Guillermo de Ockham: Filosofía, Nominalismo y Poder Divino

Guillermo de Ockham: Un Pensador Revolucionario

Guillermo de Ockham nació entre 1290 y 1300. En 1310 ya pertenecía a la orden franciscana y estudiaba teología en Oxford. Acusado de herejía, fue convocado a Aviñón. El juicio no concluyó, probablemente porque Ockham huyó. En 1328 huyó de nuevo y pidió auxilio al emperador Luis de Baviera. Desde entonces vivió en Múnich hasta su muerte en 1349. Ockham reaccionó contra la filosofía de Santo Tomás, influenciado por Duns Escoto, y cuestionó algunos aspectos de la fe.

La Omnipotencia de Dios

Ockham acentuó el predominio de la voluntad sobre el entendimiento. Su filosofía se centró en la omnipotencia de Dios, quien puede hacer todo lo que quiera, siempre que no contradiga el principio de no contradicción. Sus teorías principales, como el contingentismo absoluto, el nominalismo, el principio de economía metafísica y el intuicionismo, defendían el poder absoluto de Dios frente a la razón humana.

El Contingentismo Absoluto

Ockham rechazó la doctrina escolástica del ejemplarismo, que limitaba la omnipotencia divina. También rechazó la metafísica modal de Duns Escoto. La doctrina ejemplarista, basada en la teoría de las Ideas de Platón, afirmaba que las esencias de las cosas se basaban en las Ideas divinas. Ockham, al negar valor real a las esencias, afirmó que no hay necesidad en las cosas creadas, haciendo al mundo absolutamente contingente.

El Nominalismo

El nominalismo sostiene que los universales no tienen fundamento real, siendo los seres individuales los únicos entes reales. Para Ockham, solo lo individual es real, lo que se corresponde con el contingentismo absoluto. La necesidad en el mundo creado desaparece, reduciendo los entes a puntos dependientes de la omnipotencia divina.

El Principio de Economía Metafísica (Navaja de Ockham)

Ockham eliminó entidades metafísicas intermedias como las formas sustanciales y las categorías, admitiendo solo las entidades exigidas por la fe o el conocimiento intuitivo. Este principio establece que no deben multiplicarse los entes sin necesidad.

El Intuicionismo

Ockham distinguió entre conocimiento intuitivo y abstractivo. El conocimiento incomplejo se refiere a términos singulares y objetos, mientras que el conocimiento complejo se refiere a hechos y proposiciones. El conocimiento de términos se alcanza por intuición y abstracción.

La intuición capta la existencia de un ser concreto, necesitando su presencia. La abstracción selecciona y conoce una cualidad de muchos individuos, sin necesidad de presencia. El conocimiento intuitivo es fundamental y sensible, base de la experiencia y del conocimiento. La verdad intuitiva no es infalible debido a la omnipotencia divina.

La doctrina de la omnipotencia divina introdujo dos temas:

  • La distinción entre verdad objetiva y certeza subjetiva.
  • El escepticismo sobre la capacidad del conocimiento humano.

La Existencia de Dios

Para Ockham, la existencia de Dios no es evidente por intuición natural. La razón solo puede acceder a través de la demostración, usando argumentos a priori o a posteriori.

Ockham rechazó las pruebas a priori, ya que las esencias carecen de valor real. También rechazó las pruebas a posteriori, que parten de las criaturas para llegar a Dios como causa, ya que no hay experiencia de la actividad causal divina. Su doctrina de las causas conservantes, que afirma que las cosas tienen causas que las conservan, es lo más cercano a una demostración racional. Ockham separó la fe de la razón, asignando a la razón el ámbito de la naturaleza y a la fe el ámbito sobrenatural.

La Teoría Política

Ockham defendió la separación entre el poder civil y el espiritual. El poder civil debía estar en manos del emperador y el espiritual en manos de la Iglesia, entendida como la comunidad de fieles.

Esta propuesta chocó con la cultura medieval y anticipó el humanismo renacentista. En el siglo XIV, sus tesis fueron revolucionarias e inaceptables para el papado. Ockham fue perseguido y sus escritos prohibidos. Para Ockham, la legitimidad del emperador no dependía del Papa, ya que el Imperio romano existía antes que la Iglesia. El poder terrenal y el espiritual son independientes. Ockham negó la plenitud de poderes del papado, afirmando que su función es administrar bienes espirituales. El papa es falible, y la infalibilidad corresponde a la comunidad universal de fieles. La ética de Ockham se basa en la omnipotencia divina, definiendo lo bueno y lo malo según la voluntad de Dios.