La Experiencia como Origen del Conocimiento Humano

Contexto

“La investigación sobre el conocimiento humano” es una elaboración de la primera parte del “Tratado de la naturaleza humana”, donde se desarrollan los asuntos relativos al entendimiento. El libro 1º se titula “Entendimiento” y el 2º “Las Pasiones”; por último, el 3º se titula “Moral”.

El origen de los juicios morales está en los sentimientos que nos provocan determinadas acciones. En la Introducción al “Tratado de la Naturaleza Humana”, Hume presenta un diagnóstico pesimista de la situación de la filosofía:

“Ha caído en el descrédito porque los filósofos aceptan principios sin demostrarlos adecuadamente y argumentaciones erróneas”.

Pero tampoco está satisfecho de la ciencia de la época:

“No hay nada que no esté sujeto a discusión”.

Hume pretende construir una nueva teoría filosófica que fundamenta tanto a la filosofía como a las ciencias.

Todas las actividades humanas remiten directa o indirectamente al ser humano, algunas porque se refieren a su conducta o a sus gustos, como la ética y la estética; otras porque estudian los principios y operaciones de su pensamiento, como la lógica; y otras porque se basan en el uso de sus facultades cognoscitivas, como la matemática y la física. La filosofía debe tener como objetivo el estudio de la naturaleza humana.

Los objetivos de la Investigación sobre el conocimiento humano son fijar límites del conocimiento humano. Tiene un carácter crítico y su escepticismo es moderado. En sus trabajos posteriores investiga diversos temas: moral, religión, historia, economía y política, como pueden ser: “Los ensayos morales y políticos” de 1742 y “Los ensayos económicos” de 1752. También escribió una historia de Inglaterra en 1756 y “Diálogo sobre la religión actual” en 1779.

Por otro lado, los ilustrados lucharon a favor de los derechos naturales de los ciudadanos, derechos que poseemos todos los seres humanos por el hecho de haber nacido humanos, rechazando la censura y exigiendo libertad de imprenta. A finales del siglo XVII, por obra de Newton, se consolida la revolución científica iniciada por Copérnico; la nueva visión del universo triunfa definitivamente sobre la visión aristotélico-tomista.

La escolástica se encuentra en franca decadencia, que explica los fenómenos mediante las esencias y cualidades ocultas de las cosas. La cartesiana parte de hipótesis metafísicas y deduce el sistema general del universo. La baconiana, de carácter inductivista, despreciaba las teorías y se dedicaba a la recopilación de datos y experimentos. La metodología de Galileo, el método de resolución-composición, une la experiencia y la deducción matemática.

Newton y Hume tienen distintas perspectivas sobre el método científico. Newton enfatiza la importancia de la experimentación y la inducción, mientras que Hume busca aplicar este método a asuntos morales y desarrollar una ciencia del hombre basada en experimentos psicológicos. Ambos comparten la idea de una base empírica para el conocimiento, pero Hume amplía su enfoque hacia una ciencia que abarque todas las disciplinas centrada en la naturaleza humana.

Tema

La experiencia como origen del conocimiento.

La experiencia es el origen de nuestro conocimiento y también es su límite. Hume es absolutamente contrario a la metafísica entendida como un saber que pretende ir más allá de la experiencia. Hume adopta un escepticismo moderado. Nada nos asegura racionalmente la existencia del mundo. Pero la viveza de las impresiones basta para fundar la creencia en un mundo exterior.

Hume nos dirá que todos los objetos de la razón e investigación humana pueden dividirse en dos grupos: relaciones de ideas y cuestiones de hecho. Las proposiciones de este tipo expresan simplemente relaciones entre ideas; solo el principio de contradicción sirve para determinar su verdad o falsedad. El segundo tipo de objetos de la razón son las cuestiones de hecho. Todos los razonamientos sobre cuestiones de hechos parecen estar fundados en la relación de causa y efecto.

Si estamos convencidos de que un hecho ha de producirse de una determinada manera, es porque la experiencia nos lo ha presentado siempre asociado a otro hecho que le precede o que le sigue, como su causa o efecto.

Las causas y efectos no pueden ser descubiertos por la razón, sino solo por experiencia. Según Hume, la relación causal se ha concebido tradicionalmente como una “conexión necesaria” entre la causa y el efecto. La máxima según la cual todo lo que comienza a existir debe tener una causa, no es según Hume ni intuitivamente cierta ni demostrable. Según esto, nuestra creencia en ella debe surgir de la experiencia y la observación; solo mediante la experiencia sabemos de la existencia de un objeto a partir de otro. Una idea será verdadera si hay una impresión que le corresponde. Pero no hay ninguna impresión que corresponda a la idea de “conexión necesaria”. Nuestra predicción de los hechos futuros no pasa de ser una creencia, por muy razonable que pueda parecer.

En cuestiones de hecho solo poseemos creencia, no certeza racional, aunque sean sentimientos muy vivos que se imponen a la mente y se convierten en principio regulador de nuestras acciones. Muchas creencias son fruto de la educación y algunas de ellas son irracionales.

Lo único que podemos observar son acontecimientos habitualmente conjuntados en el pasado, pero no podemos observar ningún vínculo entre ellos. Las leyes físicas son probables, pero eso es suficiente para manipular la realidad.