Marx: Crítica de la Religión y Materialismo Histórico
La Religión y el Humanismo Radical
Marx no se limita a la crítica de la religión. Señala que el hombre es la esencia suprema para el hombre, promoviendo un humanismo radical que comienza con la abolición de la religión como punto de partida para la transformación social. Además, no se involucra en el debate sobre la existencia de Dios, sino que afirma que el hombre es el único responsable de la historia y excluye a Dios de ella. Su radicalismo se basa en la abolición de la religión como fundamento para el cambio social.
Materialismo Histórico y Crítica del Capitalismo
Marx trata profundamente el problema de la política en la época contemporánea. Creó una nueva postura política basada en dos ideas fundamentales: el materialismo histórico (la historia se divide según la posesión de los medios de producción) y la organización de la sociedad en superestructura (ideología) e infraestructura (economía).
Para Marx, la mala organización del trabajo y el reparto desigual de su producto han generado la sociedad capitalista, donde el burgués se beneficia del trabajo ajeno y se apropia de la plusvalía, mientras los trabajadores están alienados.
Propuesta Socialista
Para cambiar esto, Marx propone el socialismo, sin propiedad privada ni desigualdades. Para lograrlo, se necesita la conciencia de clase de los trabajadores, seguida de la revolución y la lucha de clases. Luego, se implementaría la dictadura del proletariado hasta asentar la sociedad comunista.
San Agustín: Ética, Moral y el Problema del Mal
San Agustín define a Dios como el creador de todo a partir de las ideas eternas en su mente (creacionismo). Ante el problema del mal, considera que todo lo creado por Dios es bueno. El mal es solo carencia de perfección. El mal moral humano es fruto de un bien mayor: la libertad.
San Agustín defiende el libre albedrío. La voluntad libre nos permite pecar o vivir bien. Sin embargo, debido al pecado original, necesitamos la gracia divina para obrar correctamente. Una acción se juzga según su intención: conforme a la ley de Dios es buena; si no, es pecado. El mal moral es el abuso del libre albedrío, del cual el hombre es responsable. La voluntad humana tiende a la felicidad, que se logra encontrando a Dios en la otra vida, alcanzando la auténtica libertad.
Platón: Dualismo Antropológico y la Inmortalidad del Alma
Platón defiende el dualismo antropológico: alma (inmortal y espiritual) y cuerpo (material) son sustancias distintas en unión accidental y continua lucha. El cuerpo es cárcel del alma, esencia del hombre y principio del conocimiento racional, que nos permite conocer las Ideas. El alma transmigra hasta purificarse y acceder al Mundo de las Ideas.
Para defender la inmortalidad del alma, Platón usa la teoría de la reminiscencia (el conocimiento previo del Mundo de las Ideas) y la teoría de la simplicidad (el alma, no material, no puede morir).
Las Tres Almas y las Virtudes
Platón distingue tres tipos de alma:
- Alma racional (inmortal, gobierna, en la cabeza).
- Alma irascible (mortal, esfuerzo y voluntad, en el pecho).
- Alma concupiscible (mortal, deseos y pasiones, en el vientre).
La virtud se basa en el desarrollo del bien propio del hombre, su esencia racional, y es universal. Distingue tres virtudes: sabiduría (alma racional), valentía (alma irascible) y templanza (alma concupiscible). La justicia se alcanza con la armonía de estas tres virtudes.