Contexto
Marx nació en 1818 en la Renania alemana. Fue educado como protestante, pero pronto abandonó la religión. En 1836 se vio envuelto en la lectura y discusión de Hegel, lo que le llevó a abandonar sus estudios de derecho para dedicarse a la filosofía. Su lectura de Feuerbach, de la izquierda hegeliana, rompió el hechizo que Hegel había ejercido sobre él. Aún así, el desarrollo histórico y la alienación juegan un papel crucial en el pensamiento de Marx.
Marx emigró a París en 1843 y conoció a pensadores comunistas y socialistas. En 1845 fue expulsado de París y se trasladó a Bruselas. Durante estos años, Marx formuló su denominada teoría materialista de la historia. En Bruselas se comprometió en la organización práctica del movimiento socialista y comunista. Trató de educar y organizar al proletariado. Junto a Engels elaboró el Manifiesto del Partido Comunista.
Tras varias revoluciones abortadas que fracasaron, Marx tuvo que emigrar a Londres, donde llevó una existencia pobre viviendo del periodismo y de las ayudas de Engels. Murió en Londres en 1883.
Tema y Estructura
El tema del texto son las fuerzas materiales de producción y las relaciones materiales de producción que forman las infraestructuras, y estas dan lugar a las superestructuras, que condicionan nuestra vida para hacernos sociales.
En cuanto a la estructura, podemos apreciar dos partes:
- La primera expresa cómo la estructura económica de la sociedad, formada por las fuerzas materiales de producción más las relaciones materiales de producción, forman la base sobre la que se levanta la superestructura jurídico-política. Estos principios forman parte de su teoría del universo.
- La segunda parte, recogida en las dos últimas líneas, se expresa que el individuo está determinado por la clase de sociedad en la que vive. “No es la conciencia del hombre… su conciencia”. Esta es una de las contribuciones más importantes de Marx, y la más aceptada. Por esta razón, es reconocido como uno de los padres fundadores de la sociología; estas ideas están recogidas en su teoría del hombre.
El tema de que trata el texto es la lucha de clases a lo largo de la historia, condicionada por la estructura social y la producción económica, llegando a su fin cuando el proletariado se rebela.
Análisis
Relaciones de Producción
En la primera parte del texto, Marx habla de las relaciones de producción. Se refiere a que la vida humana se construye a través de las relaciones sociales: “…en la producción social de sus vidas”, el ser humano es un producto de la naturaleza y de la sociedad, se va haciendo en la medida que va ejerciendo una actividad productiva. La única esencia o naturaleza humana es, en realidad, el conjunto de las relaciones sociales. El individuo no es más que una abstracción.
Durante ese desarrollo, surgen de forma inevitable y necesaria unas relaciones de producción que el ser humano no puede elegir. Relaciones entre trabajadores y patronos, entre trabajadores y máquinas, entre trabajadores y productos manufacturados que son mercancías sujetas a la ley de la oferta y la demanda.
El obrero, cuando realiza su trabajo, desarrolla sus fuerzas productivas materiales para transformar las materias primas en productos manufacturados susceptibles de ser vendidos y comprados en el mercado. El trabajo constituye la esencia del hombre, es decir, la producción. El ser humano se diferencia de los animales cuando empieza a producir sus medios de vida.
Infraestructura y Superestructura
En la segunda parte del texto, dice que “el conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica”. Según Marx, la sociedad y la historia tienen dos estructuras: la infraestructura y la superestructura. La primera es el conjunto de los medios, formas y fuerzas de producción de una sociedad, es decir, la economía fundada en las relaciones de producción. Esta infraestructura es la base real, el fundamento de la sociedad y de la historia, ya que esa infraestructura determina la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. “El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual en general”. Esta afirmación es una de las tesis más importantes del pensamiento de Marx y del marxismo en general: la manera o forma de producir determina las formas de pensamiento, y en general todo el proceso de la vida social; no se vive como se piensa, al revés, se acaba pensando según se vive, es decir, según se produce; las estructuras jurídicas y políticas y la conciencia social suelen ser a menudo, y especialmente en la sociedad burguesa capitalista, meras justificaciones racionales de una situación de opresión social.
Finalmente, se obtiene la conclusión: “No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia”. Esta es la expresión del humanismo materialista y práctico de Marx. Es la sociedad en la que vive, y especialmente el modo de producción, quien configura la mente humana, la forma de conocer la realidad que le rodea. Su forma de pensar, su mentalidad o cosmovisión está en función de la economía y de la sociedad. Toda la historia es en realidad un proceso real de producción.
Comparación con Platón
Ontología
En la ontología, la posición platónica es opuesta a la de Marx. Para Platón, lo real es lo universal, inmutable y necesario, es decir, el mundo inteligible. Nada material y sensible es verdadero, ya que está sujeto al nacimiento y desaparición. La posición de Marx es la oposición a la tradición idealista-racionalista. Lo único real es lo material. La existencia es posible porque existen condiciones materiales que la permiten. Todo es una manifestación del carácter dialéctico, procesual e histórico de la materia. La naturaleza no es principalmente objeto de conocimiento, sino fuente de recursos para el hombre.
Epistemología
En cuanto a la epistemología, para Platón la verdad es universal y necesaria. Por tanto, solo el conocimiento de lo inteligible proporciona la verdad. Del mundo sensible, lo material, solo cabe una opinión. Para Marx no existe una realidad espiritual independiente y que se desarrolle para llegar a la verdad. El conocimiento depende de las condiciones materiales en las que se produce. Por eso, el conocimiento que el ser humano tiene de la realidad depende de las condiciones materiales en las que vive. Solo hay conocimiento científico de los procesos histórico-materiales, la única realidad. Las realidades inteligibles de la filosofía idealista y racionalista no son conocimiento, son elementos ideológicos que proponen una realidad ilusoria. El modo en que el ser humano primeramente se relaciona con lo real no es a través del conocimiento, sino a través de su trabajo para conseguir vivir. El conocimiento teórico que supere lo material es ideológico. Es una ilusión.
Actualidad
En la actualidad, las economías comunistas han desaparecido, solo quedan, por ejemplo, en Cuba y China, aunque en esta última las reformas neoliberales son constantes y el nivel de vida cubano no convierte a este sistema en un modelo atractivo. Como propuesta económico-social, el marxismo ha perdido su presencia.
En cuanto a la crítica a la guerra como solución, Marx también criticó la solución que el modelo capitalista propone a sus problemas de superproducción: la guerra. Marx convivió con la expansión colonial en Asia y África. Con estas políticas expansionistas, los Estados solucionaban sus problemas de excedentes. Las tesis siguen siendo válidas: por un lado, la máquina bélica se nutre de la población más humilde de la sociedad y, por otro lado, las empresas bélicas suponen un porcentaje notable del PIB de los países occidentales. La guerra permite dar salida a los excedentes y continuar con la producción.