Filosofía Política de Platón: La República y la Alegoría de la Caverna

El Pensamiento Político de Platón en la República

El texto propuesto pertenece al libro séptimo de la República, donde Platón aborda las tesis fundamentales de su filosofía: la teoría de las ideas, su teoría del conocimiento, la educación y la antropología. La República sugiere una forma mixta de gobierno en la que se mezclarían la monarquía, la aristocracia y la democracia, como ocurrió en Roma. Platón considera que el político debe ser aquel que tiene la competencia y el conocimiento necesario para gobernar, es decir, el filósofo. En concreto, en el libro séptimo nos expone su conocidísima alegoría o mito de la caverna. Con esta alegoría quiere expresar las tesis fundamentales de su filosofía: su teoría de las ideas, su metafísica, pero sobre todo la política.

La Justicia y la Analogía entre el Alma y la Ciudad

La justicia es tratada en el diálogo de la República, donde establece una analogía estructural y funcional entre el alma y la ciudad, pues Platón considera que el destino de la ciudad está inevitablemente unido al del individuo. En el alma humana existen tres partes:

  • Aquella por la que conocemos (racional).
  • Aquella que nos mueve o nos detiene a realizar algo (irascible).
  • La parte pasional o desiderativa (concupiscible).

A estas tres partes corresponden respectivamente las siguientes virtudes: prudencia, valentía y moderación. El orden y éxito en la vida privada se deduce de que cada parte cumpla con la virtud que le es propia; es decir, que seamos sabios o prudentes, que seamos valientes y que seamos moderados. Lo mismo ocurre en la ciudad (polis), pues también aquí hay partes: los gobernantes, los militares y la clase productiva. Estas clases sociales van a corresponder a las anteriores partes del alma, y deben cumplir con las mismas virtudes: los gobernantes deben ser prudentes, los militares valientes y los productores moderados; y los gobernantes en este control deben tener un papel central, pues a ellos corresponde la ciencia de saber cuándo se tiene que intervenir militarmente y controlar el crecimiento de la producción.

La Educación de los Gobernantes y la Crítica a la Democracia

Por este motivo, Platón considera que las mejores naturalezas deben ser educadas en un duro programa académico para ser políticos. Además, estima que para que estos no se muevan por intereses particulares, no tendrían ni propiedad privada ni familia. Los gobernantes no necesitarían tener un poder limitado por las leyes ya que ellos tienen una ciencia del bien que está por encima de las convenciones. Platón distingue distintos sistemas políticos, que se suceden en un orden de decadencia:

  1. Aristocracia (gobierno de los mejores).
  2. Timocracia (gobierno de los fuertes o militares).
  3. Oligarquía (gobierno de unos pocos en su propio beneficio).
  4. Democracia (gobierno de todos en su propio interés, es decir, gobierno de los pobres).

Hay que entender el contexto histórico en el que surgió la democracia, ya que fue un poder de demagogos y sofistas que habían llevado a Atenas a enormes desastres bélicos, y además fue el régimen que condenó a muerte a Sócrates. Esta aristocracia filosófica –aristocracia del saber y no del linaje- está, sin duda, motivada por la nostalgia del ser, por el carácter trágico de su filosofía que separa el mundo de lo eterno –el de lo divino- del mundo humano –el mundo de los intereses y las pasiones-.

Evolución del Pensamiento Político en “El Político” y “Las Leyes”

Posteriormente, en otros diálogos –El Político y Las Leyes– repara en la imposibilidad histórica de un gobernante totalmente sabio, y por eso considera que unas leyes que limiten el poder de los gobernantes son necesarias; leyes que condensen el saber de la tradición y que sirvan como sustituto de la ciencia.

Las Cuatro Etapas de la Obra de Platón

La obra de Platón está escrita en forma de diálogos y puede dividirse en cuatro etapas:

  1. En esta fase se caracteriza por cuestiones políticas, además, aparece un primer esbozo de la Teoría de la Reminiscencia y trata sobre la filosofía del lenguaje.
  2. En esta fase revisa sus ideas anteriores e introduce temas sobre la naturaleza y la medicina.

Los personajes de los diálogos son generalmente personajes históricos, como Sócrates, Parménides o Gorgias, aunque a veces también aparecen algunos de los que no se tiene ningún registro histórico aparte del testimonio platónico.

La Teoría de las Ideas y la Superación del Relativismo Sofista

Aunque inicialmente la filosofía de Platón respondía a inquietudes políticas, el debate con los sofistas lo condujo a problemas epistemológicos y ontológicos. Platón quería superar el relativismo y el escepticismo sofista, sobre todo por sus gravísimas consecuencias prácticas y políticas. Para Platón, el verdadero ser de una cosa que se nos presenta a los sentidos no es esa misma cosa sensible, sino su determinación ontológica. Por ejemplo, el verdadero ser de un árbol no es ese árbol que hay frente a nosotros en cuanto sensible, sino el ser árbol en cuanto concepto, en cuanto idea. Un árbol que vemos o tocamos nace y muere, mientras que la idea de árbol permanece. Cuando queremos saber qué sea una cosa, todo lo que podemos decir de ella son conceptos. Las cosas no tienen otro ser que el de la idea. El valor y la objetividad del conocimiento se basan en Platón en que el verdadero ser de las cosas no es cambiante, sino que permanece. Por lo tanto, el verdadero ser de las cosas, las ideas, no es objeto de nuestro mirar sensitivo, sino de nuestro mirar intelectivo.

Conocimiento Sensitivo vs. Conocimiento Intelectivo

Platón marca la diferencia entre el conocimiento sensitivo, que es un conocimiento de meras imágenes cambiantes, es decir, de lo que no es verdaderamente, y el conocimiento intelectivo, que tiene por objeto lo que verdaderamente es (las ideas). La diferencia entre ambos tipos de conocimiento se corresponde con la distinción entre objetos sensibles, que no son verdaderamente –lo cambiante, que nace y perece, lo múltiple y contingente-, y que constituyen lo que Platón llama el Mundo Sensible (visible). Los seres que vemos o tocamos, sus cuerpos (un árbol, una piedra…) son imágenes de lo que es verdaderamente (idea de árbol, idea de piedra…). Para Platón, el camino del verdadero conocimiento es el desarrollo de un proceso que va desde las imágenes sensibles u objetos sensitivos a las ideas u objetos inteligibles, y de estas a la idea del Bien. Sin embargo, tales ideas no son el resultado del proceso, sino que, por el contrario, el proceso tiene sentido por el valor previo independiente que tienen las ideas. No se trata de que cuando conocemos construimos o formamos las ideas, sino que, por el contrario, cuando descubrimos las ideas, conocemos. Las ideas no son representaciones o contenidos solamente mentales, no son sólo algo pensado, sino que escapan a esa dimensión subjetiva y ocupan otro lugar ontológico independiente: son estructuras universales que permiten que podamos conocer y pensar.

Tres Lecturas de la Alegoría de la Caverna

Sobre el sentido y significado de la alegoría de la caverna caben, en principio, tres lecturas.