como una unidad sujeta a un orden.
El Mundo Sensible
En el Timeo, Platón afirma que lo sensible goza de cierta realidad. Las cosas sensibles son participaciones de su Idea e imitan su Idea. El universo era caótico, pero fue ordenado por el Demiurgo, un ser que transmitió la forma y la unidad del Mundo Inteligible, constituyéndolo tomando como modelo el Mundo de las Ideas. No creó el mundo de la nada. En el Timeo, Platón dividió el universo material en dos ámbitos: el celeste (inmutable, compuesto por un conjunto de esferas) y el terrestre (compuesto por los cuatro elementos: tierra, agua, aire y fuego).
Dualismo Antropológico: Alma y Cuerpo
Para Platón, el individuo humano está compuesto de alma y cuerpo, dos sustancias distintas. El alma, semejante a las Ideas, es inmaterial e inmortal. El cuerpo es mutable y material, y está gobernado por el alma. Esta concepción se explica en el Fedro y en La República.
El alma consta de tres partes:
- Racional (logos): Representada por el auriga que debe gobernar. Su virtud es la prudencia o sabiduría. En el Timeo se ubica en la cabeza.
- Irascible: Es el sentimiento, representado por un caballo bueno, “blanco”. Representa los sentimientos y afectos más nobles. Predomina en los guardianes y su virtud es la fortaleza o valentía. Se ubica en el pecho.
- Concupiscible o apetitiva: Es el impulso pasional, representado por un caballo malo, “negro”. Su virtud es la templanza o moderación. En el Timeo se ubica en el vientre.
El alma era inmortal, distinta y anterior al cuerpo. Platón argumenta esto de dos maneras:
- La existencia de principios objetivos y universales debería estar en nosotros antes de tener cuerpo.
- Si el alma puede conocer principios, debe tener una naturaleza semejante a ellos, por lo que debe ser distinta al cuerpo e inmortal.
El destino del alma sería alcanzar y contemplar nuevamente el Mundo de las Ideas. Solo podrá lograrlo cuando se purifique mediante una vida virtuosa. De lo contrario, transmigrará de un cuerpo a otro (catarsis o purificación). La doctrina de Platón enlaza con:
- El origen del conocimiento (captación directa de las Ideas).
- La teoría de la reminiscencia (conectaríamos lo sensible con lo universal).
- El cuerpo como consecuencia de un castigo.
En el Fedón, el alma se presenta como preexistente y esencia del hombre, y el recuerdo como base del conocimiento.
Dualismo Gnoseológico: Conocimiento Sensible y Racional
Platón afirma dos grados de conocimiento:
- Sensible (opinión/doxa)
- Racional (ciencia/episteme)
Distingue entre los sentidos y la inteligencia: los sentidos se limitan a despertar en nuestra alma el recuerdo, y la razón permite conocer la verdadera realidad, las Ideas. Esto se explica en La República con la alegoría de la línea:
1. Conocimiento de opinión (doxa): Conocimiento sobre lo concreto y mutable. Se subdivide en dos grados:
- Conjetura (eikasia): Conocimiento de la imagen de la cosa sensible, cambiante y variable.
- Creencia (pistis): Conocimiento directo de las realidades sensibles, más perfecto pero no fiable.
2. Conocimiento de la inteligencia (nous): Las Ideas solo pueden ser alcanzadas por la razón. Tiene dos grados:
- Pensamiento discursivo (dianoia): Ideas relacionadas con las matemáticas y la geometría. El alma formula hipótesis y trata de alcanzar conclusiones.
- Ciencia (episteme): Es la dialéctica. El alma contempla las Ideas y trata de relacionarlas con la realidad sensible. Es el auténtico conocimiento y la etapa final de la educación de los filósofos y gobernantes.