Kant: Criticismo, Razón Teórica y Práctica
Mientras que Descartes reduce todo el conocimiento a la razón, y Hume al ámbito de la sensibilidad e imaginación, dejando al ser humano en una postura escéptica ante preguntas fundamentales sobre el YO, el mundo y Dios; Kant intenta integrar estas dos formas aparentemente imposibles de interpretar la razón, presentes en la filosofía desde sus inicios. Su objetivo es la crítica de la razón, un juicio que busca esclarecerla. Para Kant, la filosofía exige una crítica de los usos desnaturalizados de la razón, abriendo paso a un nuevo estadio de libertad para la humanidad. Se trata de criticar el uso exclusivamente empirista, requiriendo el conocimiento de las leyes, principios y fines últimos que descubre la naturaleza más genuina de la razón.
Kant busca la esencia de la razón pura, entendida como la facultad que establece:
- Los principios que rigen el conocimiento de la naturaleza.
- Las leyes que regulan el comportamiento y la acción moral.
- Los fines últimos del ser humano y las condiciones para alcanzarlos.
Todo esto busca sacar al ser humano de su minoría de edad en el terreno del conocimiento moral. La razón pura, aunque unitaria, tiene distintos usos: el teórico, que establece las condiciones del conocimiento científico y sus límites; y el práctico, que se ocupa de los fundamentos racionales del comportamiento y la decisión moral universal. Con estos dos usos, Kant responde a tres preguntas fundamentales: ¿Qué puedo conocer?, ¿Qué debo hacer?, ¿Qué me cabe esperar? Preguntas que se resumen en: ¿Qué es el hombre?
En resumen, mediante la crítica de la razón, Kant pretende hallar los principios y límites de la razón pura en sus dos usos (teórico y práctico) para eliminar sus usos desnaturalizados.
Condiciones de Posibilidad de la Ciencia y la Metafísica
Kant intenta señalar:
- Los principios que garantizan un conocimiento científico de la naturaleza.
- Los límites dentro de los cuales es posible tal conocimiento.
Esto lleva a preguntarse si la ciencia puede contemplar cuestiones como la existencia de Dios o del mundo.
La Doctrina Kantiana del Conocimiento: Sensibilidad y Entendimiento
- Sensibilidad: Pasiva, recibe impresiones del exterior (colores, sonidos, etc.).
- Entendimiento: Activo, produce conceptos e ideas (sustancia, causa, necesidad, existencia, etc.) sin derivarlos de la experiencia.
Kant investiga qué ciencias cumplen estas condiciones. Son de dos tipos:
- Empíricas: Condiciones físicas, temporales o instrumentales para la obtención de datos útiles para el conocimiento científico.
- A priori: Condiciones necesarias y generales para extraer datos científicamente aprovechables, universales y necesarias. Condicionan la estructura y experiencias del sujeto, pero no proceden de la experiencia. Kant las llama trascendentales.
Para que la ciencia sea posible, debe cumplir las condiciones trascendentales del conocimiento: espacio, tiempo y categorías o formas a priori de la sensibilidad.
Juicios Analíticos/Sintéticos y Juicios A Priori/A Posteriori
- Analíticos: El predicado está incluido en el sujeto. No amplían nuestro conocimiento.
- Sintéticos: Extensivos, amplían nuestra información sobre el mundo.
- A priori: Su verdad se conoce independientemente de la experiencia. Universales y necesarios.
- A posteriori: Su verdad se conoce a partir de la experiencia. No son universales ni necesarios.
Kant introduce los juicios sintéticos a priori: rigurosamente universales y necesarios. Los principales juicios de la matemática, física y geometría son de este tipo. No hay juicios sintéticos a priori en relación a Dios ni a la existencia del mundo; por tanto, la metafísica no es ciencia ni parte del conocimiento racional. La razón encuentra su límite: no puede conocer con verdad más allá de la experiencia y el entendimiento. Dios y el mundo quedan fuera de la comprensión racional. Sin embargo, el ser humano no puede evitar preguntarse por su origen.
El ser humano recibe impresiones sensoriales ordenadas por el entendimiento gracias a las formas a priori de la sensibilidad (espacio, tiempo y categorías), construyendo así su conocimiento.
Ética Universal
La crítica a la razón teórica debe aplicarse a la razón práctica, al terreno de las decisiones morales. La ética kantiana no indica cómo actuar, sino que proporciona mecanismos para averiguar qué debo hacer.
Crítica a las Éticas Materiales
Las éticas materiales consideran que la bondad o maldad de la conducta depende de un bien supremo. Kant las rechaza por:
- Ser empíricas (a posteriori), no sirviendo para construir una ética universal.
- Tener normas o imperativos hipotéticos (condicionales, no absolutos).
- Ser heterónomas (leyes impuestas desde el exterior a nuestra razón).
La Ética Formal de Kant
Una ética universal y racional debe ser autónoma (no material), es decir, vacía de contenido: no establece fines o bienes supremos, solo indica cómo actuar.
El Deber
Actuamos moralmente cuando lo hacemos por deber, por respeto a la ley. Significa someternos a una ley por respeto, porque es nuestro deber. Kant diferencia entre acciones contrarias al deber, acciones según el deber y acciones por deber; solo estas últimas poseen valor moral. La acción por deber no es un medio para un fin, sino algo que debe hacerse por sí mismo.
El Imperativo Categórico
A diferencia de los imperativos hipotéticos de las éticas materiales, las exigencias de obrar moralmente son categóricas: “obra solo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se convierta en ley universal”. Una norma es un deber (imperativo categórico) si es universalizable.
Libertad, Inmortalidad y Existencia de Dios
Cumplir el imperativo categórico parece difícil o imposible. Kant propone tres postulados (no demostrables):
- Libertad: Necesaria para vencer inclinaciones y condicionamientos.
- Inmortalidad del alma: La razón ordena alcanzar la virtud, un proceso indefinido que exige una duración ilimitada.
- Existencia de Dios: Justificada por la diferencia entre ser y deber ser.
Kant propone una ética completamente autónoma donde los individuos se dan a sí mismos las leyes de su comportamiento. Estas normas no deben estar condicionadas por consecuencias, inclinaciones, deseos o normas externas. Solo queda el puro respeto al deber.