Fundamentos de Filosofía: Maquiavelo, Descartes, Hume y Kant

Maquiavelo

Maquiavelo afirma que el ser humano tiende al egoísmo y a la ingratitud. Esta interpretación negativa del ser humano lleva al autor a afirmar que el mal es una realidad en la naturaleza humana y que el gobernante que lo ignore está condenado a equivocarse. Así pues, un gobernante correcto es sabio y prudente, consciente de esta realidad, tratará de resolver racionalmente los conflictos entre los individuos. El instrumento para lograrlo es el Estado, la única garantía para asegurar la concordia, la paz y la libertad de los ciudadanos.

Las virtudes del gobernante

Maquiavelo entiende la política como una disciplina independiente de los principios éticos. Para él, lo más importante es desarrollar la técnica política para conservar el poder y mantener el orden. La norma a seguir por el político debe ser la eficacia y no la moralidad, hasta comportarse de forma inmoral a veces. Lo que importa en política son los resultados, los resultados justifican los medios. El gobernante debe saber utilizar el vicio y la virtud en beneficio del bien común, ninguna acción política es deshonesta o virtuosa por sí misma, sino en función de que sirva o no a la comunidad. La virtud política es la capacidad de tomar decisiones convenientes en el momento o la ocasión adecuados. Su práctica exige carecer de escrúpulos morales y religiosos. Puede romper pactos, no tiene por qué cumplir su palabra y debe saber aparentar lo que no es para convencer al pueblo.

Descartes

El método

El método de Descartes se llama método analítico-matemático. Este método consiste en un modo de razonar de carácter matemático, con el rigor, la certeza y la evidencia del modo de razonar en la matemática. El método de Descartes consiste en una serie de reglas desde las cuales la razón puede descubrir verdades con el mismo grado de certeza que el de los conocimientos matemáticos. Hay dos modos de razonamiento: La intuición: consiste en captar de forma directa e inmediata los conocimientos; y la deducción: procedimiento por el cual la razón las conexiones que se dan entre las ideas simples del conocimiento. Descartes plantea un método que garantice la verdad de los conocimientos alcanzados. Se compone de 4 reglas: 1.-La evidencia: debe ser captado de forma clara y distinta; 2.-el análisis hay que dividir los problemas hasta llegar a ideas más simples; 3.-La síntesis: es el paso inverso al análisis partimos de los datos más simples hasta llegar a los más complejos; 4.-La enumeración: por último se comprueban las deducciones y los pasos realizados.

La duda metódica

Además de una primera verdad evidente también se necesitan certezas desde donde podamos deducir el resto. Para llegar a la verdad indudable debemos rechazar todas las ideas de las que sea posible dudar. Descartes usa la duda para llegar hasta llegar a la verdad por eso es una duda metódica. Descartes no pensaba que todo lo que hasta él se había considerado verdad fuera falso sino que buscaba una verdad absoluta. Para ello se plantea tres niveles: 1.-debemos de dudar de los sentidos ya que nos inducen a error; 2.-también podemos dudar de nuestros razonamientos dado que en ocasiones nos equivocamos en razonamientos sencillos; 3.-es posible dudar de que el mundo exterior a nosotros sea real ya que a veces confundimos la vigilia y el sueño.

Hume

La causalidad

Para Hume, la causalidad envuelve tres circunstancias: una relación de contigüidad en el tiempo y en el lugar, una prioridad de la causa y una conexión constante.

Hume afirma que este nexo entre causa y efecto no existe, porque no tenemos impresión del mismo. Por experiencia intuitiva vemos la contigüidad y sucesión temporal de dos hechos, pero no su conexión necesaria.

El principio de causalidad consiste en la asociación de dos fenómenos que relacionamos mentalmente. Asociación de dos impresiones o de dos ideas. Podemos afirmar la contigüidad y sucesión de dos fenómenos, pero no podemos afirmar la relación causal en la realidad. Cae así en un escepticismo psicológico, ya que al negar el principio de causalidad no tiene certeza de nada.

Cuando hablamos de causalidad enunciamos una ley de nuestro modo de pensar las cosas, producida por el hábito, por la costumbre.

En este punto introduce también la idea de creencia, como sustituto de conocimiento. Se contrapone a la inducción: experiencia y razón. La creencia tiene como elementos: la experiencia e imaginación

Idea de causa

Para Hume, la causalidad, no expresa relaciones necesarias entre hechos, ni un supuesto poder en la causa para que aparezca el efecto. Nuestras creencias en vínculos causales se basan en el hábito o costumbre de esperar que a un suceso le vaya a seguir otro tras la experiencia reiterada de que así ha sido hasta ahora. La crítica de Hume a la idea de Causa. el conocimiento de hechos y la idea de causa. Aplicando este criterio en sentido estricto nuestro conocimiento de los hechos queda limitado a las impresiones actuales y a los recuerdos de impresiones pasadas, pero no puede haber conocimiento de hechos futuros, ya que no poseemos impresión alguna de lo que sucederá en el porvenir. Hume observó que en todos los hechos, nuestra certeza se basa en una inferencia causal. Causalidad y “conexión necesaria”. La idea de causa es la base de nuestras inferencias acerca de hechos de los que no tenemos una impresión actual. Hume observa que la relación causa-efecto se concibe normalmente como una conexión necesaria entre la causa y el efecto, con la que podemos conocer con certeza que el efecto se producirá necesariamente. Crítica de la idea de conexión necesaria. Idea verdadera, la que corresponde a una impresión. No sabemos lo que va a ocurrir, simplemente creemos, suponemos que sucederá así.

Según Hume, esta certeza proviene del hábito, de la costumbre de haber observado en el pasado que siempre que sucede lo primero, sucede lo segundo.

Kant

Partiendo de la pregunta de si es posible el conocimiento científico sobre realidades de las que no tenemos un conocimiento sensible, nos planteamos la cuestión de cómo es posible la ciencia. Kant se plantea si la metafísica puede ser una ciencia por 2 motivos: uno es que la ciencia progresa y sin embargo en la Metafísica siempre se debaten los mismos problemas que se habían planteado Platón o Aristóteles. Otro es que los científicos se ponen de acuerdo, pero en la Metafísica los filósofos se llevan la contraria constantemente.

Para comprender el planteamiento de Kant hay que distinguir las condiciones empíricas de las a priori. Las empíricas son las que dependen del sujeto particular que conoce, y del hecho concreto conocido. Toda ciencia ha de basarse en datos que parten de la experiencia.

Condiciones trascendentales (a priori): Toda ciencia se apoya en unos contenidos anteriores a la experiencia, son condiciones universales y necesarias para nuestro conocimiento. Responden al Espacio y el Tiempo.

Clasificación de los juicios

Analíticos: cuando el predicado está contenido en el sujeto. A = A. Son verdaderos, universales y necesarios.

Sintéticos: el predicado no está contenido en el sujeto. “Las cordobesas son guapas”. Son extensivos (añaden algo nuevo), pero no son ni universales ni necesarios.

A priori: Su verdad puede ser conocida independientemente de la experiencia. “El todo es mayor que la parte”. Todos los juicios analíticos son a priori.

A posteriori: Su verdad es conocida a partir de los datos de la experiencia. “Los alumnos de 2º C son educados”. Todos los juicios a posteriori son sintéticos.

Kant admite la posibilidad de que existan juicios sintéticos a priori, lo que nos salva del escepticismo y hace posible el conocimiento científico. Sintéticos por ser extensivos, a priori por ser universales y necesarios.

Las cosas producen una intuición empírica, pero lo que conocemos con la sensación no son las cosas tal como son en sí mismas (noumeno), sino tal como son en relación con la sensibilidad (fenómeno). El fenómeno es el objeto de una intuición empírica, impresiones sensibles particulares.

En el fenómeno, como objeto de conocimiento, Kant distingue lo que proviene de la sensación (materia) y la forma a priori de la sensibilidad.

En la Estética trascendental establece que hay dos formas puras de la intuición sensible: espacio y tiempo.

Ambos no son conceptos sino intuiciones puras y se representan como magnitudes dadas infinitas.

El espacio es la forma a priori de la sensibilidad externa. El tiempo es la forma a priori de la sensibilidad externa e interna.

Sólo será posible la metafísica como ciencia, en caso de que se den en ella los juicios sintéticos a priori. El uso correcto de la metafísica sería el regulador, director del entendimiento hacia síntesis cada vez más generales. Por tanto, la metafísica no es una ciencia, sino el resultado del uso de la razón desligado a la experiencia. Para Kant el error de haber considerado a la metafísica como ciencia, lo llama “ilusión trascendental”. Es decir, la aplicación de las categorías a objetos trascendentales, lo que lleva a hacer del alma, Dios mundo, objetos reales.