2) Formas de organización política:
De todas las clasificaciones realizadas a lo largo de la historia, nos centraremos en dos: la de Aristóteles y la de Karl Marx.
Aristóteles combina dos criterios: el número de gobernantes y la forma de gobernar, según sea en beneficio de toda la sociedad o de la propia autoridad. Estas formas son seis:
Gobierna una persona | Gobiernan varios | Gobiernan todos | |
---|---|---|---|
Gobierno justo (se persigue el bien común) | Monarquía | Aristocracia | Democracia |
Gobierno injusto (se persigue el bien del que gobierna) | Tiranía | Oligarquía | Demagogia |
Marx propuso una clasificación atendiendo a la organización económica de la sociedad y la forma de distribuir la propiedad entre sus miembros:
- Modelo asiático (Egipto y Babilonia): el faraón o el emperador eran propietarios del agua, las vías de comunicación y el ejército, y permitían el acceso según su criterio a cambio de tributos.
- Modelo esclavista (Antigüedad, Grecia y Roma): división entre ciudadanos y no ciudadanos. Los ciudadanos son amos de los no ciudadanos (esclavos). La producción de riqueza depende de los esclavos, propiedad de los ciudadanos.
- Modelo feudal (Edad Media): división entre nobles y vasallos. La tierra es propiedad de los nobles y ceden su explotación a cambio de buena parte de los beneficios. A cambio, ofrecían protección.
- Modelo capitalista (Renacimiento y Revolución Industrial): división entre capitalistas y proletarios. Los primeros son dueños de los medios para producir riqueza y los proletarios venden su capacidad de producir a cambio de un salario.
3) Ideas políticas en la Antigüedad y el Renacimiento:
3.1) El convencionalismo de los sofistas:
Los sofistas, entre los que destacan Protágoras y Gorgias, fueron los primeros en distinguir entre orden natural y orden político. En consecuencia, los sofistas distinguen entre la ley natural (physis), a la que todo ser natural está sometida de modo necesario, y la ley política (nomos), que regula las relaciones entre seres humanos en una sociedad y que puede ser cambiada si así lo acuerdan sus miembros.
Así pues, el convencionalismo consiste en considerar a las normas políticas como un pacto entre los miembros de la sociedad. Que sea un pacto es precisamente lo que le da validez (es válido porque así lo hemos acordado). El convencionalismo da paso al relativismo, que defiende que cualquier forma de gobierno es válida si es elegida por la sociedad. Aunque no decidieron acerca de cuál era la forma ideal de gobierno, sí reflexionaron acerca de cómo influir en el gobierno que les tocó vivir, la democracia ateniense, y por ello enseñaban profesionalmente oratoria (arte de hablar en público para convencer a los demás).
3.2) La justicia según Platón:
Platón fue contemporáneo de los sofistas y discípulo de Sócrates, y ambos se enfrentaron al planteamiento convencionalista. Como ya sabemos, Platón planteó la existencia de entidades perfectas (mundo de las ideas) que no podían captarse con los sentidos pero sí con la razón, y que eran los modelos a los que debían parecerse todas las realidades del mundo sensible. Según este planteamiento, y contradiciendo a los sofistas, existe una única forma perfecta y justa de gobierno, a saber, si la justicia en sí (ideal) consiste en el perfecto ordenamiento de las partes en un todo, al aplicarlo a la convivencia social, esto significa que una sociedad es justa cuando cada uno de sus miembros realiza a la perfección la actividad que le es propia.
Para Platón, toda sociedad tiene tres necesidades fundamentales: de gobierno, de defensa y económicas. Por tanto, cada una debe ser atendida por personas diferentes. Una sociedad será justa cuando:
- Los gobernantes o reyes filósofos, los mejor capacitados para ello y educados desde niños, se ocupen del gobierno.
- Los guardianes o militares se ocupen de las tareas de defensa y orden interno.
- Los productores y comerciantes cubran las necesidades materiales.
El gobierno ideal que propone Platón es claramente aristocrático, en el sentido etimológico del término (aristoi), es decir, el gobierno de los mejores. No se trata de una aristocracia hereditaria, sino el resultado de un procedimiento educativo de selección para elegir desde niños a los mejores capacitados para cada tarea.
3.3) La filosofía política en la Edad Media:
La filosofía política estuvo profundamente influida por el cristianismo y su pensamiento, que podemos resumir así:
Creación | El universo es una creación divina y las obras humanas deben glorificar al creador. |
Culpa | Los seres humanos, por el pecado, se apartaron de Dios y deben redimirse. |
Salvación | El fin de toda obra humana debe ser la restitución del orden divino y el retorno a Dios. |
Las ideas principales de este periodo histórico son:
- La sociedad está formada por dos órdenes separados: el orden espiritual (la Iglesia, con el Papa a la cabeza) y el orden terrenal, que se ocupa de los asuntos no religiosos.
- La autoridad espiritual es siempre superior a la terrenal. El fin que persiguen debe ser el mismo, pero en caso de conflicto la autoridad espiritual prevalecerá.
- Preferencia por un modelo político jerárquico. La monarquía es el sistema más adecuado.
- El fin que debe perseguir la sociedad es el retorno a Dios tras el pecado original. Las decisiones políticas que nos acerquen a Dios serán positivas y viceversa.
3.4) El realismo político: Nicolás Maquiavelo:
Maquiavelo (1469-1527) es considerado el padre de la ciencia política, pues separó la política de la ética y se ocupó no de cómo deben ser las cosas en política, sino de cómo realmente son.
La justicia deja de ser el principio fundamental en política (como había ocurrido hasta ahora) y sus investigaciones dejaron las siguientes conclusiones:
- La mejor forma de gobierno fue la república romana: equilibrada y con el abuso de poder reducido, favoreció la participación ciudadana y salvaguardó la libertad.
- Las formas de gobierno están sometidas a la ley de decadencia histórica: la monarquía degenera en tiranía, las aristocracias en oligarquías y las democracias en demagogias corruptas.
- Una democracia corrupta no puede regenerarse a sí misma, necesita un poder concentrado en una sola persona, un príncipe dotado de amplios poderes.
- Los principios que deben inspirar la acción política del príncipe son el mantenimiento del orden social y la conservación del poder político que le ha sido otorgado.
- Las virtudes del príncipe han de ser la sagacidad del zorro y la determinación del león. La sagacidad lo ayudará a tomar las decisiones acertadas y la determinación a llevar a cabo dichas decisiones.
4) Las ideas políticas en los siglos XVII-XVIII:
A partir del Renacimiento, se empiezan a constituir los estados modernos. El contractualismo fue el enfoque dominante en este período. La sociedad y el estado son fruto de un pacto entre individuos que provenían de una situación previa a la vida en sociedad que se llamó estado de naturaleza. Los autores considerados contractualistas son:
4.1) Thomas Hobbes: El contrato de sumisión:
Los seres humanos son egoístas y despiadados en su estado de naturaleza, y buscan su propio interés exclusivamente. La situación previa a la sociedad era la de guerra de todos contra todos y la ley del más fuerte. La sociedad surge para proporcionar seguridad, orden y protección. A cambio, sus miembros deben ceder los derechos y libertades que tenían en su estado natural. Es decir, el pacto social se produce al intercambiar derechos por seguridad. Se elegirá a uno entre los miembros de la sociedad que administrará los derechos y libertades a su criterio y, a cambio, garantizará el orden y la seguridad. Es lo que se conoce como absolutismo monárquico.
4.2) John Locke: El contrato liberal:
Para Locke, el estado de naturaleza de los seres humanos es guiarse por la razón. Nuestro razonamiento nos lleva a las leyes morales naturales, que nos conceden una serie de derechos, donde destacan el derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad. Cada uno se ocupa de defenderlos individualmente y esto genera conflictos. Según Locke, el Estado nace del pacto cuya finalidad es crear una instancia superior que resuelva dichos conflictos entre los derechos y libertades de cada uno. A diferencia de Hobbes, los ciudadanos no ceden sus derechos, sino que los mantienen; el único derecho al que se renuncia es al de defender individualmente nuestros derechos y libertades. Locke incluso defendió que, si el Estado no cumple la función para la que fue creado, el ciudadano tiene derecho a rebelarse.
4.3) Jean-Jacques Rousseau: El contrato social:
Según este autor, los hombres, antes de incorporarse a la sociedad, eran “buenos salvajes” que vivían conforme a sus sentimientos e instintos naturales. El origen de los males que aquejan al hombre se produce tras la instauración de la propiedad privada, que institucionalizó la desigualdad entre los seres humanos. Para solucionar esta situación, el contrato social que Rousseau propone se basa en dos pilares fundamentales: la definición de bien común y la constitución de una voluntad general que resulte de un pacto entre iguales. No hay sometimiento de unos individuos a otros ni cesión de derechos.
4.4) Montesquieu: El espíritu de las leyes:
Desde posiciones cercanas al realismo político, consideró que existían muchos factores (históricos, geográficos, morales, etc.) que influyen en cada sociedad de modo diferente, por lo cual no puede haber un único modelo ideal de sociedad. El único principio que debe respetar cualquier organización social es el principio de libertad política, que no consiste en hacer lo que uno quiere, sino en poder hacer todo lo que las leyes permiten. Para garantizar este principio, hay que identificar los tipos de poderes en un Estado y separarlos en legislativo, ejecutivo y judicial.
4.5) Immanuel Kant: La paz perpetua:
Kant sostenía que toda sociedad debe respetar la libertad individual, reconocer los derechos y resolver pacíficamente los conflictos. Para ello, Kant propuso varias medidas: llevar a cabo un proceso de ilustración (educación), garantizar la libertad de los ciudadanos, crear una comunidad política con leyes fundadas en la razón (no en la tradición ni el miedo) y crear una federación de estados libres y soberanos que evite conflictos.
5) Ideas políticas en los siglos XIX y XX:
El pensamiento político en la época contemporánea se caracteriza por la tesis de que el fundamento del orden social ha de ser la economía. Aunque opuestos, el capitalismo y el socialismo comparten esta tesis.
5.1) Los fundamentos filosóficos del capitalismo:
El capitalismo tiene su origen en el liberalismo de los siglos XVII-XVIII, que se rebeló contra el absolutismo. La defensa liberal de las libertades individuales (de expresión, religión, asociación, pensamiento) se completó con la reivindicación de la libertad económica. Así pues, el liberalismo económico defiende la no interferencia del Estado en los asuntos económicos. Dejar que el mercado se autorregule es la mejor forma de asegurar la prosperidad económica. Sus principales defensores fueron:
- Adam Smith: defendió la total libertad de mercado y ausencia de barreras al comercio. Según Smith, el orden natural es perfecto y el individuo tiende naturalmente a defender racionalmente su interés y a competir con sus congéneres. La sociedad no debe intervenir para no perjudicar el equilibrio natural que el mercado establece de forma autónoma.
- David Ricardo: propuso la teoría del valor de las mercancías en un mercado libre. Según esta teoría, el valor de algo es establecido por la cantidad de trabajo invertido en su producción. Curiosamente, esta teoría supone una crítica al sistema capitalista, ya que los trabajadores serían los únicos en dar valor a las cosas con su trabajo.
- John Stuart Mill: pese a defender la iniciativa individual, también apoyó el llamado principio de utilidad, según el cual se debe perseguir el mayor bienestar para el mayor número posible de personas. Ante los desajustes que el sistema capitalista provoca, sostuvo la necesidad de que el Estado pudiera intervenir de manera puntual para corregir las desigualdades generadas.
5.2) Los fundamentos filosóficos del socialismo:
Karl Marx fue el padre del socialismo científico del siglo XIX. Según él, la economía es el fundamento último de toda organización social (es lo único que comparte con el capitalismo).
Marx defiende que las distintas formas de organización de la sociedad que han existido se han construido sobre la división de la sociedad en clases y esto ha generado una dinámica de lucha entre ellas. El origen de la lucha de clases se produce mediante la posesión de seres humanos en el sistema esclavista, de la tierra en el feudal y del dinero en el capitalista. La propiedad privada supone la apropiación del trabajo de una parte de la sociedad por la otra parte, es lo que se conoce como alienación económica. Es decir, al trabajador se le arrebata no solo el objeto que produce, sino su modo de realización como trabajador. Este ya no se identifica con su trabajo ni se siente realizado con él. Eliminar esta alienación es fundamental para que el ser humano desarrolle todas sus capacidades, y es necesaria una organización social sin lucha de clases. Para ello, es necesario abolir la propiedad privada e instaurar la propiedad común. Esta propuesta implica un modelo de Estado intervencionista, que regule la actividad económica y saque a los individuos de la alienación, exigiendo a cada uno según sus capacidades y proporcionando bienes de acuerdo con sus necesidades. Esto nos llevará al objetivo final: la completa abolición del Estado y la instauración de la sociedad comunista.