Contexto Histórico
El contexto en el que vivió John Locke nos ayuda a comprender su filosofía y su obra “Tratado sobre el Gobierno Civil”. Nacido bajo la monarquía de Carlos I, Locke fue testigo de los constantes enfrentamientos entre el Rey y el Parlamento, que culminaron en la guerra civil, la ejecución del rey y la instauración de una República, transformada posteriormente en una dictadura por Cromwell. Tras la Restauración de la monarquía con Carlos II y luego Jacobo II, Locke se opuso a la ascensión al trono de este último, siendo acusado de alta traición y exiliándose en Holanda. Allí entró en contacto con Guillermo de Orange, quien lideró la Revolución Gloriosa de 1688, que obligó al nuevo rey a firmar una carta de derechos, dando origen a la monarquía parlamentaria moderna. Tras la consolidación de la nueva monarquía, Locke regresó a Inglaterra y publicó Dos tratados sobre el gobierno civil.
Económicamente, el mercantilismo dominaba la época, basado en la intervención y el proteccionismo estatales, consolidándose el comercio con las colonias. La producción literaria estuvo marcada por el contexto político, destacando John Milton como figura literaria. En el ámbito filosófico, la distinción entre ley natural y ley positiva, propuesta por Hooker en el siglo XVI para resolver la polémica entre católicos y protestantes, influyó en Locke. La ley natural obliga a todo ser humano, mientras que la ley positiva surge con los gobiernos, debiendo mirar por el bien común y reflejar el acuerdo de los ciudadanos, sin oponerse a la ley natural.
Durante la guerra civil, John Milton encarnó las ideas republicanas, argumentando que el poder reside en el pueblo, quien lo delega en un soberano que puede ser depuesto si se excede en sus funciones, lo que influyó en Locke. Otro referente fue El Patriarca de Robert Filmer, que defendía la monarquía absoluta basándose en la Biblia, argumentando que el poder de los reyes es heredado de Adán, a quien Dios lo otorgó. Locke criticó El Patriarca en su Primer tratado sobre el gobierno civil, esbozando su propia teoría política.
Influencias Filosóficas
Hobbes y Bossuet, máximos defensores de la monarquía absoluta, también influyeron en el pensamiento político de Locke. Para Hobbes, el estado de naturaleza es un estado de guerra de todos contra todos, donde reina la inseguridad y el miedo, lo que lleva a los hombres a unirse en sociedad mediante un contrato. El soberano, por encima del contrato y la ley, posee un poder absoluto, incluso sobre la vida y la muerte, siendo esta la única forma de garantizar la paz y la seguridad, según Hobbes.
Locke se inscribe en la corriente filosófica del empirismo, que considera el conocimiento como un problema principal, basándolo en la experiencia sensible, negando las ideas innatas y utilizando el método experimental.
Ideas Principales de Locke
Derechos Humanos
Las ideas de Locke se reflejan en los derechos humanos, a los que todos los estados deben adherirse.
Separación de Poderes
Locke dividía el poder en legislativo, ejecutivo y federativo (actualmente judicial). La separación de poderes es necesaria para evitar la corrupción.
Tolerancia Religiosa
La constitución y la democracia se basan en la tolerancia y la multiculturalidad. Actualmente existe una mayor tolerancia religiosa, con la convivencia de múltiples razas y religiones.
Democracia
Locke defendía el consentimiento de todos los ciudadanos como base de la sociedad, principio fundamental de la democracia actual, que no se justifica por Dios, sino por los ciudadanos.
Polémica entre Libertad y Seguridad
Locke planteaba el problema de cómo respetar la libertad de los ciudadanos sin perder la seguridad. Argumentaba que el Estado solo debe garantizar la libertad y actuar como juez, sin impedirla, priorizando la libertad sobre la seguridad. Sin embargo, en algunos aspectos de la sociedad actual, la seguridad se prioriza, como en el uso de cámaras de vigilancia o las medidas antiterroristas, que pueden limitar la libertad individual.
Ética y Teoría del Estado
Locke rechazó la existencia de principios morales innatos y buscó el bienestar, siendo considerado un utilitarista. Buscaba el bien (placer) y evitaba el mal (dolor). Estudió al ser humano y las leyes que gobiernan su conducta, que clasificó en tres tipos:
- Divinas: Locke las identifica con la ley natural, descubierta por la razón en la naturaleza humana. El acuerdo de la conducta con estas leyes se percibe como deber, y su incumplimiento como pecado.
- Civiles: Proceden del poder político. Su incumplimiento convierte al hombre en delincuente.
- Opinión pública: Valora si la acción humana es virtuosa o viciosa.
La teoría del Estado de Locke se basa en las leyes naturales, que fundamentan el Estado al conducir al hombre a derechos como la salud, la libertad y la propiedad privada, incluyendo su herencia, siempre que se respete un reparto equilibrado. El problema surge cuando, en estado de naturaleza, estos derechos se pueden extralimitar. El Estado surge de un pacto social para garantizar las leyes naturales. Una vez creado, los poderes se dividen para evitar la corrupción: legislativo, ejecutivo y federativo (judicial).
- Legislativo: Establece leyes iguales para todos, buscando el bien común, y lo ejerce una asamblea.
- Ejecutivo: Se encarga de que se cumplan las leyes.
- Federativo: Regula las relaciones con otros estados (declara la guerra, firma la paz, etc.).
En el Estado de Locke, el pueblo tiene el poder y puede deponer al gobernante si se vuelve corrupto. Todos los miembros de la sociedad tienen derechos, excepto quien renuncie a la constitución, y tienen derecho a rebelarse si no se cumplen las funciones del Estado. Locke defendió las libertades religiosas como base para la convivencia pacífica, siendo pionero de la monarquía parlamentaria. Su influencia en la independencia de los Estados Unidos es destacable.
Comparación con Hobbes
Hobbes, con una visión opuesta a la de Locke sobre la distribución de poderes, consideraba que el pacto social implica una separación de las leyes naturales. En el estado de naturaleza, según Hobbes, la sociedad está en guerra, y el miedo es la base del pacto para crear una sociedad tranquila y pacífica. Se trata de una dictadura (Hobbes), con un soberano llamado Leviatán, que asume todos los poderes (incluso la religión) y usa la violencia para garantizar el orden y la seguridad a través del miedo. Sin embargo, el Leviatán no puede abusar de su poder, ya que provocaría la resistencia de los ciudadanos y su posible desbancamiento por otro Leviatán más poderoso. Este pensamiento absolutista de Hobbes, que niega las libertades, se puede justificar por su época, caracterizada por la intolerancia religiosa y las luchas por el poder en Inglaterra.