Influencias y Método de Descartes

Contexto e Influencias

Descartes nació en Francia en 1596, en un momento histórico marcado por profundas transformaciones y crisis sociales, político-religiosas, y económicas que llevaron a la ruptura con la Edad Media y al nacimiento de la Edad Moderna.

Esta nueva cultura se inició con el Renacimiento en los siglos XV y XVI, que puede considerarse un periodo de transición entre el mundo medieval y el mundo moderno. A partir del Renacimiento, la cultura se desliga de las universidades y se afirma la autonomía de la razón respecto de los dogmas de la Iglesia. Este proceso tiene sus raíces en la crisis de la escolástica del siglo XIV como consecuencia del nominalismo de Guillermo de Ockham. Según esta filosofía, la fe y la razón son facultades distintas, por lo que la filosofía deja de estar subordinada a la teología.

El Renacimiento traerá nuevos valores a la filosofía. Frente a la cultura medieval, que era teocéntrica y consideraba al ser humano tan solo como cristiano que debe orientar su vida hacia Dios, la cultura renacentista es humanista y naturalista. El naturalismo renacentista impulsará la revolución astronómica y la nueva ciencia, que supondrán la destrucción de la cosmovisión aristotélico-ptolemaica y el nacimiento de la cosmovisión moderna. El padre de la ciencia moderna es Galileo, que defiende el heliocentrismo de Copérnico y sienta las bases de la concepción moderna del método científico: el fundamento de la ciencia es la experiencia. Ya no se buscan las esencias de las cosas, como hizo la ciencia aristotélica, sino las cualidades primarias de la realidad, esto es, lo que puede ser medido y traducido a términos matemáticos.


Barroco y Corrientes Filosóficas

Al Renacimiento siguió el Barroco en el siglo XVII, en cuya primera mitad vivió Descartes. El Barroco, en oposición al optimismo renacentista, es una época cuyo tono general es pesimista: aparece una actitud de duda, que conduce al resurgimiento del escepticismo, que defiende la imposibilidad de conocer. Sin embargo, en filosofía aparecen dos corrientes opuestas que persiguen la renovación del saber filosófico tomando como modelo la revolución científica: por un lado encontramos que el racionalismo querrá renovar la filosofía utilizando como modelo de saber a las matemáticas, pues afirma que sólo la razón puede proporcionarnos conocimientos válidos. Por otro lado encontramos que el empirismo que querrá renovar la filosofía utilizando como modelo de saber a la ciencia experimental, pues afirma que todos nuestros conocimientos proceden de la experiencia.

Tanto uno como otro suponen la superación del realismo y la aparición del idealismo: los problemas metafísicos pasan a segundo plano, es decir, que antes de abordar cualquier planteamiento metafísico, es necesaria una investigación sobre el modo cómo obtenemos nuestros conocimientos sobre la realidad. El padre del idealismo y, por tanto, de la filosofía moderna es Descartes, siendo su obra más importante el Discurso del Método.

Ensayo Bloque 1

Para comenzar, en la primera parte del discurso, Descartes se muestra insatisfecho con su formación excepto con las matemáticas. Es decir, considera que el resto de enseñanza son confusas y falsas, ya que estas no siguen ningún método para alcanzar el conocimiento. Por esta razón, este filósofo se inspira en la lógica, el análisis matemático de los antiguos y el álgebra de los modernos para elaborar su método. Además, establece la idea de un único método como idea central del sistema cartesiano, pues considera que la razón es única y que por lo tanto el saber también debe serlo. En resumen, Descartes defiende una ciencia unificada y universal fundamentada en la unidad de la razón y en la unidad del método de inspiración matemática.

A continuación, en la segunda parte del discurso, este filósofo formula las cuatro reglas del método. Dentro de este, el primer precepto que establece es el de la evidencia, en él hace referencia a la nítida expresión de un conocimiento en la mente, con distinción al hecho de estar singularizado, separado de lo demás. Esto es lo que persigue, mientras de lo que se quiere alejar es la precipitación, es decir, aceptar como evidente lo que es oscuro y confuso; y la prevención, no aceptar como verdadero aquello que es claro y distinto. En segundo lugar formula el precepto del análisis, que consiste en reducir los problemas simples hasta llegar a las ideas simples, claras y distintas. Seguidamente plantea el de síntesis, que establece que una vez contemos con estas evidencias deberemos deducir a partir de ellas conocimientos más complejos y, por tanto, operará nuestro entendimiento por deducción para obtener otras verdades tan claras y evidentes como las primeras de las que parte nuestra razón. El último precepto al que hace alusión es al de enumeración, en el que Descartes manifiesta la exigencia del rigor científico que obliga a revisar el análisis realizado y las deducciones para estar seguros de que éstas son ciertas y seguras.


Ensayo Bloque 2 Descartes

Para comenzar, cabe resaltar que la duda metódica no llevó a Descartes al escepticismo, sino que será a partir de esta duda radical de donde extrae la primera certeza absoluta. Esta verdad absoluta es la existencia del sujeto que piensa, a través de esta expresa su célebre formulación, pienso, luego existo o también conocido como cogito, ergo sum. Con esta afirmación, este filósofo pretendía reflejar que aunque puede ser que todo lo que pensamos sea falso y que nada exista realmente, de lo único que podemos estar seguros es de que pensamos. Para Descartes el “cogito, ergo sum” es una certeza inmediata conocida por la intuición, y es la primera verdad porque posee dos características esenciales de toda verdad: la claridad y la distinción.

La aplicación del primer principio del método y el uso de la intuición han dado como resultado la primera verdad, Descartes deberá enfrentarse al problema de deducir la existencia de la realidad extramental o el mundo de las ideas materiales. El problema es cómo se demuestra la existencia de la realidad extramental, partiendo solo de la existencia del pensamiento.

Descartes afirma que el pensamiento recae directamente sobre las ideas, no sobre las cosas, las ideas son como una representación gráfica de las cosas. En primer lugar, Descartes analiza la naturaleza de las ideas y las distingue en dos aspectos. Las ideas son actos mentales además de la existencia de una realidad objetiva de las ideas. Debido a que todas las ideas y actos mentales son todos iguales, pero en cuanto a las representaciones son diferentes. Por lo tanto Descartes procederá a analizar aquello en lo que las ideas son diferentes, si hay ideas que poseen más realidad que otras.

Las ideas adventicias son aquellas ideas que no provienen del propio pensamiento, sino que parecen provenir del exterior mediante la experiencia sensible, no provienen ya que aún no se ha demostrado la existencia de una realidad extramental. Las ideas facticias son aquellas que la mente construye a partir de otras, es decir, ideas creadas por la imaginación. Ambos tipos de ideas son rechazadas por Descartes para demostrar la realidad extramental. Por último y más importante, las ideas innatas. Son pocas pero muy importantes, no nacemos sabiendo de manera consciente esas ideas, sino que son ideas conmuturales a la razón ya que hay una predisposición natural a formarlas, son ideas que rebotan en nuestro pensamiento de manera espontánea, natural e inmediata. Su existencia se debe a nuestra naturaleza.

Debido a las ideas innatas, nos encontramos ante la tesis fundamental del racionalismo, ya que son las ideas las que le permiten salir de la existencia del sujeto pensante a una realidad extramental. Pero, si entre las ideas innatas cuya verdad ha sido demostrada por medio de la intuición, encontramos algunas ideas de las que podamos deducir su existencia objetiva a partir de su existencia subjetiva como idea. Descartes descubre la idea de perfección infinita, la cual la identifica con la idea de Dios. Podemos descartar que esta idea es adventicia, ya que no podemos tener experiencia sensible de la infinitud. Además, tampoco es facticia, ya que afirma que la idea de finitud ya presupone la idea de infinitud, es decir, esa idea presupone la otra idea.

Finalmente, este filósofo concluye que la idea de Dios es una idea innata. Este punto es crucial en la deducción cartesiana, ya que a partir de esta idea se abre todo el proceso deductivo posterior hasta la demostración de la existencia del mundo y la aceptación de la veracidad de los sentidos. Además, a través de esta idea tendrá que demostrar la existencia de Dios.