La actitud socrática. En el siglo V antes de cristo surgieron los sofistas, un grupo de filósofos que cobraban por enseñar. Sócrates era una especie de sofista, enseñaba, pero a diferencia de los demás, él no cobraba, solo quería descubrir la verdad de las cosas. Este nos hizo reflexionar sobre un montón de cosas, como las siguientes:
- La moral es una cuestión de actitudes: la actitud de buscar la verdad sin descanso.
- Buscar la verdad es oponerse al dogmatismo.
- La verdad está en el corazón de los hombres, para descubrirla es necesario el diálogo.
- Sócrates llama a su método mayéutica, que él lo traduce como dar a luz la verdad.
- Los conceptos morales valen para todos los hombres.
- Es necesario obrar bien para ser feliz, tener sabiduría, felicidad y virtud.
- El que conoce la virtud obra según ella, esto lo llamamos intelectualismo moral.
Tres modelos de felicidad. Como decía Aristóteles, todos queremos ser felices. Hay 3 respuestas:
- Ser feliz es autorrealizarse, alcanzar las metas propias de un humano (eudomismo).
- Ser autosuficiente, valerse por sí mismo sin depender de nadie ni de nada.
- Experimentar el placer y evitar el dolor (hedonismo).
Entre el eudomismo y el hedonismo existe una diferencia. Aristóteles dice que ser feliz es ser hombre en el más sentido de la palabra, y Epicuro se pregunta qué es lo que mueve a los hombres a obrar, ya que la felicidad será conseguirlo. Los eudomonistas creen que consiste en la autorrealización, mientras que los hedonistas creen que la felicidad es el placer.
La felicidad como autorrealización (Aristóteles). El fin último natural es la felicidad. Es preciso trazar los rasgos que ha de tener una actividad para que la identifiquemos con la felicidad. La felicidad será:
- Un bien perfecto.
- Un bien suficiente por sí mismo.
- El bien que se consigue por la actividad más propia del ser humano.
- El bien que se consigue con la actividad continua.
Aristóteles distingue entre las acciones que tienen el fin en sí mismas y las que se realizan por un fin externo a ellas.
Función propia del ser humano, la felicidad consistirá en ejercerla a lo largo de la vida, y la virtud que ayude a ello será la más perfecta. Las acciones que tienen el fin en sí mismas son más importantes que las acciones. Si existe una actividad propia del ser humano que tiene que ser un bien perfecto y autosuficiente será del tipo de acciones que tienen el fin en sí mismas. Es preciso encontrar otra forma de vida que procure también la felicidad: quien viva según su intelecto práctico (dominando sus pasiones para lograr la felicidad). Dos tipos de virtudes:
- Éticas (del carácter).
- Dianoéticas (de inteligencia).
Esta es la prudencia que nos ayuda a deliberar bien, proponiéndonos lo que nos conviene. La prudencia nos ayuda a encontrar el término medio entre el defecto y el exceso. Un hombre necesita vivir en una ciudad regida por leyes buenas, porque nos capacita para la vida contemplativa y para vivir en sociedad. Por eso la ética exige la política, el bien supremo individual.
El tomismo sigue presente.
La felicidad como autosuficiencia. Se distinguen tres periodos dentro de la filosofía. En el postaristotélico se trata de averiguar qué hace a la gente feliz. Es sabio el que sabe ser feliz.
Los cínicos: cínico significa perruno. Este es el adjetivo que la gente aplicaba al grupo de filósofos que formaban una corriente que se distinguía por una actitud: considerar que la felicidad consiste en la libertad radical del individuo frente a todas las normas y las instituciones sociales. El hombre es bueno por naturaleza y por tanto es sabio el que vive según la naturaleza. Para ser feliz tienes que bastarte a ti mismo.
Los estoicos: Los estoicos también creen que es sabio el que vive de la naturaleza, pero para averiguar qué significa esto les pareció indispensable descubrir cuál es el orden del cosmos, ya que solo así sabremos cómo hemos de comportarnos con él. Heráclito explica el orden del cosmos indicando que hay una razón común que gobierna las cosas y es para ellas destino y providencia. Concluyen los estoicos que el sabio ideal será el que se percata de que todo está en manos del destino, por lo que más vale asegurarse de tener paz interior y no ser afectado por lo que dicen sobre ti, es decir, dominar sus emociones. Sabio: persona que sabe dominar sus emociones y no hacerse ilusiones con respecto al futuro.
Felicidad como placer: hedonismo y epicureismo. Los hedonistas piensan que hay moral porque los hombres buscan el placer y huyen del dolor. La ética está subordinada a la psicología. No todos los placeres y dolores son iguales, la inteligencia nos sirve para calcular los medios más adecuados para lograr mayor placer posible: el intelecto moral es un intelecto calculador.
El epicureismo: nace en Grecia en la época helenística y suele contraponerse al estoicismo. El epicureismo lo hará consistir en un goce bien calculado. Es sabio quien organiza su vida calculando qué placeres son más duraderos. La sabiduría tiene dos raíces: placer e intelecto calculador. Si en el caso del epicureismo es individualista, se convertirá en hedonismo social.